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A 40 años del debut de Enzo Francescoli en River: el jugador mirado de reojo que terminó como ídolo

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Ídolos eternos: Enzo, el Príncipe que encantó al Monumental (0:59)

Uno de los grandes fenómenos de la historia millonaria, máximo goleador extranjero (137 goles), brillante futbolista y el cerebro que como Manager, eligió a Gallardo para abrazar la gloria actual. (0:59)

River Plate era una debacle. Los jugadores llevaban más de un mes de huelga. El equipo era una lágrima. No ganaba y se hundía en la tabla del descenso. Hasta Andino de La Rioja sacó provecho y humilló al elenco millonario al ganarle un partido increíble por el Torneo Nacional.

En el club reinaba el caos. El técnico José Varacka no encontraba el rumbo. Y en medio de ese caos, los dirigentes fueron en procura de un salvador. Cruzaron el charco y desembarcaron en Uruguay. Querían a un flaco de ojos saltones que deslumbraba en Wanderers llamado Enzo Francescoli.

El presidente millonario, Rafael Aragón Cabrera, entró en contacto con su par de los bohemios, Mateo Giri, que para arrancar a negociar puso encima de la mesa una oferta de 400 mil dólares del Milan.

En Italia aún seguía vivo el recuerdo de Juan Alberto Schiaffino y el club milanés veía en Enzo a un sucesor de aquel uruguayo que los había deslumbrado con su magia.

“El pase vale 600 mil dólares”, dijo de movida el presidente de Wanderers. River no tenía un peso, pero Aragón apeló a su poder de negociación ofertando 100 mil dólares y dos jugadores. Pero claro, la oferta no le movió un pelo a Mateo Giri.

DOS ASAMBLEAS DE SOCIOS

A partir de ese momento comenzó un tire y afloje entre ambas instituciones. Por esos tiempos era común que los clubes uruguayos tuvieran que llamar a asamblea de socios para resolver si vendían a un futbolista. Así pasó con el pase de Cacho Silveira a Independiente.

En Wanderers se realizaron dos asambleas para ver si los socios aceptaban la venta de Francescoli. En medio de las negociaciones, aparecían ofertas de Colombia para complicar aún más el tema. Pero finalmente, un 24 de marzo de 1983, se cerró la transferencia en 310 mil dólares.

Fue así que Francescoli viajó a Buenos Aires donde tenía viejos conocidos de Wanderers y la Selección. De hecho, para la firma del contrato Enzo fue asesorado por su excompañero Ariel Krasouski, que en ese entonces era jugador de Boca, y el millonario Alberto Bica en una cena de la cual participó Guillermo Cóppola.

Tres días antes del debut, River Plate elevó una carta a la AFA dando cuenta del acuerdo con el jugador. En la misiva, con fecha del 21 de abril de 1983, el tesorero de River, Luis Ángel Rienzi, informaba del fichaje de Enzo.

La carta, publicada por el Museo River, expresaba: “Tengo el agrado de dirigirme a Ud. con el fin de llevar a su conocimiento que en el día de la fecha y ante oficina respectiva de esa Asociación, nuestro club ha presentado el convenio firmado con el Montevideo Wanderers Club de Uruguay, por el cual adquirimos al mencionado club uruguayo, en forma definitiva, a su jugador profesional de fútbol Don Enzo Francescoli. El pase ha sido valuado en 310.000 dólares y -a los efectos de establecer una suma en moneda argentina imponible a fines de los pagos que River debía efectuar a la AFA- se tipificó como cotización la del cierre de operaciones del 20 de abril de 1983. Es decir, 73.000 pesos ley”.

EL DEBUT

Hasta que llegó el día señalado. El 24 de abril de 1983, en un partido contra Huracán por el Campeonato Nacional, Enzo Francescoli debutó con la camiseta de River Plate.

Aquella tarde, en la que Enzo vistió la número 10, los millonarios ganaron 1-0 con un gol en contra de Marcelo Bottari, a los siete minutos del primer tiempo. El árbitro Carlos Espósito le anuló un gol a Francescoli por posición fuera de juego.

River Plate formó con Ubaldo Fillol; Eduardo Saporiti, Alberto Tarantini, Enrique Nieto y Jorge García; Enzo Bulleti (46’ José Luis Zuttión), Américo Gallego y Enzo Francescoli; Alberto Bica, Raúl Chaparro y Emilio Comisso.

URUGUAYO CARNE DE PALOMA

La adaptación de Enzo al Mundo River no resultó sencilla. Como fue dicho, el equipo estaba inmerso en una insólita pelea por evitar el descenso. De hecho, terminó dos puntos por encima del último en la tabla que fue Racing de Córdoba.

River se salvó del descenso porque ese año se inauguró el sistema de promedios.

Francescoli era mirado de reojo. Para colmo de males, el Flaco ganó la Copa América de 1983 con la Selección uruguaya, lo que llevó a la revista El Gráfico a publicar una nota bajo el título: “¿Cuál es el verdadero Francescoli? Fracaso en Argentina, ídolo en Uruguay”.

El periodista Guillermo Nimo expresó en la televisión: “¿Cuánto pagó River por Francescoli? El que tendría que pagar por jugar es él”. Y por si fuera poco, la tribuna miraba al uruguayo con cara de desconfianza. Es más, el propio Enzo reveló en una nota con El Gráfico en agosto de 2008, que los hinchas en la cancha le gritaban: “Corré, uruguayo carne de paloma”.

En el Torneo Nacional de 1984, River Plate levantó cabeza y luego de tantas pálidas, Francescoli explotó futbolísticamente. El equipo fue dirigido por Luis Cubilla y Aníbal Ruiz, hasta que llegó el Bambino Héctor Veira y llevó al club a la memorable campaña que terminó con River campeón de América y del Mundo.

Aquel noviazgo que Francescoli y River iniciaron hace 40 años, en medio de un clima hostil, con el equipo peleando el descenso, y con gritos hirientes de la tribuna, terminó con un casamiento donde se prometieron fidelidad “hasta que la muerte los separe”.