<
>

Más que una votación

Joan Laporta afirmó que está listo para volver a ser el presidente del Barcelona Josep Lago/AFP/Getty Images

BUENOS AIRES -- Cuando Lionel Messi habló de la forma en que lo hizo sobre cómo se siente en el FC Barcelona en la actualidad, se produjo un cimbronazo en la Ciudad Condal. Los medios de comunicación volvieron a hacer foco sobre el futuro mediato, y entonces la próxima elección a la presidencia del Club, que en principio habría de celebrarse en julio de 2016, volvió a ser tema de agenda.

Como el último presidente electo dimitió temprano del cargo y dejó al frente a uno de sus colaboradores para devolver la nave y a salvo al puerto, el hecho de que no esté legitimado por el voto mantiene latente la posibilidad de que se estrelle antes de llegar a la orilla. Ya sea por fracasos deportivos inasumibles, o por decisiones controvertidas.

En referencia al primer punto, un año más sin títulos debilitaría aún más al actual gerente del proyecto. Respecto al segundo ítem, el revés sufrido por la actual junta directiva de emergencia en los tribunales catalanes al ver rechazada su demanda económica contra la junta directiva anterior, más una hipotética pérdida de su jugador franquicia, podrían ser motivos suficientes –sobre todo el último- para apurar los comicios. Para las elecciones falta un año y medio, aunque nadie puede asegurar que la fecha sea inalterable.

Por tal motivo, quienes se presumen candidatos a la poltrona ya se ubican en sus puestos. Al igual que en la Fórmula 1 de automovilismo, en el panorama político del Barça hay dos zonas bien delimitadas. Tres candidatos en la pole position, y otros dos (por el momento, pues no se debe descartar que surja uno más) en la parrilla de salida. A la espera del pistoletazo que dé comienzo la carrera electoral se posicionan en los lugares de privilegio Joan Laporta (presidente entre 2003 y 2010), Josep Maria Bartomeu (quien ocupa la presidencia desde enero de 2014 tras la renuncia de Sandro Rosell por el Caso Neymar) y Agustí Benedito (excandidato a la presidencia en 2010).

Más atrás, jugando al contraataque, esperan su momento el empresario Víctor Font, ligado a Marc Ingla, otro excandidato a la presidencia en 2010; y Antoni Freixa, jurista que integró la actual junta desde que asumió Rosell, pero fue degradado en los últimos meses. En algunos círculos de Barcelona se dice que otro joven empresario puede anunciar en breve su intención de optar al sillón presidencial de la calle Arístides Maillol. Si así fuera, con 6 candidatos se igualaría la cantidad de pretendientes al poder que hubo en 2003, tras el peor momento en la historia moderna del club bajo la presidencia del empresario hotelero Joan Gaspart.

Las primeras encuestas dan como líder a Laporta, cuyo mandato registró el momento de mayor esplendor deportivo e institucional del Club. Laporta perdió en las elecciones de 2010 tras ser acusado de servirse del club para hacer carrera política en Catalunya y de multiplicar su patrimonio a costa de la entidad, así como la deuda neta del Barça. Pero la obra de Rosell le ha devuelto magnificencia al punto de aparecer ahora como una suerte de mesías. Y ya que hablamos de mesías, Messi es la debilidad de Laporta. El expresidente siempre quiso informarse sobre la opinión de Leo antes de tomar algunas decisiones importantes.

Bartomeu busca legitimidad en las urnas tras haberse topado con el poder por decisión de Rosell, quien se lo cedió por ser su delfín. Como le ha tomado el gusto y se ha hecho a la situación, ya ha anunciado que desea presentarse.

Luego, Benedito es muy conocido en el entorno barcelonista pero fue quien más firmas inválidas recogió y quien menos apoyos obtuvo en la preelectoral de 2010. Se presupone que intentará pactar para garantizarse un sitio en la futura junta. De lejos, Font observa el percal y no da puntada sin hilo, mientras que resta saber si a Freixa, quien tiene cierto sustento mediático, le dará el Índice Pignet para lanzarse a la pelea. Millones. Egos. Sed de revancha. Orgullo. Deseo. Poder...

Hay mucho en juego y por toneladas. Pero quizá lo más importante sea la continuidad en el Barcelona del hombre que ha cambiado su historia. Lionel Messi. El mejor jugador del mundo y, acaso, de la propia historia del fútbol.