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A buscar el empate los Tigres

Doug Fister tendrá una enorme presión sobre sus hombros: llevar la serie empatada a Detroit. Elsa/Getty Images

Con una faena de lujo, Barry Zito hizo olvidar todo el dinero que han malgastado en él los Gigantes de San Francisco desde el 2007.

Zito, dueño de uno de los peores contratos en la historia de las Grandes Ligas, se comportó como el lanzador dominante que llevó a los Gigantes a firmarlo por 126 millones de dólares y siete temporadas en el invierno del 2006.

Así, San Francisco arrancó con el pie derecho la Serie Mundial con holgada victoria de 8-3 ante los Tigres de Detroit, a quienes evidentemente les afectó el prolongado descanso desde la serie de campeonato de la Liga Americana, en la que barrieron 4-0 a los Yankees de Nueva York.

Tras el Panda-monium desatado por Pablo Sandoval con sus tres cuadrangulares en el primer partido, Detroit está necesitado de un triunfo que le permita viajar al Comerica Park con la serie igualada.

Para ello, los Tigres intentarán aprovechar la oportunidad que brinda la presencia en el montículo de San Francisco del zurdo Madison Bumgarner, cuyo paso por los playoffs ha sido fatal.

Bumgarner, que resultó una revelación en la postemporada del 2010, en que los Gigantes se coronaron en el clásico de octubre, ha sido bateado libremente en sus dos aperturas anteriores, una frente a los Rojos de Cincinnati en la serie divisional y otra ante los Cardenales de San Luis en la serie de campeonato de la Liga Nacional.

En total, tiene trabajadas en octubre ocho entradas completas en dos salidas, con 15 hits y diez carreras limpias permitidas, para una efectividad de 11.25 y balance de dos derrotas sin victoria.

Además, Detroit necesita sacar ventaja del hecho de que el derecho Tim Lincecum, convertido en un apagafuegos de lujo, no debe ser empleado por el manager Bruce Bochy en el segundo juego, tras lanzar 2.1 innings perfectos de relevo, en los que propinó cinco ponches.

Por su parte, el mentor Jim Leyland sorprendió al armar su rotación con Doug Fister y el venezolano Aníbal Sánchez en los puestos dos y tres, relegando a Max Scherzer al cuarto partido de la serie.

Aunque no tiene decisión en la postemporada, Fister se ha mostrado sólido en sus dos aperturas anteriores, en las que caminó 13.1 episodios, con dos limpias y efectividad de 1.35.

A la preocupación lógica por empezar debajo, Leyland suma la del dominicano José Valverde, cerrador titular del equipo, que volvió a ser castigado duro.

Con el partido de un solo lado, el mentor de los Tigres envió a Valverde en una movida inteligente para que trabajara con menos presión y recuperara la confianza en sí mismo.

Pero su efímero paso por la loma fue una verdadera práctica de bateo, al tolerar cuatro imparables y dos limpias en un tercio de inning. Al único bateador que dominó fue al débil Lincecum, a quien llevó a la cuenta completa de 3-2 antes de abanicarlo.

A los Tigres se les presenta este jueves una ocasión que podría ser única para igualar las acciones ante el más débil de los abridores de San Francisco. Desaprovecharla los pondría en una situación desesperada, cuando tengan que enfrentar luego a Ryan Vogelsong y Matt Cain.