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Kobe, cuestión de prioridades

SAN ANTONIO -- Por si quedaba alguna duda sobre las prioridades de Kobe Bryant, lo que pudimos presenciar en San Antonio durante la victoria ante los Spurs (112-110) fue la confirmación de que el jugador de Los Ángeles Lakers no tiene ninguna prisa por superar a Michael Jordan en la tercera posición de máximos anotadores de la historia de la NBA.

Lo ha dicho por activa y por pasiva, en español y en inglés, tanto después de las victorias como de las derrotas. Y lo hemos podido comprobar. El juego ante los Spurs fue la primera oportunidad real -o no descabellada- para lograr batir la marca de su antecesor. Le restaban 31 puntos, y aunque la gesta se antojaba difícil, lo cierto es que cabía la posibilidad de que lo consiguiera, y es que con Kobe nunca se sabe.

¿Ansiedad? Cero. ¿Protagonismo excesivo a la hora de lanzar a canasta? Cero. El escolta se dejó llevar por la realidad de las circunstancias, por la lógica global de un conjunto que volvía a necesitar la victoria como el comer, se guió por la necesidad de inyectar algo de moral a unos Lakers con muchas deficiencias y también mucha mala suerte en algunas de las citas que se han contado con derrotas.

Ni pases de más por parte de sus compañeros, ni forzar la máquina para el beneficio individual, nada de eso. Sus nueve asistencias hablan por sí solas, aunque hubo muchas que no llegaron a buen puerto por el desatino de sus compañeros. Consciente de que su porcentaje de lanzamientos no era el adecuado (finalizó la cita con un 31.8 por ciento de efectividad), Kobe no dudó en ceder el balón en momentos clave.

"Hablamos de eso mucho, en cuanto a cómo atacarles o cómo decidir las coberturas. Si ellos iban a marcarme a mí o ir a por los jugadores más grandes, o donde los aleros", afirmó.

Lo que hizo fue predicar con el ejemplo. Que en la práctica del jueves por la mañana arenga a todos sus compañeros mostrando su vena más competitiva y severa, pues el viernes le da la espalda a los titulares de prensa y se dedica a remar junto a aquellos sobre los que desató su ira más competitiva. Ante San Antonio, Kobe tuvo que amoldarse a las circunstancias.

"Tenemos que jugar con todos los jugadores. Tenemos que pensar en todos, no podemos pensar solamente en una persona, tenemos que jugar juntos", nos comentó en español. "Estamos muy felices ahora. Hemos jugado muy bien contra un equipo que son campeones. En este campeonato es la victoria más importante. Espero que podamos jugar así el próximo juego", declaró.

APARCA SU MARCA

Su marca personal queda aparcada. Y no pasa nada porque la madurez que ha hecho que Kobe esté a nueve puntos de sobrepasar a Jordan es la misma que le hace dimensionar la realidad y saber esperar. Lo deja claro dentro y fuera de la duela.

"Kobe será el primero en decirte eso. No vamos a poner ningún énfasis en pasar a Michael Jordan esta noche. Se trata de jugar un buen partido y de llevarnos una victoria", vaticinó Byron Scott antes de que se disputara el encuentro.

Kobe encarnó el uno para todos y todos para uno, todos para todos. Para Nick Young (29 puntos) y su capacidad para decidir una cita en la que también brillaron Jeremy Lin (14 puntos y ocho asistencias) y Carlos Boozer (14 puntos y 13 rebotes). El viernes hubo sintonía. Incluso en el momento en que los Spurs metieron la quinta marcha alentados por un público ruidoso, los Lakers no bajaron los brazos como en otros partidos.

"Cometimos algunos errores y ellos nos metieron presión. Nos anotaron grandes canastas, por eso son los defensores del título", explicó un Kobe cuyas piernas no respondieron bien antes de llegar a los 40 minutos de participación que acabó registrando. Otra vez más, sus intentos a canasta no fueron los esperados (7/22 en tiros de campo y 1/4 en triples) para alcanzar 22 puntos que le acercan más a la gesta. Le restan nueve dianas que presumiblemente registrará ante Minnesota Timberwolves el domingo. Pero antes tendrá que descansar. Porque como él dice cuando le preguntan sobre si siente fatiga.

"36". Ni más ni menos. Ni tanto ni tan poco.