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El 2014, el annus horribilis de Lakers

LOS ÁNGELES -- El 3 de enero de 2014, Los Ángeles Lakers comenzaron el año con una victoria ante Utah Jazz. Aquel oasis en un mar de despropósitos no sirvió para paliar la crisis en la que se encontraba una franquicia capitaneada por un Mike D'Antoni absolutamente superado por las circunstancias. Aquella victoria llegó después de que los laguneros cayeran en los seis juegos anteriores, fue difícil despertarles de su letargo en los seis partidos siguientes, en este año para olvidar.

El balance de 1-12 que vivió el equipo entre los últimos días de un mes de diciembre aciago y un comienzo de enero idéntico eliminaban todas las posibilidades de clasificar a playoffs. Hacía falta algo parecido a un milagro, sobre todo porque Kobe Bryant se había lesionado el 20 de diciembre. Una fractura en la rodilla izquierda tiró por tierra el trabajo de ocho meses de superación personal tras la rotura del tendón de Aquiles, también en su pierna izquierda.

Estaría fuera de las duelas por lo que restaba de temporada y también se alejó de sus compañeros y de los medios desde aquella rueda de prensa en la que apenas pudo contener las lágrimas después de lesionarse ante Minnesota Timberwolves en el Staples Center. Cosas del destino, casi un año después, su esfuerzo recibió el premio de superar a Michael Jordan en la tercera posición de máximos anotadores de la NBA precisamente ante los T-Wolves.

Sigamos en aquella victoria en el primer partido del año ante el Jazz. Pau Gasol anotó 23 puntos, agarró 17 rebotes y se erigió como el jugador más destacado. De nada sirvió su buen encuentro para acallar los rumores sobre su traspaso en la enésima situación de este tipo que vivió desde que recalara en Los Ángeles poco menos de seis años atrás. Sus diferencias con D'Antoni eran insuperables después de que el coach no fuera capaz de sacar provecho de uno de los mejores jugadores que entrenará jamás. Si vuelve a hacerlo, porque la imagen que ha mostrado en sus periplos en los Knicks de Nueva York y en los Lakers dejaron mucho que desear.

DE LA FALTA DE RESPETO DE NASH A LA ILUSIÓN

Steve Nash no participó en aquel juego ante el Jazz, para variar, porque tampoco lo hizo en otros 64 partidos de la temporada 2013/14, tampoco en 32 de la anterior. En ésta, no sólo se ha borrado de la campaña tras dos juegos de pretemporada, sino que desde que la franquicia anunció que el dos veces Jugador Más Valioso no regresaría a la duela, éste no ha vuelto a aparecer por el centro de prácticas del Toyota Sports Center de El Segundo. Ni siquiera lo ha hecho en ningún partido de los suyos este año. Los deseos de Bryron Scott de que Nash hiciera las veces de asistente con otros jugadores jóvenes como el drafteado Jordan Clarkson se esfumaron con la velocidad con la que una pelota de golf sale despedida tras un swing.

El propio Scott, quien sustituyó al resignado/cesado D'Antoni, y los dos novatos que recalaron durante el draft (Julius Randle, elegido en la séptima posición, y Clarkson, escogido por Washington Wizards en el puesto 46 y traspasado a los Lakers por dinero en efectivo), eran dos de las esperanzas de futuro para los angelinos. Las llegadas de Jeremy Lin y Carlos Boozer fueron acogidas con más dudas que alegría; las incorporaciones de jugadores como Roonie Price, Wayne Ellington y Ed Davies, fueron, apriori, un segundo plato insuficiente, y la permanencia de jugadores conocidos por la afición como Jordan Hill, Wesley Johnson y Ryan Kelly fueron acogidas de buen agrado. Nick Young fue aclamado cuando firmó un nuevo el 21 de julio. Robert Sacre, Nash y Kobe eran los únicos asegurados para esta campaña.

PERMANECE INTACTA LA IRREGULARIDAD

La pretemporada comenzó con un objetivo claro: pasar página a la peor campaña de la franquicia desde que recaló en Los Ángeles en 1960 (27-55) y tratar de hacer un equipo competitivo a partir de una piezas a priori insuficientes. Con Nash descartado y Randle lesionado tras fracturarse la pierna durante la noche de su debut ante Houston Rockets, los Lakers llegaron a noviembre envueltos en otro mar de dudas (de nuevo, el lastre de las lesiones les dejaban mermados con la ausencia del recién despedido Xavier Henry y Ryan Kelly, quien está a punto de regresar tras sendas lesiones en los isquiotibiales).

Los Lakers lograron vencer el primer partido y el último de 2014, éste ante Denver Nuggets el martes. Sin embargo, la realidad muestra un balance nefasto en este 'Annus Horribilis' para olvidar: 24 victorias y 58 derrotas (41.3 por ciento). Restan 50 partidos para que finalice la campaña y todas las quinielas alejan a los Lakers de los playoffs por segundo año consecutivo, sería una sorpresa el quedaran entre los ocho primeros de la Conferencia Oeste mientras sigan mostrando esta irregularidad que no hace buenos los chispazos de buen juego que muestran de vez en cuando.

Sin embargo, 2014 deja algo positivo, y es el regreso de Kobe, su capacidad para amoldarse a las circunstancias y las ganas de retirarse vistiendo los colores que ha defendido durante 19 años. Aunque sea una renta insuficiente para un equipo que cuenta con 16 títulos de la NBA, lo cierto es que viendo cómo están las cosas, debería ser una alegría para los fans laguneros el disfrutar de 'Mamba' Negra en los últimos coletazos de su carrera. Poco más se puede rescatar de los Lakers en la actualidad a la espera de que 2015 venga cargado de cambios y esperanzas renovadas.