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Otro mayor problema de la NBA

LOS ÁNGELES -- En vísperas del caos generado por Donald Sterling y el circo mediático alrededor de sus lamentables declaraciones racistas, la NBA ahora se encuentra con otro escándalo. El show del suspendido propietario de Los Ángeles Clippers hasta ahora había tapado lo que ha sido una actuación espantosa tras otra de los jueces en estos playoffs, pero el martes en televisión nacional la realidad ya no se pudo ocultar.

La NBA tiene un problema gigante con el arbitraje y esto ha aparecido en cada serie y prácticamente en cada juego. Este problema quedó evidencia en la serie de primera ronda entre los Clippers y los Golden State Warriors.

Lo que prometía ser un emparejamiento de alto voltaje perdió un poco de brillo tras la cantidad de minutos que debieron pasar Klay Thompson, David Lee, Blake Griffin y Chris Paul en la banca por problemas de faltas. El consenso general es que el mejor equipo entre los dos acabó avanzando, pero muchos de los partidos estuvieron contaminados por los árbitros.

Antes que nada hay que aclarar que las faltas suceden, y que muchos jugadores, debido a la adrenalina y a una agresividad exagerada, suelen cometer faltas en los primeros cuartos que acaban pagando caro. Los jueces no son los culpables de todo, pero sí tienen la facultad de inclinar la balanza para un lado o para el otro, y el martes lo hicieron de una manera exagerada.

"Nos robaron por esa pelota", dijo Doc Rivers. "Haya sido falta o no, era nuestra bola. Eliminemos la repetición".

El entrenador reconoció que la ejecución de sus dirigidos al final del partido estuvo lejos de estar a la altura, pero no ocultó su bronca.

"Cometimos nuestros propios errores e hicimos mucho para perder el partido", confesó. "Pero al final del día tenemos un sistema que sirve para revisar. Eso es mucha basura. Nunca deberíamos haber perdido el partido.

Dejamos de jugar con tres minutos en el reloj y exprimimos el reloj. Cometimos una comedia de errores pero tenemos derecho a ganar el partido si la repetición lo dice y eso no sucedió. Esa podría ser una decisión definitoria y eso no es correcto".

Rivers hizo referencia a un número de jugadas que perjudicaron claramente a los angelinos. Los Clippers ganaban por siete puntos a 49 segundos del final, pero tras permitir un triple y un doble de Kevin Durant, Chris Paul volvió a perder una bola crucial. Sin embargo, en la siguiente penetración de Reggie Jackson el armador (quien probablemente debería haber recibido la falta) envió el balón afuera. Los jueces Bennett Salvatore, Tony Brothers y Tom Washington fueron a la repetición en video e increíblemente decidieron que la bola se le había ido a Matt Barnes.

Aquí está el tema que menciona Rivers. Los jueces fueron al video y así y todo tomaron la decisión incorrecta. El fallo correcto hubiera sido falta de Barnes o bola de Clippers, ya que Jackson fue el último en tocar el esférico. Sin embargo, estos le dieron la pelota a OKC y el resto fue historia. CP3, seguramente el mejor base de la liga, cometió errores poco característicos. El siguiente fallo fue una falta a Westbrook mientras este intentaba un triple a 11 segundos del final. Allí la repetición sugiere que hubo contacto con el codo del armador de OKC.

Lo demás se sabe: Westbrook encestó los tres tiros libres, CP3 perdió otra pelota más y los Clippers perdieron.

Los errores se multiplicaron. Aún en el último segundo, luego de que Paul perdiera el balón, este intentó hacer falta a Serge Ibaka para intentar mandarlo a la línea y mantener la opción de ganarlo con un tiro milagroso. En ese momento los silbatos desaparecieron. El partido se esfumó y ahora comienzan las suspicacias.

Los errores suceden, ya que los jueces son tan humanos como los jugadores y los periodistas. La NBA ha intentado una estrategia de transparencia, reconociendo algunas de las veces que se han equivocado.

El problema es que a los Clippers ya los perjudicaron una vez y el precedente no evitó que los volvieran a perjudicar. En el primer juego de la serie ante Golden State, Paul recibió una falta de Draymond Green en los segundos finales. La bola acabó fuera, y como en la repetición solo se puede dirimir quién fue el último en tocarla, la justicia se hizo a un lado y los Warriors se quedaron con el balón. Los Clippers perdieron, y el comunicado de prensa al día siguiente poco hizo para cambiar esa realidad.

Los errores no se arreglan, y la historia se repite. Mi colega Bill Simmons escribió en su cuenta de Twitter lo siguiente antes y durante el partido: "Bennett Salvatore, Tom Washington y Tony Brothers dirigiendo un partido genuinamente importante en los playoffs de la NBA. ¿Qué cosa mala puede suceder"?. Luego agregó: "Estos terribles referís le van a arruinar la temporada a un equipo. Denlo por hecho". Eso fue al menos 30 minutos del desenlace del partido.

El veredicto es simple: Rivers recibirá probablemente una multa importante por parte de la NBA y la liga quizás saque otro comunicado pidiendo disculpas. La liga tendrá su transparencia, los Clippers tendrán la razón, y el Thunder tendrá el triunfo.

El sexto juego, a causa de esto y del peso que tiene Rivers en la liga, probablemente también estará manchado. Es muy probable que los jugadores de Clippers reciban gran parte de los fallos y que los angelinos reciban todas las ventajas para equiparar la serie y barrer esto debajo de la alfombra. Eso no solucionaría nada. Un mal no remedia al otro. Así solo se tratan los síntomas mientras que la enfermedad sigue carcomiendo a la liga.

Déjenme aclarar: los Clippers dejaron pasar la chance de ganar el partido más importante de su historia, y tuvieron una parte importante de la culpa sobre el final del partido.

Pero que el árbol no tape el bosque. Adam Silver tiene otro problema gigante en sus manos y es hora de decir basta. Dejen que los jugadores definan los partidos, que los ganen o los pierdan, pero que no haya factores externos. Déjenlos jugar, tráguense los pitos y sálganse del medio.