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Lo tiene muy claro

NUEVA YORK -- Nada queda de la lluvia de la noche anterior. Cumpliendo fielmente con el pronóstico, de pronto el cielo se puso negro y comenzó a llover a eso de las cinco de la tarde. Luego, el viento barrió todo y un sol esplendoroso se dedicó a bañar la isla de Manhattan y, especialmente, al Madison.

A eso de las diez de la mañana, un breve y paciente número de periodistas, camarógrafos, productores y algún que otro curioso, se plantaron en la puerta de vidrio de la calle 33 y la esquina de la Octava avenida, esperando ingresar. Hasta que la orden fue que no, que era por la puerta grande, por la puerta principal, y hacia allí partimos todos, para ser recibidos por la voz de Frank Sinatra, cantando -no podía ser de otra manera- "New York".

Lo cierto es que, en realidad, hubo no menos de tres segmentos. Uno, reservando para un grupo de no más de veinte periodistas norteamericanos -excepto este enviado de ESPN.com-; otro dedicado a las entrevistas personales para la televisión y un tercero, en The Theatre -el estadio menor del Madison-, para toda la prensa.

Con Sampson Lewkowicz como traductor, Martínez –jeans, saco informal, camiseta de River-, fue elaborando algunas respuestas...

"El tema de utilizar una rodillera en pelea es apenas una precaución y nada más, no sé de dónde sacaron que quiero utilizar una ventaja deportiva. Creo que partió del equipo de Cotto, pero sea como sea, el que va a pagar las consecuencias el ring es Cotto", dijo refiriéndose a que el equipo del puertorriqueño se negó a dejarlo utilizar esa precaución durante la pelea. Nathan -el hijo de Sampson- nos mostró en su teléfono lo que hubiera utilizado Martínez, apenas una rodillera común y silvestre, nada que pudiese eventualmente lastimar a su rival.

"Creo que solamente pusieron esta excusa para molestarlo a Sergio, pero es un problema de ellos", nos comentó luego. Pero volvamos al recinto en donde Maravilla sigue respondiendo preguntas...

"El tema de mi rodilla es un tema médico, mi doctora está aquí si le quieren preguntar, pero sepan que me siento realmente muy bien, eso es todo. Confieso que a veces me cansa que me pregunten siempre sobre mi rodilla y sobre mis años, o sobre mi retiro... Falta un poco de creatividad en las preguntas, pero ustedes saben que quiero a todos los periodistas, que ustedes siempre se portaron bien conmigo", expresó.

"No, no odio a Cotto, no es eso... Más allá de las cosas que pueden decirse, y que yo puedo decir, somos dos profesionales. Es cierto que, cuando suena la campana, surge el salvaje que llevamos adentro y que quiere destruir al rival, pero esa es otra cosa", agregó.

"No creo que el Mundial de fútbol distraiga tanto a la gente de mi país como para que se olviden de mi pelea. Es un acontecimiento importante, es cierto, pero creo que hay mucha gente en Argentina que quiere verme pelear", contó Maravilla.

"En España me siento muy bien, y eso de compararme con Messi, bueno no sé, creo que uno hace todo lo posible por representar bien al país. Y ese criterio se lo dejo a la gente", dijo. Y enseguida agregó: "No es por nada, pero cuando me preguntan por mi edad me hacen sentir viejo".

"Si, es posible que no esté para jugar al básquet o para hacerle una gambeta a Messi, pero de lo que estoy seguro es de que le voy a ganar a Cotto. Freddie Roach hace siempre muy buenas bromas, y tiene un gran sentido del humor. Eso que anduvo diciendo de que Cotto me va a noquear, es, por cierto, una muy buena broma", contó el argentino.

"Hoy por estoy estoy en uno de mis mejores momentos, tanto en el aspecto físico como el mental, y eso lo verán el sábado. Todavía no me aburre entrenar. Y no pienso en el retiro. En este momento, pienso en Cotto. Luego me quedará todavía una pelea firmada con HBO, pero mientras tanto, disfruto del hoy, que es pelear en el Madison y ganarle a Cotto", remarcó.

