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Con decepción, África ya le dijo adiós al Mundial Brasil 2014

Africa sumó otro Mundial sin grandes éxitos y quedó en deuda Getty Images

La Copa del Mundo ha finalizado para África. No terminó como el continente hubiera deseado, ya que no obtuvieron los resultados esperados ni alcanzaron nuevas alturas. De hecho, ni siquiera lograron llegar tan lejos como en el pasado, ya que ninguno de los cinco equipos africanos que clasificaron al torneo pasó a cuartos de final.

Dado el enorme impacto que tuvieron en su tierra natal en 2010, el bajo rendimiento fue el fracaso destacado de los países africanos en este Mundial. A todos les costó arrancar, y sólo uno de los equipos ganó su primer partido -- Costa de Marfil, que tuvo que remontar el juego para imponerse 2-1 sobre Japón. Su progreso también se vio entorpecido por cierta pereza en los minutos finales -- Grecia se impuso en tiempo añadido sobre Costa de Marfil y Ghana renunció en el minuto 86 ante los EE.UU.

De hecho, los esfuerzos africanos se vieron opacados por falta de preparación o de unidad en los equipos, y eso sin tener en cuenta las disfuncionales asociaciones de fútbol que están aniquilando al deporte.

Camerún fue el primero en despedirse de la fase de grupos y el equipo con más problemas en Brasil. El seleccionado de Camerún fue el conjunto que se vio más inconexo, lo cual quedó reflejado en el incidente del cabezazo ocurrido durante el partido contra Croacia. Pero ahora se cierne sobre ellos algo aún más siniestro: siete jugadores serán investigados tras las acusaciones de que habrían arreglado dicho partido.

Los Leones Indomables fácilmente podrían haberse ganado el título de "la vergüenza de la Copa del Mundo" si Ghana no se hubiera metido en un enredo de cara a su último partido de la fase de grupos. Los jugadores estuvieron a punto de realizar una protesta porque no les habían pagado sus honorarios por apariciones, y tuvieron que hacerles llegar el dinero de apuro.

Si bien aquello pintó un retrato de codicia, la desafectación de Kevin-Prince Boateng y Sulley Muntari del plantel horas antes del inicio del juego contra Portugal fue la imagen del caos. Luego del partido, Boateng arremetió contra la FA: describió los preparativos como "amateur", reveló que los administradores volaron en clase ejecutiva mientras que los jugadores tuvieron que viajar en económica y tachó de inadecuado el alojamiento.

Puede que nunca vuelva a ponerse la camiseta del equipo nacional, pero las causas del arrebato de Boateng no pasarán desapercibidas. Ghana saldrá en busca de respuestas tras su caída en desgracia, ya que había llegado a los cuartos de final en Sudáfrica y parecía estar en una curva ascendente.

Lo mismo ocurrirá con Costa de Marfil, cuyas preguntas son diferentes, pero no por eso menos graves. La generación de oro tuvo su última oportunidad de impresionar en un escenario global y no pudo manejar la situación. Es poco probable que Didier Drogba o los hermanos Touré jueguen otro Mundial y los marfileños tendrán que descubrir nuevos héroes. Por ahora, aún están dolidos por el penal que le dieron a Grecia sobre el final, que les negó un lugar en la segunda fase.

Nigeria habría estado feliz de superar la fase de grupos por primera vez desde 1998, pero ellos mismos no se facilitaron las cosas. Fueron poco convincentes contra Irán y Bosnia-Herzegovina, a pesar de que lograron superar a este último. Si bien mejoraron durante el transcurso del torneo y tuvieron su mejor actuación contra Francia en la ronda de 16, les faltó el toque final y pagaron por ello.

Antes de que Nigeria tuviera tiempo de hacer una autopsia, los restos de su torneo ya habían empezado a oler. El entrenador Stephen Keshi dejó su cargo inmediatamente --aunque había hecho lo mismo poco después de ganar la Copa Africana de Naciones y lo persuadieron para que se quedara-- y circulan rumores sobre un trabajo en Sudáfrica.

Keshi no fue la única víctima. Joseph Yobo, quien jugó su partido número 100 para Nigeria en el torneo, anunció su retiro del fútbol internacional. En lugar de despedirse como uno de sus grandes guerreros, en su acto final marcó un gol en contra para sellar el destino de su equipo.

Sólo Argelia puede permitirse una pequeña sonrisa tras haber desafiado las expectativas y sobrevivido el Grupo H por encima de Corea del Sur y Rusia. Les Fennecs fueron un grupo dinámico y decidido que ha mejorado enormemente con respecto al equipo que vimos hace cuatro años. Su cuarteto de goles contra Corea del Sur fue lo máximo que ha conseguido un equipo africano en un partido de la Copa Mundial y su entrega durante la derrota en tiempo extra ante Alemania fue uno de los momentos más brillantes del torneo.

Los otros equipos africanos podrán encontrar excusas para justificar sus problemas. Camerún puede afirmar que simplemente no se conocían lo suficiente entre sí; Ghana sencillamente no creía en el entrenador Kwesi Appiah; Costa de Marfil sufrió por errores cometidos al final; Nigeria se esforzó bastante, pero ya no tenía más para dar.

Cuando el polvo se asiente, los aficionados y los jugadores finalmente coincidirán en que África no fue lo suficientemente bueno. Es una verdad que duele, pero una verdad al fin, y las cosas tendrán que mejorar en cuatro años.