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Samper tuvo un feliz debut

BARCELONA --
Un día después de que Héctor Bellerín debutase en la Champions con el Arsenal en Dortmund, su amigo Sergi Samper lo hizo con el Barça en el Camp Nou ante el APOEL. El mediocentro cumplió así el sueño de su niñez, después de 12 años en el club, al que llegó en edad benjamín para ir escalando todas las categorías y rechazando los cantos de sirena que le llegaron.

En el verano de 2011, el Arsenal llamó a la puerta de Samper y de Bellerín. Ambos formaban parte del Cadete A del Barça y mientras la familia del lateral aceptó la propuesta de Arsene Wenger, Samper se mantuvo firme en su intención de seguir en el club azulgrana.

"Si tiene paciencia, será un jugador capital en el futuro del club. Ve el fútbol como Xavi, tiene la colocación e inteligencia de Busquets y un recorte que recuerda a Iniesta" apuntó un antiguo entrenador de la cantera azulgrana, seguro del éxito del futbolista.

Ya en edad juvenil Guardiola le reclamó alguna vez para entrenar con el primer equipo, pero apartándole de los focos nunca quiso exponerle en un partido, no haciéndolo tampoco Luis Enrique en el Barça B.

La pasada temporada se aventuró que pudiera ser una de las caras jóvenes con las que contase el equipo, pero Gerardo Martino nunca giró sus ojos hacia el Miniestadi, hasta que la llegada de Luis Enrique, quien ya le conocía, al banquillo del Camp Nou le devolvieron al plano.

Y por fin le llegó la hora, el estreno, el debut. No fue este el mejor partido, ni mucho menos, del Barça esta temporada.

"Si me dicen que en el banquillo estaba Martino no me habría extrañado", afirmó un aficionado de la tribuna del estadio, dando a entender la pesadez y poco brillo del equipo azulgrana, que incluso pareció en ocasiones indolente.

Pero entre todo, alguien sí tuvo su especial protagonismo. Como un clon de Busquets, Samper no destacó pero nunca desentonó. Jugó fácil al primer toque, cerró el centro del campo con una capacidad física más que destacable, abrió balones a la banda y supo en todo momento colocarse tanto en facetas defensivas como ofensivas.

Tres años después de decidir que su lugar no estaba en Londres sino en Barcelona, Sergi Samper obtuvo el premio soñado, el primer paso al menos. Debutó con el primer equipo un día después de que su viejo amigo Bellerín se estrenase en Champions con el Arsenal.

La demostración, otra, del crecimiento que no se detiene en la cantera del Barça.