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Adama Traoré, la nueva joya del Barcelona, llama a la puerta

Adama suma 35 minutos en tres partidos con el primer equipo Getty Images

BARCELONA -- El 23 de noviembre de 2013 el Barça goleó al Granada en el Camp Nou por 4-0 y cuando faltaban diez minutos para acabar aquel partido de Liga Gerardo Martino, entrenador la pasada temporada del equipo azulgrana, dio la alternativa a un joven de 17 años que empezaba a despuntar en el filial. Entrando por Neymar, Adama Traoré se presentó en sociedad de manera humilde y sin aspavientos. Todo lo contrario que el pasado miércoles.

El Tata le dio nueve minutos más ante el Ajax y le devolvió al filial, donde acabaría la temporada con 25 partidos y un crecimiento que Eusebio ya calificó de "especial", apartándole del primer plano mediático pero convencido de que a no mucho tardar el joven canterano daría qué hablar.

Ha tardado cuatro meses en hacerse ver. Quedó su figura ensombrecida por Munir y Sandro en el inicio de temporada mientras sumaba 15 encuentros en el segundo equipo hasta que Luis Enrique estimó que el partido 'de entrenamiento' frente al Huesca sería un buen momento para darle cuerda. Y le bastó poco más de un cuarto de hora para ganarse las portadas de los medios y la admiración general de la hinchada.

Adama "es un toro", una fuerza de la naturaleza difícil de amaestrar en su rapidez endiablada y eslasticidad. "Tengo que mejorar", admite con humildad, rememorando que el primer jugador en quien se fijó fue "Ronaldo", el auténtico, aquel que en 1996, cuando él apenas tenía seis meses de vida llegó a Barcelona para revolucionar el club con una potencia que muchos recordaron al ver el gol que anotó este miércoles al Huesca.

"Hay que ir poco a poco", frenó Luis Enrique en la sala de prensa cuando se le preguntó por él, reconociendo, eso sí, que "llegará su momento". En el club la confianza que se tiene en Adama a todos los niveles es absoluta. El pasado 19 de noviembre se oficializó con la firma de su renovación hasta junio de 2018, con una cláusula específica según la cual tendrá ficha del primer equipo a partir del próximo curso o será cedido (o traspasado en último caso) si no entra en el vestuario profesional.

Nacido en 'La Maternitat', el hospital que hay al lado mismo del Camp Nou, y criado en L'Hospitalet, Adama Traoré es hijo de emigrantes malienses y comenzó, en compañía de su hermano Moha, a despuntar en el benjamín del 'Hospi'. Tanto destacó que en edad infantil fue captado por el Barça y su crecimiento en las inferiores del club azulgrana no pasó desapercibido para nadie.

Ascendió en el infantil, cadete y juvenil hasta que un paso efímero por el desaparecido Barça C le abrió la puerta del filial a los 17 años, en septiembre de 2013 para, dos meses después, ser citado por Martino y aparecer en esos dos partidos consecutivos tras los cuales se decidió devolverle a las órdenes de Eusebio en el Barça B para que fuera puliendo su fútbol.

Hoy el futuro que se le adivina a Adama es espectacular. Durante la pretemporada Luis Enrique le vigiló de forma especial y en los entrenamientos demostró ser de una casta especial, por cuanto manteniéndose humilde a la sombra de los profesionales rompió todos los esquemas siendo el más fuerte de todo el stage en las pruebas de resistencia y velocidad.

"Está llamado a jugar en el primer equipo, a ser un jugador de referencia", apuntan desde el cuerpo técnico con la cautela lógica de estar hablando de un chaval de 18 años que destaca tanto por su seriedad en el aspecto profesional como por su alegría y ambición.

El gol que le marcó el miércoles al Huesca le catapultó al primer plano y de repente dejó de ser un canterano más para convertirse en la joya de la corona. Hasta tal punto que ocupó este jueves las portadas de todos los medios y su nombre rivalizó con el de las estrellas consagradas.

La carrera, la potencia, la cintura, la elasticidad y la calidad con que se mostró en aquel gol, el 7-0, ante el modesto equipo oscense devolvió al primer plano a aquel Ronaldo de hace 18 años. Y también recordó cosas de Romario y Ronaldinho. Una mezcla endiablada y probablemente atrevida cuando se habla de quien aún no ha hecho más que dar el primer paso.

A partir de aquí es cuando se espera a conocer si su llamada, a golpes, a la puerta del Barça acaba por convertirle en el crack que se espera.