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Nadie como él

Robert Griffin III fue el mariscal de campo más rápìdo en el Combinado de la NFL, en Indianapolis. ESPN The Magazine

BRISTOL -- Mucho antes de que fuera conocido como un número romano, Robby Griffin, de 16 años de edad, se sentó en la cama de hospital de su bisabuela enferma en etapa terminal, Matie Wright de 83 años de edad, quien se negaba a soltar la mano de Robby. Se quedó murmurando, "Robert Griffin... Robert Griffin... Robert Griffin". Por respeto, el adolescente no la soltó hasta que se quedó dormida.

De camino fuera del hospital, Robby parecía pensativo y le preguntaba a su padre por qué le había apretado su mano por tanto tiempo. "Ella perdió a su hijo joven --mi padre, tu abuelo-- y tú se lo recuerdas. Sabes de quién estoy hablando, ¿verdad?".

Robert Griffin I.

Robby realizó preguntas acerca del original Robert Griffin y escuchó acerca de su sonrisa de oreja a oreja, acerca de cómo daba una palmada en la espalda a casi todos los que conocía. Pero no volvió a surgir el tema hasta que Robby ingresó al campo para su primer partido como Baylor Bear, dos años más tarde, luciendo la leyenda Griffin III en la parte trasera de su camiseta de juego.

Desde su asiento en el estadio ese día, Robert Griffin II quedó asombrado. Nadie nunca había llamado a su hijo "Robert Griffin tercero", y no estaba seguro de que estuviera a favor de ello. Había nombrado a Robert como una petición de su padre y lo lamentó por años. No quería que su hijo sintiera la carga que él sentía, de vivir con el nombre de su padre. Pero en el momento Robby lució orgulloso en ese primer partido portando su número romano, Robert Jr. se dio cuenta que su hijo --pronto conocido como RGIII-- se había convertido en su propio hombre.

Pensó acerca de la vida de Robby. A los 2 años, estaba viviendo en Japón, y a los 6 años, estaba viviendo en un barrio pobre. A los 9 años, Robby estaba cantando en la iglesia. A los 11 años, su principal pensamiento era que algún día sería presidente de los Estados Unidos. Terminó la escuela preparatoria en tres años y medio. Irreverentemente vestía calcetas de SpongeBob y componía canciones. Su meta en la vida era ser abogado. Así que el III en su espalda no era una carga del todo, era el símbolo de un viaje de una familia. "Mi padre siempre me prometió que me daría más de lo que nunca me ha dado", dijo Robby. "Lo menos que podía hacer era pagarle, pagarle a mi abuela, pagarle a mi abuelo".

ROBERT GRIFFIN solía ser orgulloso. Era capataz para una compañía de construcción de New Orleans, y su día favorito era el día de pago. Se dirigía a un banco local para depositar una parte de su cheque y luego se iba a casa con el resto para salir en grupo a la tienda de comestibles.

Un día en particular, formó a sus ocho hijos, incluyendo a Robert Jr., y marcharon en fila al mercado y compraron todo bajo el sol, incluyendo sus cereales favoritos y caramelos. De camino a casa, Griffin notó a una familia del vecindario con aspecto desaliñado, abandonados a su suerte. Él le entregó a la familia toda la despensa que llevaban, incluyendo los caramelos, lo que hizo que Junior quisiera llorar. "Tengo nueve años y estoy dolido", dice Griffin II. "Pero él dijo entonces, 'Vamos, volvamos a la tienda'. Así que volvimos y tuvimos todavía más de lo que llevábamos la primera ocasión".

Griffin siempre estaba tratando de arreglar el vecindario, y al construir casas él sentía que también estaba construyendo familias. Pero la familia que más quería hacer crecer era la propia. Él le insistía a Robert Jr. acerca de la escuela, acerca de ser disciplinado, acerca de la importancia de sonreír. Robert Jr. era el más serio, mientras que Griffin era una especie de líder, quien saludaba con un movimiento de cabeza a cada ciudadano que veía."Mi padre era alguien que te impulsaba a actuar", dijo Griffin II. "Todos le agradaban. Cuando venía, las personas querían saber lo que pensaba, sus planes. Era difícil seguir eso".

