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Xabi Alonso, siempre calculador

Xabi Alonso jugó cinco temporadas en Real Madrid EFE

MADRID -- "Rencor" y "traición" han sido las palabras más repetidas en 'tertulias' y columnas de opinión en las últimas 24 horas de los medios deportivos españoles. Xabi Alonso decidió (palabra clave) opinar, y su opinión no gustó. Calculador, probablemente; incendiario, si de exagerar se trata. ¿Traidor?

"Manuel Neuer es, por mucho, el mejor portero con el que he jugado. También como jugador de campo es extraordinario. Si ganara el Balón de Oro sería justo, sin lugar a dudas", declaró al diario alemán Bild. No dijo que Iker es mal portero. Sólo dijo que Neuer es mejor. No dijo que Cristiano no merece el Balón de Oro; sólo que Neuer, actual Campeón del Mundo y de quien ya se empieza a decir "está revolucionando la posición", también lo merece. Que tiene poco de inocente el comentario, sí. Pero, ¿para matarlo?

En una época en que los jugadores profesionales recurren a las redes sociales para transmitir cualquier mensaje que quieran hacer llegar directamente al público al margen de sus equipos, el mediocampista por costumbre elige, además, el comunicado de prensa personal. Es decir, que utiliza las mismas plataformas pero lo hace de una manera más formal. Alonso lleva más de diez años en su negocio y sabe manejar sus relaciones públicas. Y sabe en qué momento y cómo opinar. Y, como no es tonto, sabía que sus palabras tendrían repercusión.

En España se escucha y se lee lo siguiente: "Grave error". "¿Cómo pudo ser tan ruin?" "Le pegó a Cristiano". "¡Y a Iker!" "Pero si ha ganado absolutamente todo jugando con Iker, literalmente". "Falta de respeto". "Rencor". "Traición".

El epíteto se venía cocinando desde que decidió marcharse de Madrid de manera un tanto sorpresiva. O no. La memoria selectiva de la masa dejó de lado los rumores que circulaban desde hacía años de que estaba harto del Real Madrid. Que no la llevaba nada bien con Sergio Ramos e Iker Casillas desde hacía años (y que pese a ello, los defendía a capa y espada cuando se trataba de hacer equipo).

No lo dijo; en su lugar argumentó, en una rueda de prensa, que su marcha respondía a una necesidad de "enfrentar nuevos retos", "búsqueda personal", etc. Entonces todavía se le tenía por un tipo inteligente, elegante, transparente y sus razones no fueron cuestionadas ni se leyó entre líneas lo que realmente estaba diciendo. Dio una explicación políticamente correcta y con eso bastó; hasta se agradeció –partiendo de la base de que el contacto directo entre prensa y jugadores merengues está cada vez más restringido.

Real Madrid arrancó la campaña trastabillando y la explicación inmediata fue la ausencia de Alonso en el medio campo. Empezaron entonces las recriminaciones veladas. El Madrid naufragaba contra el Atlético y él, "tan contento, vestido de tirolés" en el Oktoberfest -que no iba solo, estaba el Bayern Munich en pleno. De hecho, esa imagen (que data de septiembre) ocupó la portada de hoy de Marca, el diario deportivo de mayor circulación en gran parte del territorio español –que contrasta con la imagen de Alonso perfectamente vestido en uno de los trajes de la firma que lo patrocina. Súper elegante, pues.

"Xabi menosprecia a Iker y a CR", se lee en el encabezado. "Menosprecia", en letras amarillas. "Desde Munich con rencor". Porque es una novedad que no tiene lazos estrechos con el capitán. Porque nadie sabía que una de las secuelas de la era Mourinho fue la división del vestidor y que apenas se trataban. Que su apoyo en el eterno conflicto entre Casillas y Arbeloa siempre fue pare el último, su amigo, con el que coincidió en Liverpool, con quien apenas este fin de semana estuvo de vacaciones en Venecia y a quien le festejó un gol el año pasado como si fuera el de campeonato –cosa que también hizo, por cierto, en la final de la Champions League cuando Gareth Bale marcó el 2-1, sin importarle las consecuencias por brincar al campo desde la grada. Algo normal en un hombre que, reza el ideario popular, "hace grupo".

Hoy se trata ese "menosprecio" como algo más grave que haber señalado tras la eliminación en el Mundial que el equipo español, que también capitanea Casillas, no tuvo "hambre y ambición".

"Hemos perdido el saber estar, ese empaque que nos había hecho ganar muchos partidos y la verdad que las sensaciones no eran las de otros campeonatos. No hemos estado a la altura y estamos en la calle merecidamente", dijo el jugador poco antes de anunciar oficialmente su retiro de la selección española. Ni siquiera entonces se le tachó de traidor, si bien se dijo que había causado conmoción en el vestuario y se vio obligado a explicar sus palabras pocos días después. Pero como entonces todavía era un tipo inteligente, elegante, que hacía grupo, fiel soldado merengue, se tomó como lo que era: un jugador expresando su opinión abiertamente y reconociendo el error.

Apenas se embarcó hacia Alemania perdió ese halo de "gran personalidad e inteligencia" y empezaron los rumores que lo hacían quedar francamente mal. De los más descabellados, el que rezaba que se había ido de España, según una de esas revistas llamadas 'del corazón', porque había tenido una aventura con una cantante folk madrileña. Russian Red, de nombre artístico, Lourdes, de pila. Cierto o falso, que a nadie le incumbe, no habría llegado a la imprenta en caso de permanecer en el Madrid. Claro que se enojó y amenazó con demandar por difamación.

Ahí quedó el chisme. El Real Madrid se salvó del naufragio y dejaron de llorarlo (o criticarlo). El club blanco siguió a lo suyo, arrasando como no lo había hecho en años, y Alonso convirtiéndose en pieza clave del equipo que dirige Pep Guardiola –el último gran némesis de todas las cosas madridistas, con perdón de Mou.

Entonces viene el hombre "inteligente, elegante, que hace grupo" a apoyar a un compañero que, como dice, lo ha dejado sorprendido con su calidad y, de paso, a curarse en salud y remover un poco las aguas, él sabrá por qué. Alguien que ha jugado en tres ligas ultracompetitivas en equipos de alto perfil y tiene bajo el brazo un Campeonato Europeo y dos Mundiales, algo sabrá del tema.

De milagro no se ha declarado –todavía– persona 'non grata' en Madrid. ¿Palo a Iker? Pues ni que le debiera lealtad eterna a un ex compañero de trabajo, que no amigo. Otra cosa es que se nos olvide. ¿Desprecio? No está diciendo que Iker no haya sido, en su momento, merecido Campeón del Mundo. Tampoco dijo que sería una "vergüenza" si el premio va a parar a otra parte –a las manos de Cristiano, para más señas. Ni se burló, como sí lo hizo Neuer, de los contratos publicitarios del portugués en ropa interior. Es más, ni lo mencionó.

Él sabrá qué cuentas se quería cobrar y si quiso o no sembrar discordia. Inocente, para nada; como dicen en mi pueblo, "este no da paso sin huarache". Pero "traidor", suena ya demasiado dramático. "Cegado por la bilis", el que reacciona sin pensar, no el que calcula.