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El espejismo de los 76ers

Michael Carter-Williams, Joel Embiid y Nerlens Noel; nadie puede negar el talento de los Sixers. Jesse D. Garrabrant/NBAE/Getty Images

MIAMI -- Destruir para después construir. Esa es una filosofía aplicada especialmente en el deporte estadounidense que cuenta con uno de sus más fieles adeptos actualmente en la NBA con los Philadelphia 76ers , los mejores vendedores de ilusiones vacías de la liga top de básquetbol del planeta.

Dicha filosofía se basa en la premisa de que es mejor ser un equipo muy malo por un tiempo, acumulando talento joven con selecciones elevadas del draft hasta que dicho talento progresa y junto a este lleguen los éxitos tan esperados. Es una promesa implícita, no una garantía, y esta se basa en que los simpatizantes deben seguir apoyando al equipo pagando precios cada vez más elevados por sus entradas mientras el producto dentro de la cancha equivale a leche rancia.

El Miami Heat no bajó los brazos tras la partida de LeBron James, los San Antonio Spurs han demostrado que la excelencia constante es cuestión de coherencia organizacional, no de suerte en una lotería, y aun así todos parecen aceptar a la estrategia de los Sixers como parte del status quo, del "todo pasa" de la liga.

No vengan a decir que los Cleveland Cavaliers lograron su objetivo con un sistema similar, ellos tuvieron más suerte que cabeza con tres selecciones iniciales del Draft desde el 2010 y aun así necesitaron depender de la afección de LeBron por su ciudad natal para volver a ser relevantes, pero no nos alejemos del tema en cuestión.

La cantidad de victorias obtenidas por los Sixers han ido disminuyendo evidente y constantemente desde hace cuatro temporadas de 41 en el 2011 a 35 en el 2012, 34 en el 2013 y finalmente 19 la temporada pasada, con 26 derrotas consecutivas como moño del regalo.

Mientras tanto, el costo promedio de una entrada para ver a uno de los peores equipos de la NBA la temporada pasada fue de "solamente" $55 dólares, lo que ubicaba a Filadelfia en el decimoctavo lugar de la liga en ese rubro, según la revista Forbes.

Ese precio era más del doble de la entrada promedio más barata de la liga, 22 dólares cortesía de unos Pelicans que ganaron 34 juegos y además cuentan con un futuro tangible de la mano de Anthony Davis, uno de los 10 mejores jugadores de la NBA en la actualidad.

Equipos que no solo ofrecían un producto más competitivo noche tras noche sino que también clasificaron a los playoffs como los Charlotte Bobcats (actualmente conocidos como los Charlotte Hornets), los Indiana Pacers, los Memphis Grizzlies, los Dallas Mavericks y los Washington Wizards contaban con precios más accesibles que el segundo peor equipo de la liga durante la campaña 2013-14.

Ah, ¿los Sixers también quedaron antepenúltimos en concurrencia de público promediando 13,869 simpatizantes por partido durante dicha época? Quién lo hubiese pensado.

Las cosas pintan peores en la temporada 2014-15, ya que su mejor jugador es el base Michael Carter-Williams, pero el novato del año se verá marginado de las canchas por tiempo indefinido debido a una lesión en el hombro derecho que requirió pasar por el quirófano.

Ahora una franquicia que supo contar con grandes figuras como Allen Iverson, Charles Barkley, Moses Malone, Julius Erving y Wilt Chamberlain en su prestigiosa historia se perfila para tener un quinteto titular compuesto por Tony Wroten, K.J. McDaniels, Hollis Thompson, Nerlens Noel y Henry Sims en su debut del miércoles 29 de octubre contra los Indiana Pacers.

El único conocido de ese quinteto es Noel, y él es un novato que no juega desde el 2013 debido a que Filadelfia no quería arriesgarlo prematuramente tras una rotura de ligamentos cruzados de la rodilla derecha que él sufrió en febrero de aquel año. Wroten, por su parte, promedió 13 puntos y tres asistencias por partido en 72 encuentros, 16 de ellos como titular, la temporada pasada.

Tú podrías reemplazar a los otros tres nombres con cuatro de tus amigos de la liga local del club y probablemente nadie se daría cuenta de la diferencia.

Thompson es un alero que promedió seis puntos por partido durante sus 22 minutos en cancha, McDaniels fue una selección de la segunda ronda del draft de este año y Sims pasó la mitad de la temporada pasada en la liga de desarrollo de la NBA antes de ser canjeado por los Bobcats a los Sixers en febrero.

Eso sí, no esperes que el precio de las entradas bajen tan estrepitosamente como las expectativas de las casas de apuestas de Las Vegas, quienes esperan que los Sixers ganen 15 juegos o menos (+/- de 15,5) . Sus probabilidades de ganar el título de la NBA son de 650-1.

La clave de vender ilusiones es generar expectativas a futuro desterrando al presente, siempre y cuando la gente lo acepte como tal. Así fue como los Sixers pudieron seleccionar a Noel el año pasado y a un Joel Embiid lesionado con la tercer selección del draft de este año.

No se sabe si Embiid podrá ser de utilidad alguna esta temporada tras operarse el pie derecho, ¡pero imagínense los estragos que Embiid, Carter-Williams y Noel harán juntos en el 2016! Mientras tanto, les presentamos otra edición de "perdemos contra los Cavs por 50 puntos pero está bien ya que nuestras expectativas eran bajísimas de todos modos".

Es una pena que una ciudad tan orgullosa con tanta historia deportiva se digne a caer tan bajo en el nombre de la "lógica".

Sus jugadores, su franquicia y especialmente su gente se merecen algo mejor, una señal de esperanza verdadera que les permita soñar con regresar a las Finales de la NBA por primera vez desde el 2001 y tener un desfile por las calles de la ciudad por primera vez desde 1983.

La sequía de títulos no está por acabar en ningún futuro cercano, y mientras tanto los Sixers sonríen ilusionados por su espejismo en medio del desierto.