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Hora de sobrevivir sin CP3

LOS ÁNGELES -- Ningún equipo está preparado para perder a su mejor jugador, pero la ausencia de alguien como Chris Paul duele aún más cuando se trata del conductor de la orquesta de Los Angeles Clippers.

Los angelinos sin dudas sufrirán las consecuencias de no tener en cancha al que, según mi opinión y la de muchos otros, es quizás el tercer mejor jugador de baloncesto del mundo.

La estadística PER de ESPN.com (basada en la una fórmula que calcula la eficiencia) ubica a Paul cuarto esta temporada por detrás de LeBron James, Kevin Durant y Kevin Love.

Además, el sitio basketball-reference.com ubica a CP3 segundo en Win Shares, una herramienta que calcula el número estimado de victorias que un jugador le sumó a su equipo en lo que va de la campaña. Solamente King James lo supera.

La realidad de los Clippers a partir de ahora será dura, y esto solo empeorará si se resulta que la lesión es más grave la esperada. El pronóstico inicial dice entre tres y cinco semanas en el dique seco, algo que podría significar entre 10 y 18 partidos de ausencia.

Paul probablemente no podrá ser de la partida en la seguidilla de siete partidos al hilo en condición de visitante que tendrán los angelinos en la segunda quincena de enero.

Entre los juegos que no podría disputar estarían duelos claves como ante Indiana Pacers, el clásico ante Los Angeles Lakers y quizás los duelos ante Toronto Raptors y Golden State Warriors.

Lo más peligroso de la situación es que los Clippers tendrán que reemplazar mucho más que 19.6 puntos, 11.2 asistencias (primero en la NBA) y 4.6 rebotes.

Eso desde ya es tarea difícil, pero las estadísticas no alcanzan a medir la influencia de Paul al final de los juegos, su precisión en la línea de tiros libres, su sangre fría ante situaciones candentes y la capacidad de manejar a los árbitros, el ritmo del partido y las emociones de los rivales.

Sin embargo, si hay alguien que puede sobrellevar la tormenta es Doc Rivers.

La situación se presenta como ideal para que los Clippers vuelvan a enfocarse en la defensa, una que mejoró bastante durante el mes de diciembre.
Los números de DeAndre Jordan por el momento son más atractivos que su efecto en cancha, pero el centro tiene todas las herramientas para ser un gran defensor partido tras partido, y no solo en pasajes esporádicos.

Los Clippers se encuentran octavos en eficiencia defensiva, permitiendo solo 100.6 puntos por noche, una marca mejor que la de Miami Heat, Houston Rockets y Portland Trail Blazers, entre los supuestos serios candidatos al título.

De lograr mantener ese ritmo, algunas victorias llegarán sin actuaciones explosivas en cuanto al goleo.

CAMBIOS EN OFENSIVA
En ataque tampoco está todo perdido.

Nadie dentro o fuera del plantel reemplazará lo que aporta Paul, pero Darren Collison conoce suficiente de la ofensiva como para detener el sangrado.

El armador conoce el estilo de CP3 (fueron compañeros en New Orleans), y sabe lo que es ser titular en la NBA.
Sus performances en partidos en los que tuvo minutos extendidos y protagonismo sugieren que podría ser efectivo a corto plazo.

Lo que es más importante, y alentador para los Clippers, es que Blake Griffin está jugando como un hombre poseído, y que con su tiro mejorado está atravesando la mejor parte de su carrera.

Griffin promedió 27 puntos, 11.2 rebotes y 3.0 asistencias en sus últimos 10 partidos, disparando 53 por ciento desde el campo a pesar de incrementar su número de tiros de media distancia.

Por si fuera poco, en ese trecho dispara 78.3 por ciento desde la línea de tiros libres, algo que solía ser su talón de Aquiles.

Obviamente Griffin sufrirá sin tener a Paul generándole oportunidades y atrayendo marcas, pero su capacidad para pasar el balón desde los codos, y la nueva atención que le están prestando las defensas podría resultar en tiros de más calidad para compañeros como Jared Dudley, Jamal Crawford y Matt Barnes.

Sin dudas la responsabilidad recaerá sobre sus hombros, ya que ahora es claramente el líder del equipo en cancha.

Lo bueno, seguramente esperan en L.A., es que el delantero parece listo para el reto.

Paul eventualmente regresará al parquet. Será cuestión de sobrevivir hasta entonces.