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Tomás Lavanini, juega

Tomás Lavanini Getty

PARIS (Enviado especial) -- GoPro en mano y la ansiedad a flor de piel, Tomás Lavanini recorre, entusiasmado, Disneyland París. "Quiero una selfie con Mickey", tira. Y sus deseos son órdenes. El ratón más famoso le da el gusto, no sin antes destacar, con gestos manuales, la altura del segunda línea argentino. "Estos lugares sirven para distraerse un poco, pero te confieso que no me puedo olvidar ni un segundo del partido que se viene contra Francia. Estoy muy metido", le cuenta a Scrum, mientras recorre el Parque.

El flamante jugador de Racing Metro parisino disfruta el paseo como si fuera un chico. Aunque en realidad... lo es. Si bien repasando su ficha da la sensación de que se trata de un jugador más experimentado -17 tests en un año y medio-, lo concreto es que el Puma, hasta ahora, sólo sopló 21 velitas -el 22 de enero cumplirá 22 años-. Y la particularidad de la que es dueño es que ya disputó más partidos en el seleccionado argentino que en Hindú, el club que lo recibió a los 12 años proveniente de Los Cedros.

A pesar de su juventud, esta torre de 2.01 metros y 130 kilos, lleno de una locura linda para jugar, ya se convirtió en una fija para el head coach Daniel Hourcade. "Estoy muy tranquilo con eso. Me manejo escuchando muchos a los más experimentados del plantel. Siempre son buenos los consejos que te pueden dar", explica.

-A pesar de tu corta edad, tenés una gran responsabilidad...
-En Los Pumas, juegues contra quien juegues, sabés que del otro lado va a haber segundas líneas experimentados. Y si te llegás a poner nervioso por inexperto, perdés. La clave es jugarles de igual a igual, sin demostrar miedo.

-¿Qué sentís que vas a jugar en tu nueva casa?
-París es impresionante; a cualquier persona que la visite le va a encantar. Pero todavía no estoy muy acostumbrado; no recorrí nada en las tres semanas que estuve en Racing -todavía no jugó ningún partido-.

-¿Por qué?
-Porque estuve solo y no me daban ganas de salir. Ahora, en los próximos días, viene un amigo y ahí voy a ir a recorrer.

-¿Y la familia?
-Papá, mamá y mis hermanos, Federico y Sol, por suerte también me van a venir a visitar.

La montaña rusa Space Mountain, Misión 2, aparece en el horizonte cercano y el grandote deja todo para ir domarla. En Disney juega como un chico, pero ya demostró que en la cancha lo hace como un verdadero grande.