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El Barcelona cumple 115 años

BARCELONA -- El FC Barcelona cumple hoy 115 años desde el día que un suizo llamado Hans Gamper fundó el club en un gimnasio de la ciudad, junto a once amigos que poco debieron imaginar aquel 29 de noviembre de 1899 que con el paso del tiempo se convertiría en una de las entidades deportivas más poderosas del planeta.

Un club con 12 socios afincados en Barcelona ha dado paso a otro con más de 150 mil asociados en todo el mundo (principalmente en Catalunya) con un presupuesto anual superior a los 500 millones de euros. Del carácter amateur de sus inicios a ser considerado el paradigma del deporte profesional y de ocupar un pequeño espacio en la prensa local de la época a centrar la atención mediática de todo el mundo.

De acuerdo con diversos estudios, el Barça es hoy el club con un mayor número de seguidores en toda Europa y su crecimiento a nivel mediático le ha puesto en primera línea tanto en América como en Asia, apoyado en su rivalidad con el Real Madrid, creado tres años después en la capital, curiosamente, por dos hermanos catalanes.

CRECIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN

Campeón de la Copa Macaya (embrión de la Copa Catalunya) en 1902, el Barça creció socialmente de forma muy destacada en los siguientes años, llegando a los 3 mil socios en 1911 para ser considerado ya una de las principales entidades de la región. En 1909 inauguró el campo de la Calle Industria, con capacidad para 6 mil espectadores, y su popularidad comenzó a crecer en rivalidad con el RCD Espanyol.

En 1910 ganó su primera Copa de España, derrotando al desaparecido Club Español de Madrid y con la construcción del Camp de Les Corts, en 1922 y con una capacidad para 30 mil aficionados, pasó a ser el principal club de Catalunya. Fueron años en que conquistó cuatro veces la Copa de España y que empezaron a darle una consideración catalanista por sufrir la dictadura del general Primo de Rivera, que en 1925 cerró el estadio durante seis meses y obligó a dimitir al presidente Gamper a causa de los silbidos con los que la afición barcelonista recibió la interpretación del himno nacional en los prolegómenos de un partido.

Campeón de la primera edición de la Liga española en 1929, el club sufrió las causas de la recesión económica provocada por el hundimiento de la bolsa de Wall Street y el suicidio de su fundador en 1930. El estallido de la Guerra Civil en 1936 y el fusilamiento del presidente Sunyol por las tropas franquistas fue un duro golpe social para el Barça, aunque su presencia en la sociedad catalana ya estaba totalmente consolidada.

Dirigido por las autoridades del nuevo régimen franquista, el club tomó un nuevo impulso tanto social como deportivo en la década de los 40, en que ganó tres títulos de Liga y dos de Copa, ampliando la capacidad del campo hasta los 60 mil espectadores y viviendo en 1942 su peor momento, cuando tuvo que jugar la promoción para no descender a Segunda División contra el Murcia. A finales de aquella década, cuando contaba con más de 25 mil socios, vivió un nuevo impulso deportivo, que con el tiempo se demostraría decisivo en su crecimiento exponencial.

Si en la década de los 20 Samitier fue el gran protagonista en la popularidad del Barcelona, la coincidencia de una gran nómina de futbolistas al final de la década de los 40 fue decisiva. Antes de la guinda que supuso la llegada de Kubala.

LA GRANDEZA Y EL 'MÉS QUE UN CLUB'

En 1950, con Samitier como director deportivo, el Barcelona cerró el fichaje de Ladislao Kubala tras descubrirlo en un amistoso que disputó contra el Espanyol. El húngaro se sumó a un equipo de ensueño que en los siguientes cuatro años dominó ampliamente el fútbol español y provocó que hasta 1953 conquistara dos títulos de Liga, tres de Copa, dos de la Copa Eva Duarte (antecesor de la Supercopa de España) y otras do de la Copa Latina (primer campeonato europeo de clubes, previo al nacimiento de la Copa de Europa en 1956).

La llegada a España de Alfredo Di Stefano, con toda la polémica de su fichaje 'político' por el Real Madrid cuando estaba atado por el Barcelona, provocó que el club merengue, que hasta ese momento solo había conquistado 2 títulos de Liga y 11 de Copa por 6 y 12 del Barça respectivamente, diera un salto deportivo y social espectacular, iniciándose una rivalidad a todos los niveles entre ambos clubes que se ha mantenido hasta la actualidad.

