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Factores de peso

Aunque las frías estadísticas favorecen ofensivamente a los Reales de Kansas City sobre los Gigantes de San Francisco, un detalle del formato de la Serie Mundial podría favorecer más a la novena californiana: el bateador designado.

Los Reales fueron los únicos que no llegaron a 100 cuadrangulares en la temporada regular entre los 30 equipos de todas las Grandes Ligas.

Sin embargo, en ocho partidos de postemporada acumulan ocho bambinazos, la mitad de ellos a la cuenta de su noveno bate y antesalista Mike Moustakas.

Además, suman 11 dobletes y un triple, para totalizar 20 extrabases.

Es Kansas City el conjunto que más carreras ha producido entre los diez que llegaron a los playoffs, 42 en total, para un promedio de 5.25 anotaciones por partido.

Los Gigantes tienen una menos, 41, pero en dos juegos más, para un promedio de 4.1 por desafío.

Reales y Gigantes han sido además los bateadores más pacientes en el plato, los que más pasaportes consiguieron de los pitchers rivales, 30 los campeones de la Liga Americana y 36 los de la Nacional.

La gran diferencia entre ambos está en las bases robadas, pues las ardillas de Kansas City estafaron 13 en 16 intentos, mientras que los de la bahía californiana salieron seis veces y llegaron tres.

Esa velocidad unida al repentino resurgimiento de poder de los Reales es una combinación letal y con un trabajo más repartido, que no se concentra sólo en torno a Lorenzo Cain y Eric Hosmer, los dos bateadores que han tenido el desempeño más alto y estable.

Moustakas, Billy Butler y Alex Gordon, sin altos averages, han sido sobre todo oportunos, mientras que Alcides Escobar y Norichika Aoki han cumplido sus funciones de llegar a bases a como dé lugar para iniciar la ofensiva.

Eso sin olvidar a los veloces Jarrod Dyson y Terrance Gore, todo un peligro en circulación cuando salen a correr como sustitutos.

Los únicos huecos mostrados hasta ahora por la alineación de Ned Yost se sitúan en los puestos siete y ocho, pues tanto Salvador Perez como Omar Infante han estado muy por debajo de sus capacidades.

San Francisco, por su parte, tiene en el cuarto bate venezolano Pablo Sandoval a su principal pilar en el ataque. El Kung Fu Panda parece hecho para grandes momentos y los está aprovechando.

Delante de él está Buster Posey, el otro hombre clave con que cuenta el manager Bruce Bochy, mientras que de quinto va Hunter Pence, uno de esos peloteros que uno siempre quisiera tener en su equipo por la manera tan extraordinaria en que se entregan.

El resto de la alineación de los Gigantes es una montaña rusa de sorpresas, sin grandes nombres, pero con la capacidad de encontrar un héroe distinto cada día.

Puede ser el primera base Brandon Belt o su tocayo campocorto Brandon Crawford. O el gigante Michael Morse saliendo desde la banca y también Travis Ishikawa, un hombre que estuvo valorando la posibilidad de retirarse antes de comenzar esta temporada y con un solo swing acuñó el boleto de su equipo al clásico de octubre.

Por cierto que Morse será una adición clave en los primeros dos partidos que se disputarán en el Kauffman Stadium de Kansas City, pues ocupará el puesto de bateador designado para reforzar ese núcleo de Posey, Sandoval y Pence.

Mientras, la ofensiva de los Reales se debilitará en los tres encuentros en el AT&T Park de San Francisco, pues solamente Yost podrá usar a Billy Butler como emergente, al tener que batear el lanzador.

Ya veremos cómo juegan sus cartas Bochy y Yost, que hasta ahora siempre han sabido encontrar la manera de colarse por las grietas que les dejen sus rivales.

Y por verse también si la presencia ocasional de Morse o la ausencia temporal de Butler terminan influyendo en el resultado de la serie.