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Ofensiva en serie

Reggie Wayne rindió una de sus mejores actuaciones para su mentor, Chuck Pagano. Getty Images

BRISTOL -- Uno de los momentos más difíciles en la vida para un adolescente es el dejar a los padres y el hogar, para empezar su vida de adulto. Es un contraste de emociones: empezar a ser independiente con la inseguridad de lo que depara el futuro. Aquellos con suerte, tienen la presencia de un adulto que los guía en esa etapa tan complicada de la vida.

Chuck Pagano fue esa persona para Reggie Wayne cuando éste ingresó a la Universidad de Miami.

Muchos se preguntaron por qué Reggie Wayne optó por regresar a un equipo de Indianápolis en proceso de reconstrucción después de los despidos de Bill Polian, Jim Caldwell y sobre todo, Peyton Manning. Wayne regresó para jugar con el entrenador que lo reclutó a Miami, Chuck Pagano.

El despliegue de emoción que vimos el domingo por parte de los jugadores de los Potros, en honor a su entrenador en jefe quien lucha por su vida contra el cáncer, fue palpable. Ninguno lo representó más que Reggie Wayne quien se echó el equipo a sus espaldas y dio el partido de su vida. Reggie jugó diez años con Peyton Manning y nunca combinó un partido con 13 recepciones, 212 yardas y un TD que fue el que le dio la victoria a su equipo. Después del partido, un Wayne claramente emocionado le dedicó su actuación a su mentor.

Situaciones como esta suceden en la NFL cuando jugadores deciden jugar a pesar de pasar por momentos difíciles en su vida personal. ¿Quién no se conmovió con la actuación de Brett Favre un lunes por la noche ante Oakland sólo horas después de la muerte repentina de su padre? Vivimos algo similar hace un par de semanas con Torrey Smith el mismo día en que un hermano menor había fallecido trágicamente en un accidente de motocicleta.

Jugadores y equipos usan esa energía interna para sublimarse, pero esa energía raramente dura mucho tiempo. El esfuerzo y el desgaste mental son devastadores y es difícil mantener ese nivel semana tras semana.

El encuentro contra Green Bay fue el primero de Indy después de enterarse del estado de salud de Chuck Pagano. La situación emocional volverá otra vez a ser normal. Este es un equipo que tiene talento y un futuro prometedor pero que será difícil que califiquen a la postemporada. Sin restarle méritos a su victoria del domingo, no estoy seguro que se hubiera dado sin las lesiones que sufrió Green Bay durante el partido. El plan de juego cambió drásticamente con la salida de Cedric Benson enfocándose más en el juego por tierra y por consiguiente exponiendo a Aaron Rodgers. La baja de Jermichael Finley no ayudó y defensivamente, extrañaron a B.J. Raji en el centro de la defensiva.

Fue una gran y emotiva victoria para Indianápolis, pero en la NFL los equipos que ganan con consistencia lo hacen manteniendo nivelado. No se excitan demasiado cuando las cosas van bien, ni se derrumban emocionalmente cuando viven momentos de adversidad.

Problemas en Green Bay
Hay temporadas en que las cosas salen bien, y otras en que hay que superar obstáculos, llámense lesiones, decisiones de los árbitros o jugadas fortuitas que impactan el resultado de un partido. Esta es la situación que vive Green Bay.

El equipo de Mike McCarthy no ha sido el trabuco ofensivo que fue en 2011. Los problemas datan desde el campeonato de conferencia contra los Gigantes de NY. NY puso la muestra de cómo defender a los Empacadores: marcar a sus receptores principalmente de manera individual con un jugador extra en la defensiva secundaria y forzar el juego por tierra que no es el punto fuerte de Green Bay. Este esquema seguido le daba huecos a Aaron Rodgers para correr con el balón, pero coordinadores defensivos prefieron ver a Rodgers corriendo que lanzando. Cedric Benson les empezó a dar otra dimensión en el ataque terrestre, pero ahora esta afuera con una de las lesiones más complicadas que existen, la de Lisfranc en el pie. Esta fue la que terminó con la temporada de Darren McFadden y Matt Schaub el año pasado. Dicen que Benson regresará en ocho semanas. Esto me sorprendería.