Griffin claramente era un hombre con visión, pero luego se perdió. A la edad de 40 años, su vista empeoró progresivamente, y eventualmente se le diagnosticó glaucoma. Podía trabajar sólo esporádicamente, hubo menos viajes al banco. La familia que tanto adoraba tuvo que mudarse ahí mismo en New Orleans, no muy lejos del Superdome, y Roberts Jr. necesitaba levantarse con su propio plan para el futuro.

Como mariscal de campo zurdo que podía lanzar el balón 50 yardas, a Robert Jr. le habría encantado jugar fútbol americano colegial. Él había visto al zurdo Ken Stabler jugar para los Oakland Raiders, y le gustó cómo se movía Stabler, extendiendo jugadas y disparando el balón campo abajo. Robert Jr. tomó como modelo al zurdo, así como a los pasadores diestros Fran Tarkenton, Roger Staubach y el mariscal local de los New Orleans Saints, Archie Manning. Al igual que ellos, él era atlético; podía moverse de un lado a otro y hacer que una jugada durara para siempre. Pero nunca recibió la oportunidad. Él dice que su entrenador en jefe en la preparatoria pensaba que los mariscales zurdos eran poco ortodoxos.

Se enfocó en el baloncesto, pero nunca recibió una oferta de beca escolar y no tenía dinero para asistir a la universidad. "Después de que mi hermana asistió a la universidad y nos dejó en la bancarrota, opté por algo distinto y busqué al ejército para iniciar de nuevo", expresó. Su padre --quien para entonces sólo podía ver sombras-- le dio su bendición, diciéndole que se mantuviera a salvo. Un año después, Robert I murió a los 43 años de un aneurisma cerebral. "Me derribó", dijo Griffin II, quien tenía 19 años en ese momento. "Este hombre era la persona más fuerte que conocía".

Robert Jr. se dedicó a su servicio militar, y tres años después, rindió frutos. Se casó con Jacqueline Rossalso, una sargento del ejército. Él quería formar una familia de la forma en que su padre lo hizo, para dar un ambiente propicio para crecer. Tuvieron dos hijas, Jihan and De'Jon, y el 12 de febrero de 1990, Jacqueline dio a luz en Okinawa, Japón, a un hijo que eventualmente caminaría a los nueve meses y correría a toda velocidad a los 12 meses.

EL NIÑO NUNCA le dio mucha importancia a su sufijo. Su padre le llamaría Rob o Robert, y su madre le diría Robby. Hicieron la promesa de nunca referirse a él como Trey o 'Tercero'. La idea era dejarlo desarrollarse por su cuenta, y lo que tuvieron pronto fue un niño que se burlaba de sus hermanas y se alejaba corriendo, demasiado rápido para ser atrapado. Nunca dejó que le cortaran el pelo. Le gustaba largo y con trenzas, y en las bases militares donde vivían --en Japón y Fort Lewis, Washington-- tenía que atarlo con una coleta.

El aislante mundo de los militares se adecuaba a la familia. Las bases fueron diversas, y Robby disfrutó particularmente tomar clases de karate. Pero cuando tenía 6 años de edad, El ejército envío a sus padres a bases separadas en Corea por un año, forzando a los niños a quedarse con la familia de Robert Jr. en New Orleans.

Robby nunca antes había visto una cucaracha o una rata, y estaba preocupado por las condiciones de vida. Recuerda vívidamente tener un dolor de muela un día, y en vez de llevarlo a un dentista, sus familiares ataron el extremo de un cordón en el diente y el otro extremo a la perilla de la puerta. Luego azotaron la puerta para quitar el diente. La escuela sólo hizo que Robby quisiera regresar a casa. En la base militar, su larga cabellera había sido una novedad, pero en New Orleans, los niños se burlaban de él sin piedad. Decían que parecía niña y le apodaron 'Ponytail'. "Se volvió retraído", dijo Jacqueline. "Siempre les habíamos enseñado a no hablar de otras personas, a ser conscientes de los sentimientos de las personas, así que para él ir a la escuela y ser objeto de burlas, fue un choque cultural".

