Tomás Rodríguez Couto 11y

Dejaron su huella y dijeron adiós

BUENOS AIRES -- Problemas físicos, planes de conformar una familia, falta de motivaciones o ganas de hacer una nueva vida hacen que, año a año, tenistas que dejaron una huella, dicen adiós.

Uno de ellos en 2012 fue Fernando González. El chileno indicaba que no podía soportar "el ritmo de vida que llevaba hasta el día de hoy" pero negó que se haya acabado su pasión por el tenis. Por eso, se retiró de las canchas en el Masters 1000 de Miami, torneo que "más había visto como espectador" en su adolescencia y en donde "hay una colonia muy importante de latinos".

El palmarés de Feña incluye 11 títulos en el circuito profesional, pero siempre destacó sus tres medallas olímpicas entre Atenas 2004 y Pekín 2008 como sus máximos logros. En Grecia obtuvo dos medallas: el bronce en individuales y el oro en dobles junto a su compatriota Nicolás Massú, mientras que en China, el chileno se quedó con la medalla plateada tras perder en la final olímpica ante Nadal.

Otro de los momentos con los que se queda el de Santiago es con el Abierto de Australia de 2007, con el que se situó en el 5º puesto del ránking de la ATP, tras perder en la definición con Roger Federer.

Mientras tanto, Juan Ignacio Chela dejó el deporte después de haber conseguido triunfos muy importantes y de haber llegado tres veces a los cuartos de final en torneos de Grand Slam, en Roland Garros 2004 y 2011 y en el US Open 2007.

Tendinitis en ambos tendones de Aquiles complicaron al tenista argentino de Ciudad Evita, quien fue Nº 3 de Argentina en 2007, 2010 y 2011, tras compartir una década muy valiosa en su país, con una camada que hizo historia.

"No tengo la energía necesaria, pero estoy conforme y contento con mi carrera", dijo a horas de su anuncio oficial en diciembre aunque su último partido oficial lo jugó en Wimbledon de este año, cuando perdió con el eslovaco Martin Klizan en la primera rueda por 11-9 en el quinto set.

Chela llegó a escalar hasta el 15º lugar de la ATP en agosto de 2004. En su carrera, sus seis torneos ganados en singles fueron en superficie lenta: México 2000, Amersfoort 2002, Estoril 2004, Acapulco 2007, Houston 2010 y Bucarest 2010.

Nacida el 30 de enero de 1985, fueron 21 los títulos que acumuló la también argentina Gisela Dulko en sus 11 años como tenista profesional: cuatro en singles y 17 en dobles, especialidad en la que alcanzó la cima del ranking y donde conquistó, junto a la italiana Flavia Pennetta, una corona de Grand Slam (Australia 2011) y otra en el Masters de la WTA (en 2010).

A meses de haberse casado con el futbolista Fernando Gago, anunció su retiro. "Lo venía pensando hace un tiempo, pero nunca es fácil tomar este tipo de decisiones. El tenis fue mi vida durante 20 años y logré cosas que nunca imaginé", expresó Dulko en su página oficial. "Ya no tengo las mismas ganas. No estoy dispuesta a hacer el sacrificio que lleva la vida de un tenista profesional, hoy mis prioridades pasan por otro lado, y ahí es donde quiero estar", explicó. Hoy, ya embarazada, vive otra etapa de su vida.

José Acasuso decidió hacerlo público en el contexto del ATP de Buenos Aires, torneo que siempre tuvo al argentino entre los protagonistas, incluyendo su primera final en el circuito, a los 18 años y ante Gustavo Kuerten, nada menos.

En total, el misionero ganó tres títulos, todos en polvo de ladrillo, y una carrera bien intensa. Estuvo 20º en 2006 pero su último partido fue en Roland Garros 2011, en la primera ronda de la clasificación ante el italiano Alessio di Mauro.

"Siempre dije que el día que perdiera ese fuego, esas ganas, dejaría el tenis. Uno tiene momentos malos, días en los que no quiere entrenarse, pero los días positivos son mayoría. Perdí esa motivación, aunque quise tomarme mi tiempo fuera del circuito para ver si extrañaba el deporte, si me daban ganas de regresar, y no ocurrió", decía, en febrero, con emoción.

Para cerrar el repaso de los latinoamericanos más destacados que dieron un paso al costado, queda mencionar al argentino Brian Dabul que supo estar 82º del mundo en 2009 y alcanzó las semifinales en Newport en 2010 como resultado más importante en el circuito grande.