El Barça se sintió agraviado por el asunto Di Stefano y aunque mantuvo en el terreno de juego una estrecha competencia con el Madrid hasta el final de la década de los 50, su dimensión social se disparó. Ello motivó que en 1954 comenzara a construirse el Camp Nou, que fue inaugurado en 1957 con una capacidad de 93 mil espectadores y alcanzándose la cifra de 40 mil asociados.

Con Kubala como líder y Luis Suárez en crecimiento, al lado de jugadores de la talla de Basora, Koksis, Czibor, Villaverde, Seguer, Ramallets o Segarra el Barcelona cerró la década de los 50 enlazando dos títulos de Liga y uno de Copa bajo el mando de Helenio Herrera, pero la derrota en 1961 en la final de la Copa de Europa frente al Benfica (3-2 y estrellando hasta cuatro remates en los postes) dio paso a la gran depresión.

Acuciado por una grave crisis económica, el Barça traspasó a Suárez al Inter por 150 mil euros (una cifra astronómica en la época) manteniendo en la plantilla a Kubala y despidiendo al entrenador, contrario al jugador, que se marchó también al Inter de Milán, que vivió su mejor etapa en los años siguientes.

Todo ello provocó que el club azulgrana se hundiera deportivamente (no volvería a ganar la Liga hasta 1974) en paralelo a adquirir la consideración de 'brazo armado de Catalunya', tomando el papel de la resistencia frente a la dictadura y siendo el Camp Nou el escenario en que se mantuvo a duras penas la lengua catalana.

Narcís de Carreras, en 1968, fue el presidente que utilizó por primera vez el lema 'Més que un club' (Más que un club) para referirse a la dimensión social del Barcelona, que a pesar de conquistar solamente dos Copas de España y una Copa de Ferias (predecesora de la Copa de la UEFA, hoy Europa League) en aquella década aumentó su masa social hasta los 60 mil socios y se convirtió ya sin disimulo en la principal entidad de Catalunya, enfrentada directamente al Real Madrid y a la dictadura del general Franco, considerado como el responsable a través de sus colaboradores que hasta 1970 el club merengue ganara (desde la llegada de Di Stefano) 12 títulos de Liga y seis Copas de Europa.

CRUYFF Y LA ERA NÚÑEZ

La apertura del mercado para fichar futbolistas extranjeros en 1973 (prohibida desde 1961) permitió al Barcelona la incorporación de Johan Cruyff, sucesor de Pelé y mejor jugador del mundo en la época. El club volvió a batir el record al pagar por el holandés 360 mil euros al Ajax, y su trascendencia deportiva fue inmediata.

El Barça ganó la Liga en 1974 después de 14 años de sequía y aunque en los siguientes ejercicios volvió a quedar a la sombra del Real Madrid su dimensión social disfrutó de un nuevo impulso, alcanzándose los 70 mil socios. Aquella temporada quedó marcada por el legendario 0-5 conseguido en el Bernabéu y por una racha formidable de resultados que motivó que el equipo azulgrana consiguiera el título cinco jornadas antes de acabar el campeonato.

El 27 de noviembre de 1974, coincidiendo con las celebraciones del 75 aniversario de la fundación del club, se estrenó el 'Cant del Barça', nuevo himno que hoy es conocido en todo el mundo y un año después, el 28 de diciembre de 1975 (apenas un mes después de la muerte de Franco), el Camp Nou fue el escenario en que se pudo ver por primera vez de manera multitudinaria banderas catalanas. Precisamente en un Clásico contra el Real Madrid que ganó el Barça con un gol de Rexach en el último minuto.

En mayo de 1978 el club celebró las primeras elecciones democráticas, abiertas a todos los socios, que acabarían por significar la entrada en una nueva era. Los comicios los ganó Josep Lluís Núñez en una jornada marcada por la polémica y fue bajo su mandato, que se alargaría hasta el año 2000, cuando el Barcelona creció ya de manera espectacular.

El nuevo mandatario saneó las cuentas económicas, transformando las pérdidas habituales en significativos superavits y convirtiendo al Barça en una máquina de hacer dinero. Su discurso populista y su apoyo en las peñas no evitaron que las crisis deportivas se sucedieran, aunque su poder fue a más con el paso del tiempo a la vez que el club alcanzaba los 90 mil socios.

Con la excusa de la celebración del Mundial de España en 1982, Núñez acometió una gran ampliación del estadio hasta las 120.000 localidades y rompió todos los récords al pagar 7.2 millones de euros por el fichaje de Maradona. La permanencia del argentino apenas fue de dos temporadas en que se ganó una Copa del Rey como mayor título y aunque al siguiente ejercicio se consiguió la Liga después de otros 11 años de sequía, la pérdida de la final de la Copa de Europa en Sevilla frente al Steaua dio paso a una gran crisis institucional que amenazó la continuidad del mandatario.