Las cosas se ven duras para Green Bay, pero esto no debe ser razón para perder esperanzas. El año que ganaron el Super Bowl tuvieron 17 jugadores fuera de acción. Calificaron de panzazo en la última semana y en postemporada empezaron a carburar. Lo mismo pasó con los Gigantes de NY. El camino no será fácil para los Empacadores, pero muchas veces el jugar bajo estas circumstancias forja un caracter fuerte el cual es una ventaja durante los playoffs.

Regreso de Pittsburgh
El comienzo de temporada no se puede calificar de positivo. Una derrota en Denver contra los Broncos y Peyton Manning no es motivo de alarma. Caer ante los Raiders de Oakland lo es algo diferente. La diferencia es que en la NFL lo importante para un equipo no es como empieza, sino como termina la temporada siempre y cuando no se rezague muy lejos. Pittsburgh no se rezagó. Está a un juego y media del líder Baltimore cuya defensiva no es la misma esta temporada.

El domingo regresaron Troy Polamalu y James Harrison a la defensiva. Polamalu se resintió de su lesión en la pantorilla y estará fuera varias semanas. También sufrieron la baja de LaMarr Woodley. Es evidente que la defensiva de los Acereros, la razón por la cual han sido un equipo dominante en los últimos ocho años, no es la misma. Sea por cuestión de edad o por lesiones, pero este grupo tiene sus puntos débiles.

Pero estos no son los mismos Acereros. Al igual que Baltimore dentro de su división, es un equipo que depende ahora de su ofensiva.

Al final de la temporada 2011, Art Rooney III decidió no renovar a Bruce Arians como coordinador ofensivo por dos razones principales. La primera era que quería regresar a una ofensiva que enfatizara principalmente el ataque terrestre y la segunda era tener un coordinador ofensivo que se impusiera sobre Big Ben, quien hacía lo que quería bajo Bruce Arians. De ahí la llegada de Todd Haley, de quien cuentan las malas lenguas, ha sido la única persona que ha hecho que Kurt Warner diga maldiciones.

La idea era tener una ofensiva balanceada, pero esto no fue posible durante los primeros cuatros partidos. Todo cambió el domingo pasado con el regreso de Rashard Mendenhall. Con Mendenhall en la alineación, la ofensiva de Pittsburgh pasa a otro nivel. Lo vimos con el TD que anotó en un pase de pantalla. Filadelfia anticipó la jugada y la marcó bien, pero la habilidad de Mendenhall para dejar atrás al jugador de la defensiva fue la diferencia. Mendenhall logra yardas que sus suplentes no hacían.

Mendenhall marca una gran diferencia, pero a fin de cuentas, aún con Todd Haley, los Acereros son Ben Roethlisberger. El fracaso o el éxito de esta franquicia, en esta temporada, dependerá de Big Ben. En este momento, es mi candidato al Jugador Más Valioso de la temporada. Sus estadísticas quizás no sean las más impresionantes, pero dudo que hay otro jugador que represente más para su equipo que Ben.

No pierdan de vista a los Acereros. Apenas empiezan a entrar en ritmo en 2012.

Malas decisiones y cartuchos quemados
Hasta el momento de redactar esta columna, Darrelle Revis sigue siendo parte del grupo del equipo activo de los Jets. Rex Ryan declaró que espera que Revis esté disponible para jugar el Super Bowl. En serio, eso fue lo que dijo a pesar de que Revis se reventó el ligamente anterior cruzado de su rodilla. Esta es una lesión que toma por lo menos ocho meses en sanar, y eso si el jugador se dedica en cuerpo y alma a su rehabilitación. Después de los ocho meses, si le va bien, hay que recuperar la confianza antes de poder jugar. El Super Bowl será en menos de cuatro meses y la verdad es que los Jets no se perfilan como candidatos a participar.

Rex debería estar consciente de la realidad y por difícil que sea, colocar a Revis en la reserva de lesionados y buscar a un jugador que los ayude inmediatamente. El enfoque de Jets no debe ser en este momento la postemporada. Debe ser ganar otro partido.

Anoche durante "MNF" nos comentó John Sutcliffe que Terrell Owens publicó un tweet dirigido a los Jets pidiendo que lo firmaran. TO no sabe que perdió ya la batalla con el Padre Tiempo quien no perdona a NADIE. Es como si yo le mandara un mensaje a Mike Shanahan declarándome disponible para suplir a Billy Cundiff. Las carcajadas en Redskin Park serían tan fuertes que los vecinos tendrían que hablarle a la policía para que fueran a moderar el ruido.

Bien dice el dicho "No son lo mismo los tres mosqueterso que veinte años después".