Otro que dijo adiós fue Andy Roddick. En 12 años en el circuito, el estadounidense sumó más 600 victorias y 32 títulos, uno de ellos el US Open 2003, año en el que finalizó número uno del ránking mundial.

Además acumuló 5 Masters Series y fue subcampeón de Wimbledon en tres oportunidades (2004, 2005 y 2009) y del Abierto de Estados Unidos en 2006. En aquella última final en el All England, el quinto parcial que pierde a manos del suizo Roger Federer por 16-14 es aun el set decisivo más largo en la historia de los Grand Slams.

"Mi retiro está relacionado a cómo me siento y si puedo competir al más alto nivel", explicó Roddick que nació en Omaha (Nebraska), pero es hijo adoptivo de Austin (Texas), donde tiene su residencia. "No ha sido fácil la decisión porque el tenis ha sido toda mi vida, pero quiero terminar en un mundo perfecto y el del Abierto de Estados Unidos siempre ha sido el mejor para mí".

Otro ganador de torneos del Grand Slam dijo adiós esta temporada: Juan Carlos Ferrero. El español de Onteniente había ganado un título de Grand Slam, además de ser el 'héroe' de la primera Copa Davis que España ganó en el año 2000 en Barcelona ante Australia, torneo que volvería a ganar cuatro años después en Sevilla.

En total, ha jugado 33 finales y ha ganado 15 títulos a lo largo de su carrera, entre los que destaca Roland Garros 2003, los Masters 1000 de Montecarlo 2002 y 2003 y el de Roma en 2002.

"Está claro que esta decisión es muy complicada, dejar un mundo que has vivido muy intensamente desde los seis o siete años siempre es muy complicado. Pero llevo un año bastante difícil, y cuando en la pista empiezas a notar que no tienes esa ambición y esa motivación, se empiezan a tener estos pensamientos", dijo cuando anunció su adiós.

Kim Clijsters, tres veces campeona en Flushing Meadows (2005, 2009 y 2010) no dio marcha atrás con el anuncio hecho en mayo y se despidió del circuito después de disputar el Abierto de los Estados Unidos. "Ya estoy grande para el juego que quiero desplegar físicamente. Ya le hice pasar por demasiado a mi cuerpo", afirmó.

Esta fue la segunda despedida de la oriunda de Bilzen, aun con 29 años, que ya había abandonado la actividad en 2007, con 34 títulos sobre su espalda, para ser madre por primera vez. Pero su regreso en 2009 la colocó de nuevo en lo más alto: doble consagración en Nueva York, festejo en el Abierto de Australia de 2011 y la conquista del N°1 en febrero de ese año.

"Nunca esperé que las cosas resultaran tan bien y tan pronto. Estos últimos cuatro años han sido una increíble aventura. Siento que estoy en condiciones de terminar este capítulo de mi vida de manera positiva", confesó la belga. "Creo que lo más importante es que siempre seguí lo que dictó mi corazón. Siempre hice lo que creí correcto. Siempre me mantuve fiel a como soy. Nada me reprocho. Sé que siempre di todo de mí".

Ivan Ljubicic también colgó la raqueta. Tras disputar el Masters 1000 de Montecarlo en abril el croata dijo adiós. Quien cumpliera 33 años en marzo, llegó a estar Nº 3 en el ránking ATP.

Ganó la Copa Davis en 2005, una medalla de bronce en dobles con Mario Ancic en Atenas 2004 y 10 títulos en singles, siendo el más importante en Indian Wells 2010, donde venció a Novak Djokovic, Rafael Nadal y Andy Roddick, nada menos.

"Nunca es una decisión fácil para un atleta profesional retirarse", dijo Ljubicic cuando hizo pública la decisión en marzo. "Espero con ansias lo que viene en mi vida. El tenis me ha dado mucho y quiero seguir involucrado y contribuir de alguna forma".

Los últimos registros en el circuito del alemán Rainer Schuettler se remontan a enero y al paso por la clasificación del Abierto de Australia, el mismo torneo que en 2003 lo vio llegar a la final y ceder la corona a manos del estadounidense Andre Agassi.

"El año pasado todavía soñaba con competir en los Juegos Olímpicos. Pero no fue una buena temporada y perdí la oportunidad", recordó explicando las razones que fueron motivando el definitivo adiós, aunque semanas más tarde se lo vio compitiendo en los Interclubes de su país.

En sus 17 años de carrera, el alemán conquistó cuatro títulos y llegó a ocho finales en singles, mientras que en dobles sumó otros cuatro trofeos y cinco definiciones, entre las que se destaca la de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde logró la medalla plateada junto a Nikolas Kiefer, precisamente tras la derrota ante Massú-González.

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