Pero cuando el año terminó y la familia se mudó permanentemente a Fort Hood, Texas, Robert Jr. notó una nueva fuerza en su hijo, así como un atleticismo en crecimiento. Cuando el niño de 7 años le dijo a su padre que quería ser el próximo Michael Jordan, Robert Jr. le hizo jugar con el balón con su mano izquierda por una hora, al punto de que Robby gritó. "Que estaba loco", dijo Robby. "Entonces me di cuenta de lo que iba a tomar. Mi padre solía decir, 'Si vas a hacer algo, ¿Por qué no ser el mejor?'". Él le dijo a su padre que quería ser el chico más rápido de la base, así que Robert Jr. lo hizo correr en las colinas con una llanta de repuesto atada a su cintura. "Mis padres eran tremendos con la disciplina. Era sí señor, no señora", dijo Robert. "Y si decías que ibas a iniciar algo, lo terminabas".

Robert Jr. fue cuidadoso, nunca dominante ni levantaba la voz. Él simplemente tenía la atención de su hijo, y el respeto. "Muchas veces, las personas reprimirán el crecimiento de un niño al decir, 'Bueno, voy a derrotarlo'", dijo Griffin II. "Él me observaba, y yo jugaba con él, pero nunca gané. Siempre estuve a punto de realizar el último disparo, y nunca hice ese tiro. Él volvía y le decía a todos, 'Mi padre nunca me gana', y así era por diseño. Pero en algún punto el comenzó a correr más rápido que yo, a saltar más alto que yo y a tirar mejor que yo. Estaba ganando legítimamente".

La familia adoptó esa misma táctica con las tareas. Jacqueline sería su tutora en escritura, y Robert Jr. estaba a cargo de las matemáticas. Ellos ofrecían a Robby y sus hermanas dos juguetes cada vez que obtuvieran una calificación A en su boleta de calificaciones, y cuando llegaron a la escuela media la oferta mejoró a 100 dólares por cada A. Robert era un estudiante de constantes calificaciones A. si alguna vez tuvo una B, lo que muy rara vez sucedió, corría con su profesor preguntándole si podía ganarse ese crédito extra. Llegó al punto en el que su padre retiró la oferta de 100 dólares.

Sin embargo, la siguiente prueba para Robby era una donde no podía ser el mejor. La mañana de su cumpleaños Nº 13, el 12 de febrero del 2003, cerca de las 5 a.m., su padre lo despertó con la noticia de que tenía que partir para servir en Iraq, con el encargo de abastecer de combustible tanques y helicópteros. Tenía que irse en una hora. Robby lloró. Robert Jr. le dio un régimen de ejercicios a seguir y le dijo, "Eres un hombre ahora. Vas a tener que cuidar de tus hermanas y tu madre. No quiero que estén viendo CNN todo el tiempo, preocupándose por mí. Papá va a estar bien".

Durante ese tiempo, Robby y sus hermanas durmieron todas las noches en la cama de Jacqueline. En la tarde del 19 de marzo del 2003 --cuando los Estados Unidos atacaron Iraq-- Robby sorprendió a Jacqueline viendo las noticias. "¡Papá dijo que no viéramos eso!", gritó. Apagó el televisor. "Muchos niños en ese lugar tienen padres que no volverán", exclamó Robby. "No quería ser uno de esos niños. Pero sabía que si él no volvía, iba a tener que hacerme cargo de mi familia".

Era un chico diferente; era independiente. Corría en las colinas por su cuenta, con esa vieja llanta atada a su cintura. "Crecí", dice Robby.

Seis meses después, cuando su padre volvió a casa a salvo, corrieron a los brazos uno del otro. Robert Jr. nunca le dijo a su hijo que los soldados iraquíes se quedaron a pulgadas de volar el camión de combustible en el que estaba. En lugar de eso, hablaron acerca de un nuevo deporte que Robby quería probar: el fútbol americano.