EL RENACER CON EL DREAM TEAM

Fue en 1988, atrapado en críticas de toda índole, con los propios futbolistas solicitando su cese en el famoso 'Motín del Hesperia' y hasta con el gobierno de la Generalitat maquinando la aparición de un aspirante para quitarle de la presidencia, cuando Núñez dio el gran golpe. Y en una operación supersónica recuperó a la figura de Johan Cruyff como entrenador.

Cruyff fue, y es, el responsable de la nueva identidad futbolística del Barcelona. Su llegada al banquillo provocó que el club cambiase todas las estructuras deportivas y tomara como identidad indiscutible una forma de jugar, conocida como 'rondo', que cambio el fútbol. Los fichajes de Bakero, Begiristain o Eusebio, extranjeros como Koeman, Stoichkov o Laudrup y canteranos como Amor, Guardiola o Ferrer alumbraron la leyenda del Dream Team, que entre 1990 y 1994 convirtió al equipo azulgrana en la moda a seguir en todo el mundo, acabando con el dominio del Real Madrid de la 'Quinta del Buitre' y colocando al Barça en la cima.

La cima de aquel equipo se vivió el 20 de mayo de 1992, con la conquista de la Copa de Europa en Wembley frente a la Sampdoria (1-0) y que estuvo acompañada de cuatro títulos de Liga, una Recopa, una Supercopa de Europa o una Copa del Rey.

El divorcio entre el entrenador y el presidente a partir de 1995 y el despido sonado del holandés en mayo de 1996 dio paso a los últimos y más difíciles años de Núñez, al que le apareció una nueva oposición liderada por un joven y combativo Joan Laporta y que ni la presencia, efímera, de Ronaldo, evitó que la presión social alcanzase tal calado que provocó su dimisión en mayo de 2000.

Tras los convulsos y desastrosos años de gestión de Joan Gaspart, en 2003 Joan Laporta ganó las elecciones, y con él regresó, en la sombra, Johan Cruyff, responsable de la incorporación de un Frank Rijkaard que con el apoyo de Ronaldinho (fichado gracias a las gestiones de un Sandro Rosell que por aquel entonces era la mano derecha del nuevo presidente) devolvió al Barça a lo más alto y recuperó de manera innegociable el fútbol de combinación por el que había apostado el club bajo la dirección del propio Cruyff y que había intentado mantener sin gran éxito mediático Louis van Gaal.

MESSI Y GUARDIOLA

Convertido el club ya en un fenómeno mediático de carácter mundial, superados los 150 mil socios y considerado como el propulsor y gran representante de un fútbol muy particular, todo coincidió para la aparición de la mejor generación de futbolistas de la cantera, entre los que destacó Leo Messi, encargado de enlazar los dos grandes últimos proyectos deportivos.

Como todo presidente que se precie en el Barça, Laporta vivió también su gran crisis institucional a partir de la dimisión de Rosell y sus allegados, y social, coincidiendo con el desplome del equipo de Ronaldinho, campeón de Europa en 2006 pero que no supo mantenerse en lo alto.

En la primavera de 2008, cuando todo el entorno mediático presionaba para que el Barça fichase a Mourinho, el presidente, avalado directamente por Cruyff, sorprendió a todo el mundo apostando por Pep Guardiola, quien apenas había entrenado al equipo filial y no tenía ninguna experiencia al más alto nivel.

La historia, reciente, es bien conocida. Con el entrenador catalán en el banquillo y el crack argentino en el césped, el Barça vivió la mejor era deportiva de toda su historia, siendo el primer club en ganar todos los títulos posibles en un año natural (seis), batiendo todos los records estadísticos y enamorando a través de un fútbol que adquirió la consideración de modelo innegociable.

Guardiola se marchó en 2012, desgastado de todo el ruido mediático y de la guerra sorda pero inacabable con el Real Madrid dirigido por Mourinho, y desde entonces el Barcelona busca su redención deportiva, su retorno a los orígenes del cruyffismo-guardiolismo a la vez que socialmente vuelve a estar en el ojo del huracán, con diversos frentes judiciales abiertos, su estrella en el punto de mira y no pocas dudas ante el futuro inmediato.

Pero, echando una rápida mirada atrás, se entiende que después de 115 años de historia el futuro no debe hacer vacilar en la seguridad de un club que nació el 29 de noviembre de 1899 bajo el ánimo de 12 socios y que hoy cuenta con más de 150.000 asociados que acaban por ser su mejor aval.