Entre tantas idas y venidas de preguntas, hubo quien hizo una tan larga que Martínez, sin perder la sonrisa, confesó que no había entendido nada... "Es tan larga esta pregunta que tendría que hacérmela una vez más, por favor", dijo. El tema era sobre declaraciones de Roach, una vez más.

"Roach dice cada cosas... Se olvida de que un ciclista le dio una paliza a un pupilo suyo, todo un campeón mundial... " Sampson, enfrascado en traducir, no entendió del todo la ironía y preguntó quién fue. "El ciclista fui yo y el pupilo de Roach, Julio César Chávez, a quien le di una paliza... Tendría que acordarse (Roach) de que él estuvo en ese rincón hace dos años… Es un buen negociante y también hace buenos chistes. Es un buen negociante a la hora de hablar y vender la pelea, pero no dejan de ser chistes, bromas, eso es todo".

"Cuando me hablan de mi estilo de brazos bajos, digo que lo tengo desde que empezó. No tiene por qué gustarle a todos, se entiende, pero cada cual pelea como le gusta. Y a mí me gusta pelear con las piernas, ante todo, manejando las distancias, más que con los brazos. De hecho, muchos periodistas criticaron mi estilo, pero cada cual está en su derecho", contó.

"No llegué a esta velada estelar del Madison por mi estilo, llegué porque fui sumando victorias y victorias, esa es la verdad, acá lo que mandan son las estadísticas. Haber ganado todas las peleas que le gané y a quienes les gané es lo que me llevó a esta situación", afirmó.

"Es cierto, Cotto ha recibido muchos golpes. Y los golpes no alimentan ni son vitamina, pero no puedo pensar en eso como una ventaja, yo me entrené para pelear con el mejor Cotto".

Luego hubo tiempo para que llegara Cotto al mismo reciento, para que Martínez cediera notas exclusivas -una de ellas para ESPN-, y luego finalmente, todos fueron para el escenario del The Theatre, el mismo lugar en donde Carlos Baldomir se coronara campeón del mundo al derrotar a Zab Judah. Hubo una enorme cantidad de discursos. Entre otros, los de Sampson y Pablo Sarmiento, entrenador de Maravilla, quien le reprochó a Cotto haber tantas condiciones para aceptar la pelea: el nombre a la izquierda de las marquesinas, subir último al ring y ser anunciado en último término.

A propósito de anuncios: nos cruzamos con Michael Buffer, quien se alojó en el Affinia -el hotel donde está gran parte del periodismo y funciona la sala de prensa- pero que no concurrió a la conferencia.

También habló Bob Arum, quien no dejó de evocar a las figuras de Carlos Monzón y Oscar Bonavena: "Top Rank organizó su primera pelea grande en el Madison cuando Ali se midió con Bonavena en diciembre de 1970", aclaró. A su vez, Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, presentó el cinturón en juego, en donde figuran los rostros de Carlos Monzón y Marvelous Marvin Hagler. De hecho, Lou DiBella que así como hubo más de un Sugar Ray (Robinson primero, Leonard después) también hubo un Marvelous, y que hoy, Marvelous ("Maravilla") es Martínez.

Finalmente, le llegó el turno a Martínez, quien fue muy breve. Es que, tras agradecer a todos en inglés, siguió hablando en español: "Espero que no se hayan aburrido mucho con tantas palabras, yo simplemente digo que Cotto es un gran campeón y que el sábado se terminarán las palabras".

Cotto -de elegante traje negro, camisa blanca, corbata fucsia y zapatos marrones a la última moda-, dijo algo parecido, agregando que "en realidad, las palabras las puso Martínez".

Luego nos fuimos mezclando con el público, entre quienes estaban la filipina Ana Julaton y la argentina Carolina Duer -campeona mundial de boxeo-, el reconocido manager Rafael Mendoza, entre otros. Nos fuimos despidiendo de los amigos nuevos y viejos, como felicitándonos mutuamente de estar convocados para el sábado a una gran pelea y en el Madison.

Afuera, el sol brillaba como nunca.