El viejo mariscal de campo zurdo, le regaló a su hijo historias de Stabler y Tarkenton e instó a Robby a jugar la posición, pero jugarla a la manera Griffin. Sólo porque él era el chico más rápido de la escuela, no significaba que tenía que ser sólo un mariscal de campo de opción. Podía lanzar primero, correr después. Podía mantenerse en pie y buscar campo abajo como Roger the Dodger.

En la Copperas Cove High School, Robby no era el típico mariscal de campo con actitud de macho. Escribía canciones y sin vergüenza llevaba sus trenzas. Un día, en 10º grado, Robby no podía encontrar un par de calcetas azules, así que se puso una azul y una roja (con pantalones cortos, ni más ni menos). Sus amigos se rieron, las porristas también, los estudiosos asintieron con la cabeza, y él sonrió de oreja a oreja. "Eventualmente, me pondría todo tipo de calcetas", dijo Robby. "Uso de lunares, rayas, rombos, Scooby-Doo, Elmo, Cookie Monster. Tengo de pingüinos. Tengo calcetas de días festivos, copos de nieve, Navidad, día de los enamorados, Día de San Patricio, muñecos de nieve, Santa Claus, Snoopy, Mickey Mouse, Tinkerbell, El Grinch, Winnie the Pooh y Kermit the Frog".

Era el Robert Griffin I en él, pero la ética de trabajo de Robert Jr. también estaba en él. En el año junior de Robby, era titular en el equipo de baloncesto, era mariscal de campo titular, destacado en deportes de pista y presidente de la clase. Su promedio escolar estaba justo por debajo del 4.0. No tuvo su licencia de conducir y nunca fue a ninguna fiesta después del partido. "De ninguna manera", dijo Robert Jr. "Alcohol esto, alcohol aquello. No íbamos a correr el riesgo. Sus entrenadores siempre sabían que estaba en casa, preparándose para el día siguiente".

Cuando las universidades comenzaron a llamar, LSU y Oklahoma lo reclutaron para ser receptor o defensivo de la secundaria. Pero Robby siguió su plan, que era comprometerse con el entrenador en jefe, Art Briles, y Baylor, así podría jugar de mariscal de campo.

EL DÍA que lució el nombre Griffin III en su playera de juego por primera vez, había 20,000 asientos vacíos en el Floyd Casey Stadium de Baylor. Un año más tarde, la multitud estaba coreando, "Robeeeerrt Griffiiiin", en poco tiempo, un anunciador de Waco, Texas, le dio a Robby el sobrenombre que se le quedaría: RGIII. Justo cuando Baylor estaba pensando lo impensable --un tazón-- RGIII se lesionó la rodilla en septiembre del 2009 en contra de Northwestern State. Sucedió en una jugada de opción en cuarta oportunidad y dos yardas por avanzar en la primera serie del partido, sin embargo jugó el resto de la primera mitad, lanzando para 226 yardas y tres anotaciones, corriendo para 16 yardas. Cuando escuchó al día siguiente que su ligamento cruzado anterior se había roto, no lloró por él, dice, sino por su equipo. "Apesta", dijo. "Ese era el año en el que se suponía terminaríamos con la sequía de un tazón. Yo quería jugar sin someterme a cirugía".

La sequía de 15 años duraría al menos un año más. Su padre se aseguró que fuera operado, consiguiendo al cirujano de Houston, Mark Adickes --un ex Washington Redskin-- para realizar el procedimiento. El cuerpo de entrenadores de Baylor estaba agradecido de tener a RGII (Robert Jr. recibió un ascenso en su apodo también) interfiriendo con toda la atención de los medios y Robby también estaba agradecido. El círculo íntimo de RGIII fueron sus padres y su novia, Rebecca Liddicoat, pero inmediatamente después de la cirugía necesitó a su padre más que nunca. Estaba devastado después de la lesión, saltándose clases por semanas y necesitaba con urgencia un consejo.

El plan de RGII era rehabilitar a su hijo mentalmente, tanto como a su cuerpo. Le pidió a Leroy Burrell, quien se había sobrepuesto a una ruptura en el ligamento cruzado anterior para establecer un récord mundial en los 100 metros, que le diera un discurso motivacional. Para mantener la agudeza de brazo de su hijo, RGII tenía a Robby lazando pases desde su sofá. Más tarde, lo tenía lanzando pases desde una silla en un estacionamiento.

