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El 'blues' de Memphis

Marc Gasol y Zach Randolph son dos sólidas columnas de los Grizzlies Rocky Widner/NBAE/Getty Images

Los Memphis Grizzlies están listos para destaparse, para demostrar que ya no son uno más del montón y que su cultura de 'garra y corazón' es más que un lema, sino que también puede convertirse en una receta para ganar el primer título de la historia de la franquicia.

Marc Gasol está pasando por su plenitud en la víspera de su séptima temporada en la NBA a los 29 años, promedió más puntos por partido que nunca antes en su carrera (14.6) y le dijo a J.A. Adande de ESPN.com que la naturaleza de su equipo es no rendirse, jamás.

No se puede subestimar la importancia de Gasol en Memphis, ya que los Grizzlies contaron con una marca de 40-19 y permitieron 93 puntos por partido con él en la cancha la temporada pasada, mientras que sin él ganaron 10 de sus 23 compromisos y permitieron que el promedio de puntos de sus rivales se eleve a 98.

Zach Randolph es uno de los mejores grandotes de la liga, una pesadilla para cualquiera en la zona pintada que es como el vino, mejora con los años. Randolph promedió dos puntos más por partido la campaña pasada que en la anterior.

Randolph terminó cuarto en la liga en el rubro de doble-dobles con 47 la temporada pasada y solo un otro ala pivot lo superó en esa categoría, Kevin Love con 65.

Randolph y Gasol son piezas vitales del esquema de su entrenador David Joerger ya que ningún otro equipo intentó más dobles que el suyo la temporada pasada, mientras que su margen de +9 puntos en la zona pintada fue el más elevado de la NBA durante la temporada 2013-14, según ESPN Datos.

Ni hablar de Tony Allen, el mejor defensor de su equipo y posiblemente de la NBA, y si no me creen pregúntenle a Kevin Durant cuanto lo sufrió en los playoffs de este año. Allen siempre está en movimiento, no hay cortina que lo detenga, él es como el demonio de Tasmania de la Conferencia Oeste que devora a los tiros de sus rivales.

Courtney Lee es un escolta subestimado por la mayoría que llegó a los Grizzlies esta temporada proveniente de Boston, donde jugó apenas 30 partidos la temporada pasada tras disputar 78 en la anterior.

Lee cuenta con la confianza de Joerger y quiere sacarse la espina de aquella bandeja solitaria que él no pudo encestar y pudo haber sido el tiro ganador antes de la chicharra con el Orlando Magic en el segundo juego de las Finales de la NBA del 2009 contra los Los Ángeles Lakers.

Mike Conley redondea al quinteto titular como armador y formó parte del Top 20 de la NBA en el rubro de asistencias la temporada pasada promediando seis por partido. Es más, él no promedia menos de 6,5 pases gol por temporada desde el 2010.

Además, el rating de eficacia de Conley se elevó de 16,8 en el 2012 a 20 en el 2014, una clara indicación de su maduración como base.

Cada equipo de expansión de la NBA que se creó durante las últimas tres décadas tiene su propia historia. El Orlando Magic tardó apenas cinco años en llegar a las Finales pero nunca salió campeón, los Dallas Mavericks eran malísimos por mucho tiempo hasta que encontraron a su superestrella en Dirk Nowitzki y llegaron a la gloria en el 2011, mientras que el Miami Heat fue fundado en 1988 y se ha distinguido como una mini dinastía moderna en la Conferencia Este diciendo presente en cinco Finales de la NBA desde el 2006.

Los Grizzlies ven a esos equipos y se preguntan ¿por qué no nosotros? El Heat y los Mavs tardaron 18 y 26 años respectivamente en llegar a la máxima cita del básquetbol mundial, mientras que los Grizzlies están esperando su oportunidad desde 1995, cuando jugaban en Vancouver.

Los Grizzlies han sido eliminados en la primera ronda de los playoffs en cinco ocasiones, incluyendo en su última campaña, desde su llegada a Memphis en el 2001. Además, el conjunto sureño avanzó a la segunda ronda en el 2011 y a las finales de la Conferencia Oeste en el 2013 antes de ser barridos por los San Antonio Spurs.

Dos de esos cuatro choques contra los Spurs se definieron en tiempo suplementario y pudieron haber cambiado el rumbo de la serie si los Grizzlies los ganaban, pero la experiencia de los Spurs pudo más que la garra de Gasol y compañia .

La temporada pasada Memphis jugó cuatro. (si, cuatro) partidos que se extendieron al alargue contra el Oklahoma City Thunder, ganó tres de esos cuatro y aun así perdió la serie agónicamente en siete juegos, permitiendo 120 puntos en el encuentro definitivo sin poder contar con un Randolph, suspendido.

El asunto es que el salto de calidad de los Grizzlies debe arrancar en la temporada regular, así ellos se harían la vida un poco menos imposible en las instancias a todo o nada.

Piénsenlo bien, ellos han ganado 50 juegos o más en la temporada regular dos veces en su historia: 56 en el 2013 y 50 en el 2014, pero aun ganando esos 56 jamás han terminado entre los cuatro primeros del oeste. O sea, jamás se han permitido definir una serie con la ventaja de la localía.

Pelear contra la corriente es divertido por un tiempo, un desafío que une a los hinchas, jugadores y cuerpo técnico con una mentalidad de ¨nosotros contra el mundo¨, pero esa corriente te va a consumir eventualmente si no sales de ella a tiempo.

El oeste es tan formidable como siempre, nada vendrá fácil para los Grizzlies esta temporada, pero tampoco nada que valga la pena conseguir jamás ha sido fácil de conseguir.

¿Quieren tumbar al campeón? Lo tienen en su división, la misma división que los Grizzlies jamás han ganado en diez años y que los Spurs han admirado desde la cima en siete ocasiones, incluyendo a las últimas tres temporadas.

Paso a paso, logro a logro, los Grizzlies son capaces de hacer historia en el 2015. Queda por verse si la vigésima es la vencida.