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El nuevo diseño del fútbol argentino, frente al orden mundial

"Creo conocer los vaivenes del fútbol y sus problemas", señaló Luis Segura Gentileza afa.org.ar

BUENOS AIRES -- Ya está hecho y no hay marcha atrás. Para dar un paso hacia el futuro, los herederos del fútbol argentino han elegido ir a contramano de las grandes ligas con una hoja de ruta confusa. ¿A pedido de quién? Lo único claro en ella es que desde 2015, en pleno siglo XXI, el campeonato más importante del fútbol profesional en la República Argentina apunta a tener 30 equipos. Los veinte que actualmente disputan el torneo de primera división, más 10 ascendidos, surgidos de los 5 equipos mejor clasificados de las zonas 1 y 2 de la B Nacional (segunda división).

Basta observar la manera como se desarrolla el fútbol de alta competición en todo el planeta para dar de bruces contra el engendro que trama el ámbito local. El torneo de 30 equipos que prepara la dirigencia argentina supera en cantidad de contendientes a cualquier campeonato de cada uno de los países que albergan el fútbol, de élite o no, en el mundo.
Tanto la Liga española, como la Premier League inglesa y la Ligue1 francesa incluyen 20 equipos cada una. Lo mismo ocurre con la Serie A, primera división italiana. La Bundesliga alemana, acaso la competencia mejor organizada por su política equitativa en los derechos de televisión, la honestidad con que se plantea y las decisiones que sirven de estímulo constante para que la gente concurra en familia a observar los partidos, tiene 18 equipos en liza. La misma cantidad de equipos que juegan los campeonatos de primera división de Portugal (Primeira Liga), Holanda (Eredivisie) y Turquía (Süper Lig).

Tampoco existen campeonatos con tanta densidad de población en las plataformas secundarias de Europa. Ni siquiera la Football League Two (cuarta división inglesa), incluye 30 equipos. Ese torneo lo disputan 24 conjuntos. La misma cantidad que la Conference National (quinta división) del mismo país. Divisiones que incluso están dos teams por encima de la sexta y séptima competiciones nacionales.

La cuarta y quinta divisiones en Francia, los Championnat de France Amateur 1 y 2, se disputan por grupos. La 1 tiene 4 de 16 equipos cada uno. La 2 alberga 8 (siete de 16 equipos cada uno, y 1 de 18). Los campeonatos de la Regionalliga y la Oberliga, cuarta y quinta división alemanas, los disputan 5 grupos de 18 equipos cada uno. De idéntica forma ocurre en Holanda con la Topklasse, su tercera división. La juegan dos grupos de 16 equipos cada uno. La cuarta, de nombre Hoofdklasse, la juegan seis grupos integrados por 14 equipos cada uno.

Intentar encontrar una competición más nutrida que la argentina es imposible aún echando un vistazo a campeonatos en países sin tradición. 23 clubes disputan la Ligue des Champions, primera división de Madagascar. ¿Cómo lo hacen? En un formato de tres grupos de 6 equipos y uno de 5. ¿Más? El último censo de la República Popular de China, realizado en 2013, indicó que el país tiene 1.357 millones de habitantes, pero la CSL, su campeonato de primera división, lo juegan… 16 equipos. La India, el otro país megapoblado del mundo -lo habitan 1.252 millones de habitantes según el último censo nacional-, tiene a 8 equipos en su campeonato de primera división, la Indian Super League.

En síntesis, encontrar un torneo con tantos equipos sólo se consigue al posar la mirada en las competencias federales de los países. Las copas nacionales. Y eso porque se desarrollan en la modalidad del KO (a un solo partido en las rondas iniciales) y porque mezclan un montón de equipos de distintas divisiones. Como la aclamada Copa Argentina en nuestro medio, acaso la mejor decisión que ha procedido de la Asociación del Fútbol Argentino en la última década junto a la posibilidad de transmitir el fútbol en abierto a todo el país, la elección de Alejandro Sabella para comandar la selección nacional, y la convocatoria de Lionel Messi en edad juvenil cuando era un pibe desconocido para el gran público.

De otra manera, es imposible dar con una competición tan esquizoide. Ni siquiera en los países con menos nivel de desarrollo existen modelos tan enrevesados como el que se plantea este grupo de dirigentes que pulula los pasillos de la AFA, necesitados de referente pero ávidos de poder y dinero.