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Arturo Vidal es una sombra de lo que fue, y eso preocupa a la Juventus

El empate local 1-1 de la Juventus ante la Sampdoria el domingo se sintió como una derrota para los anfitriones. Está claro que la Juve fue el equipo superior, pero su incapacidad de sacar el máximo provecho de sus posibilidades, sobre todo en el primer tiempo, los asechará en su intento de mantener a raya a la Roma en la tabla de posiciones.

Además de la decepción inmediata por lo puntos que no pudieron ganar, la principal preocupación que dejó el partido son las condiciones de Arturo Vidal.

El chileno sencillamente es una sombra de lo que fue. Aunque la Juventus ha tenido un desempeño destacado en algunos partidos, lo que realmente le ha faltado es su guerrero del mediocampo; el hombre capaz de mejorar su capacidad ofensiva, y al mismo tiempo de asegurar la línea de fondo. Si el viejo Vidal hubiera jugado como él sabe hacerlo, La Vieja Señora simplemente habría sido imparable esta temporada.

Este jugador ha sido muy echado de menos, y es imposible no preocuparse por sus actuaciones. No sólo le falta ritmo, sus decisiones son pésimas y sus pases imprecisos, sino que ha resultado ser una carga y debería haber sido expulsado tanto ante el Atlético de Madrid en la Liga de Campeones a mitad de semana como en este partido.

Vidal, fuertemente vinculado con el Manchester United durante el verano, ahora es un centrocampista imprudente con dificultades para entender su cuerpo y el golpe que ha recibido. La lesión en los ligamentos de la rodilla no sólo ha afectado sus habilidades, sino también su confianza.

Uno sólo puede imaginar cuánto más rendiría este equipo si Paul Pogba, Vidal, Claudio Marchisio y Andrea Pirlo estuvieran en su máximo nivel.

A pesar de haber jugado un partido de Champions a mitad de la semana, los Bianconeri arrancaron el juego con mucha intensidad, jugando un partido enérgico y de alto ritmo para anotar de inmediato el primer gol.

Un auténtico equipo es aquel que permanece fiel a su identidad y a su estilo de juego, incluso si se requiere un poco de versatilidad. Como tal, Sampdoria se equivocó al optar por cambiar e imitar la formación de la Juve, dejando de lado su habitual 4-3-3 para jugar con una configuración de 4-3-1-2. El cambio no sólo condujo a un estilo de juego con hombres incómodos, sino que permitió que los hombres de Massimiliano Allegri dominaran la posesión y controlaran el mediocampo.

Con Stephan Lichtsteiner haciendo uso del espacio para presionar arriba y Patrice Evra ejerciendo presión en el flanco opuesto, Roberto Pereyra trabajó sobre la aceleración del juego por el centro, lo que les permitió a los Bianconeri conseguir muchas posibilidades.

Con el partido en sus manos y la Sampdoria teniendo dificultades, la Juventus debería haber aprovechado más sus posibilidades, sobre todo porque para el minuto 38 ya habían producido diez tiros -- cinco de los cuales fueron en el blanco -- así como un gol a través de Evra.

La Sampdoria sumó a Manolo Gabbiadini en el inicio del segundo tiempo, volviendo a su habitual 4-3-3 y la diferencia fue notable. Los Blucerchiati volvieron a jugar de una manera organizada, imponiendo su fuerza y frustrando al oponente.

Mientras que la Juventus comenzó la segunda mitad con determinación, sus oponentes fueron menos miedosos, y no pasó mucho antes de que consiguieran el gol. Gabbiadini, el joven compartido por la Juventus y con chances de pasar al Napoli pronto, puede no ser el jugador más consistente del planeta pero cuenta con una gran técnica. Con Evra sin siquiera cerca de cerrarlo -- como es de costumbre -- Gabbiadini produjo un disparo fabuloso para igualar.

La Vieja Señora requirió un momento de magia. Cuando la Sampdoria juega con confianza y se mantiene compacta y organizada, puede ser casi imposible de penetrar. Un perfecto Carlos Tévez o un fuerte Vidal podrían haber hecho la diferencia como lo haría un Pogba que no se apaga en determinados momentos. Tévez verdaderamente extrañó la presencia de Fernando Llorente en la delantera. Si bien Álvaro Morata jugó un excelente partido, Llorente tiene la capacidad de molestar a los defensores centrales y empujarlos hacia atrás para crea el espacio y tiempo a fin de que Tévez pueda trabajar sin presión.

La ausencia de Llorente en el terreno de juego permitió que Alessio Romagnoli enfocara toda su energía en Tévez, que sufrió cuando lo presionó y se vio incapaz de mantener la posesión.

El "cordero del sacrificio táctico" que es Llorente -- como ha sido apodado por este blog -- puede no ser el mejor delantero del mundo, pero sus sacrificios mejoran el rendimiento de los que lo rodean.

Sin embargo, un punto en contra de la Sampdoria no es nada de lo que haya que avergonzarse, pero la Roma seguirá aplicando presión, y dependerá de Allegri y sus hombres jugar con la consistencia necesaria de los ganadores.