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Gómez Ares y el día en que un entrenador rival la humilló delante de todos

Camu Gómez Ares compartió con ESPN.com cuáles fueron las dificultades que tuvo que atravesar para poder jugar al fútbol capturaTV

Camila Gómez Ares fue figura en Boca Juniors, una de las más queridas por el público xeneize, y, después de superar dos roturas consecutivas de cruzados, volvió a la Selección Argentina para disputar el Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023. Aunque en su presente brilla, Camu le contó a ESPN.com cómo fueron sus inicios y cuánto le costó allanar el camino para poder dedicarse al fútbol.

Las puertas que le cerraron y la crueldad de "un fútbol que no era para nenas"

"Las trabas en el camino fueron muchas. Ahora soy más consciente por lo que me cuentan mis papás o mis familia, de chica no me daba cuenta. Yo tengo un hermano más grande que iba al fútbol y otra hermana que hacía gimnasia, entonces lógicamente me mandaban a gimnasia porque las mujeres no hacían fútbol. En mi casa me la pasaba jugando con mi hermano y en el club la cancha estaba al lado del salón de gimnasia, yo me quedaba todo el día ahí hasta que mi mamá me venía a buscar. Le pedía siempre que me esperara un córner más, no me quería ir. Fue así un tiempo así hasta que mi papá dijo ´Che la estamos obligando a hacer algo que no quiere, si está todo el día en la cancha jugando es porque lo que le gusta es el fútbol'. Pero era muy difícil, fue hace 25 años atrás y no había escuelitas de fútbol femenino, ni nenas que jueguen conmigo", recuerda Camila.

Con la comprensión de su familia, Camu comenzó a buscar dónde jugar e intentó hacerlo junto a sus amiguitos. "Por suerte en ese club me dejaron jugar con varones, pero no iba a ser fácil porque la Liga no me dejaba. No podían fichar mujeres. Luego mi hermano se fue a otro club y me fui con él, mis compañeros me súper aceptaban. Pero en la Liga de Vicente López cuando me fueron a fichar hubo problemas. En la promocional jugaba con mis amigos sin problemas como una más. Y a principio de año cuando mandaban los carnets para ficharme, el mío lo rebotaban pensando que se habían equivocado. Lo hicieron un par de veces hasta que el presidente del club tuvo que hablar con el de la Liga, que le dijo que yo era mujer y no podía jugar. En el reglamento no especificaba el género, se daba por hecho que era obvio que era de varones. Entonces ese año tuvieron que ficharme porque no les quedaba otra y al año siguiente cambiaron el reglamento y pusieron ´Solo hombres´. Yo era la única mujer en toda la tira de baby fútbol, entre mil varones, y cambiaron el reglamento por mí".

Cuando recuerda aquellos días, Gómez Ares todavía se siente movilizada: "Yo no estaba haciendo nada malo, pero mi mamá me mandó al psicólogo porque yo no entendía qué estaba haciendo mal por hacer un deporte igual que mi hermano o mis compañeros. En el colegio tampoco me dejaban jugar, no entendían".

Lo que le tocó vivir la hace reflexionar: "Tuve situaciones puntuales en partidos, con gente que te cruzabas, comentarios que le hacían a mi mamá, me mandaban a jugar al hockey porque era de mujeres. Si hoy me pongo a pensar en todo eso, ahora que lo cuento y veo todo lo que tuve que pasar, cada una de nosotras tiene una historia distinta pero similar: discriminación, trabas para hacer lo que nos gustaba. Hoy ver donde estamos y lo que conseguimos es muy gratificante, por todo lo que pudimos conseguir".

El día que un entrenador rival la humilló delante de todos

Una de las experiencias más traumáticas que vivió Camila tuvo como protagonista a un técnico de infantiles, que no solo la hizo pasar un momento horrible sino que como formador le dejó un mensaje nefasto a todos los niños que estaban presentes: "Yo entrenaba todos los días y quería jugar, entonces mi entrenador me dijo que iba a poder hacerlo el fin de semana. Con los años, después mi mamá me contó que era un partidos de más grandes por los puntos y cuando terminaba iban a simular dos minutos de más para que yo pudiera jugar. Yo no sabía, era una inocencia total, estaba muy ilusionada. Lo habían pactado mi entrenador, el árbitro y el técnico del otro día. No tenía validez, era solo para que yo pueda jugar y estar feliz. Y cuando llegó el momento, el técnico del otro equipo sacó al equipo".

"Yo miraba a mi mamá en la tribuna para entender qué pasaba y mi técnico me llamaba a ver si ese era el problema. Y si me sacaba, el técnico volvía a poner al equipo. Lo hizo de nuevo y ahí se terminó. Los padres de los nenes del otro equipo le pedían perdón a mi mamá y a mi papá, era el técnico un machista que decía 'mis jugadores no van a jugar contra una nena'. Yo tenía 6 años, no entendía nada. Pero hoy me pongo a pensar y son traumas que te quedan, ¿por qué tan difícil?", dice emocionada y visiblemente afectada por la anécdota.

"Me pongo muy contenta al ver que hoy es muy distinto, por las nenas chiquitas. Yo andaba todo el tiempo con camiseta, botines y me hacían comentarios de Marimacho, 'la vestís como un hombre' le decían a mi mamá. Mis papás me apoyaron, pero algunas ni llegaron porque no las dejaron. Tal vez iba a ser super buena jugadora. Otras que dicen recién a los 15 me escapé de mi casa y pude jugar. Gracias a que mis papás lucharon un montón por mí cuando yo no pude hacerlo es que hoy estoy donde estoy. Era una nena que le gustaba jugar al fútbol, podía ser buena o no", destaca la exfigura de Boca Juniors.

Y cierra: "En esta liga de Vicente López (la que cambió el reglamento para que yo no juegue) hace unos años la intendenta me invitó a la presentación del torneo y querían que esté presente, por ser la primera mujer que jugó. Y a mí me daba gracia, porque solo pude estar un año porque me echaron. Sé que ella no estaba en ese momento, pero cuando tuve la oportunidad se lo dije, 'A mí me mataron, lo que hicieron conmigo fue muy cruel, pero me pone contenta que hoy en día haya cambiado y dejen jugar a las nenas'. Fui al evento y todo bien, lo hice por las nenas que estaban y por reconocer el avance".