<
>

Atlas, no hay mal que dure toda la vida

ESPN Digital

Atlas tiene un gran mérito por su regularidad y por la forma en que fueron construyendo este plantel. Hay una buena cantidad de canteranos, pero también adiciones que fueron formando una columna vertebral exitosa

Difícil habría sido en enero predecir las dos coronaciones que hemos presenciado en la Liga MX. Primero, el Cruz Azul poniendo fin a una sequía de 23 años y medio sin un título de Liga, y este domingo el Atlas que logró coronarse por primera vez en 70 años. Pase lo que pase más adelante, este 2021 será inolvidable por esos dos equipos que han logrado el título.

Atlas tiene un gran mérito por su regularidad y por la forma en que fueron construyendo este plantel. Hay una buena cantidad de canteranos, pero también adiciones que fueron formando una columna vertebral exitosa. A fin de cuentas esos eran los elementos que reunían otras versiones de los rojinegros que fueron competitivas pero que no lograron el objetivo.

Camilo Vargas, aunque cometió algunos errores en la fase final, terminó por ser determinante en la tanda de penales contra el León al parar los disparos de Luis Montes y de Fernando Navarro; Julio Furch, el goleador del equipo, que además tuvo la sangre fría para anotar el penal decisivo; Julián Quiñones no entró en planes en Tigres, pero en Atlas fue el mejor socio para Furch; Aldo Rocha aportó solidez en medio campo, su nivel es de selección aunque no lo convoquen; Hugo Nervo apuntaló la defensa en brillante entendimiento con Anderson Santamaría. Así podríamos ir línea por línea para encontrar a los jugadores que a su llegada sirvieron para cambiarle la cara al ahora campeón del futbol mexicano.

Sin tener un plantel tan profundo como el de León, Atlas logra el título con toda justicia. Diego Martín Cocca es el arquitecto desde el banquillo de este proyecto exitoso. Hizo en principio un equipo sólido en defensa, al que era complicadísimo anotarle un gol. Su funcionamiento colectivo fue haciéndose más sólido conforme avanzó el torneo. Llegada la liguilla, el equipo funcionaba como reloj y tenía un gran desgaste. Ya en el juego definitivo en el Jalisco se dejaron la piel en la cancha, no podían dejar ir esta oportunidad. Hubo sufrimiento, no podía ser de otra forma. Así gana el Atlas, ¿no es cierto?

No es el día para recordar esos pésimos manejos de administraciones pasadas, ni los problemas de cociente más recientes que fueron contenidos con el reglamento cuando se aniquiló el descenso. Hoy hay que celebrar a este Atlas que hizo lo que parecía imposible. ¡Felicidades campeones! Será imposible olvidar este 2021.