BUENOS AIRES -- En medio de un mayor despliegue de seguridad que lo usual en el predio Santo Domingo, Américo Gallego se despidió del plantel, sin la presencia de dirigentes que negocian la llegada de un nuevo entrenador.
En cambio estuvo Gabriel Milito, hasta hace poco futbolista del plantel que quiso estar para poner el pecho a la situación, más allá de que se lo mencionó como probable conductor.
Sin embargo, con el presidente Javier Cantero a la cabeza, la Comisión Directiva intentaba definir al nuevo técnico que intente la salvación del equipo y mantenerlo en primera.
El uruguayo Jorge Fossati, sin trabajo por estos días, es el principal candidato. "Me mueve el piso", dijo el ex arquero cuando se enteró del convite en Montevideo, según publicó el diario deportivo Olé.
Muy temprano, antes de las 8, Gallego llegó al predio de Villa Domínico, con importante custodia de la policía bonaerense y la Prefectura Naval en las dos puertas de acceso. Lo hizo para ir recibiendo uno a uno a los futbolistas y agradecerles el esfuerzo.
Si bien no se hizo ver, se habría ido pasadas las 9.30 junto a sus colaboradores, Enrique Ezequiel Borrelli, ayudante de campo, y el preparador físico Rubén Olivera.
Gallego evitó así el contacto con la prensa en un final de ciclo inesperado, y que deja a Independiente sin su ansiado salvador, el que en su momento quisieron tener todos los hinchas.
La práctica del plantel, golpeado por no poder salir de las arenas movedizas de la zona del descenso en la que hunde cada vez más, estuvo a cargo de Manuel Magán y el director del departamento de educación física del club, Juan Carlos Anselmi.
En el vestuario estuvo Milito, quien llegó para darle apoyo al plantel, muchos de sus integrantes compañeros del ex defensor.
El empate en Avellaneda ante Unión, el peor equipo de la tabla de promedios y principal candidato a descender, marcó que cada semana Independiente está peor, y ya no depende de sí mismo para mantenerse en primera, más allá de que faltan por jugarse 30 puntos.