En el 2010, un saludable y enfocado RGIII llevó a Baylor al Texas Bowl, su primer partido de postemporada desde 1994. Era una especie de fenómeno en el campus, ahora cada que caminaba a clases, los estudiantes de Baylor enviaban un mensaje en Twitter: "RGIII me sonrió". Sin embargo, nada podría superar lo que iba a seguir en el 2011. En un año del calendario, Robby se ganó su grado en ciencias políticas (en apenas tres años), se matriculó en la escuela de posgrados (estudiando cine y medios digitales), contempló la escuela de leyes (Baylor siendo su primera opción), se comprometió con Liddicoat (cantando su proposición a la luz de las velas en las instalaciones de prácticas del equipo) y se convirtió en finalista en la votación por el Trofeo Heisman (con la intención de usar calcetas de Superman para la ceremonia).

Unos días antes de volar a New York, se sentó en una tienda de ropa en Waco, mientras Rebecca le elegía algo para ponerse en la noche del Heisman. Tenía que matar el tiempo, así que comenzó a escribir un discurso de aceptación en caso de ganar. Pensó en su padre y su abuelo, y la frase "increíblemente creíble" se le vino a la mente. Increíble porque solía ser un niño pequeño con una coleta en el pelo. Creíble porque corrió en las colinas por 15 años para llegar a donde estaba.

Cuando aceptó el trofeo, tuvo que leer el discurso en voz alta, en esas calcetas de Superman. Pero RGII había investigado a fracasos del Heisman (véase Andre Ware, Gino Torretta, Eric Crouch, Danny Wuerffel) y tuvo claro que muchos habían engordado. Así que horas más tarde, RGII y RGIII estuvieron entrenando en el gimnasio del hotel a las 2 a.m. Le dije, "eres el ganador del Trofeo Heisman'", explicó RGII. "'Pero ahora mismo no puedes comportarte como eso. Tienes que actuar de la manera en que lo hacías antes de que ganaras el premio'".

Después de la temporada, RGIII pasó cinco semanas entrenando en Phoenix, tomando sólo un día de descanso a la semana. Luego en el Combinado de Talento corrió la carrera de las 40 yardas con un tiempo de 4.41 segundos, y exhibió después sus calcetas de las Teenage Mutant Ninja Turtles. Los cazatalentos estuvieron tratando de compararlo con Cam Newton y Tim Tebow, pero RGIII dice, "Las personas dirían que soy un pasador más pulido que Tebow y Cam, pero no lo soy como corredor físico. No obstante, mido 6 pies con 2 pulgadas y peso 223 libras, y puedo lanzar mejor que ellos".

RGII le planteó a su hijo ser Stabler-Tarkenton-Staubach, no Michael Vick. El entrenador en jefe de los Redskins, Mike Shanahan, le prometió a RGIII en el Combinado que tratarían de ascender para elegirlo. Dos semanas después, el 9 de marzo, Washington realizó una oferta monstruosa para ascender a la posición global Nº 2 en el draft. Con los Indianapolis Colts aparentemente comprometidos con Andrew Luck con la selección global Nº 1, RGIII a los Redskins parecía un hecho consumado. La capital del país se volvió loca.

Washington no ha tenido un mariscal confiable desde Mark Rypien en 1991, y los aficionados de inmediato comenzaron a cantar una versión revitalizada de su canción de batalla:
Hail to the Redskins
Hail victory
Braves on the warpath
Block for RG3

"Saluden a los Redskins, saluden a la victoria, guerreros en el camino de la guerra, bloqueen para RGIII".

La opinión prevaleciente es que si puede revolucionar a Baylor, RGIII puede hacer lo mismo para Washington. Todo lo que le pide a la franquicia es que "aprieten los dientes " con él hasta que lo haga bien. Mientras tanto, está a punto de ir al banco, como hizo RGI, y cerca de casarse joven como RGII. Él y Rebecca quieren eventualmente iniciar una familia, y ya han elegido nombre para su hijo:

Robert Griffin IV.