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Súper pelea núm. 10: Tyson-Spinks

Mike Tyson despachó en un instante a Michael Spinks para ceñirse la corona indiscutida AP Photo/Richard Drew

Es una gran época para el boxeo, con uno de los mejores años del deporte en épocas recientes apenas completando dos terceras partes, y un puñado de grandes funciones todavía por efectuarse antes de que el calendario de la vuelta de nuevo.

Con Floyd Mayweather Jr. defendiendo su corona libra-por-libra contra el mexicano predilecto "Canelo" Álvarez el 14 de septiembre, Juan Manuel Márquez en busca de una quinta corona contra el campeón welter Timothy Bradley Jr. el 12 de octubre y Manny Pacquiao preparándose para llevar boxeo de clase mundial a China contra Brandon Ríos el 23 de noviembre, nunca ha habido un mejor tiempo para celebrar la fastuosidad de las peleas de boxeo como el actual.

Entonces, en los próximos 10 días haremos la cuenta regresiva de las mejores peleas de box en la era de ESPN (remontándonos al 7 de septiembre de 1979, para aquellos que les interese le fecha exacta), seleccionadas por nuestro panel de expertos. Por supuesto, sabemos que pueden existir, ejem, desacuerdos acerca de un tópico tan subjetivo, así que nos gustaría saber qué opinan de nuestras elecciones, recibir las suyas y escuchar cualquier otro comentario que tengan relacionado con nuestro proyecto. Solamente envíen un tuit usando el hashtag #ESPNsuperfights y probablemente resaltemos su comentario.

Donald Trump tenía más cabello en ese entonces, pero mientras permanecía sentado en su oficina del penthouse en las Trump Towers, respondiendo mis preguntas, él tenía la misma sonrisa de superioridad que siempre utiliza cuando no habla de política. Era la primavera de 1988, y Trump recién había asegurado la pelea más grande que el deporte podía ofrecer: Mike Tyson contra Michael Spinks, por el título indiscutido de peso completo. Los derechos le habían costado $11 millones, una cifra récord en ese entonces.

"Es un precio alto", dijo Trump encogiendo los hombros de forma indiferente. "Podría ganar algún dinero, podría perder algún dinero".

Podemos adivinar que Trump ganó algo de dinero. Los 21,785 clientes que llenaron el Centro de Convenciones de Atlantic City (ahora llamado Boardwalk Hall) en Nueva Jersey generaron una taquilla de $13 millones, con otros $22 millones procedentes del pago-por-evento y los circuitos cerrados. Y eso era antes de añadir los ingresos que sus tres casinos en Atlantic City recolectaron durante la semana de la pelea.

Debido al dominio de Tyson había arrollado a todos los desechos en la división de los completos y a su unificación de tres títulos de alfabeto, muchos aficionados casuales que comenzaron a poner atención más detallada cuando esta pelea se concretó no podían entender por qué la revista "The Ring" reconocía a Spinks como campeón.

Por supuesto, Spinks había derrotado al previamente invicto Larry Holmes por el título genuino, y el método para establecer un linaje legítimo de el-hombre-que-derrotó-al-hombre no es tan complejo. Pese a eso, Mark Etess, vicepresidente ejecutivo del Trump Plaza Hotel Casino, decidió que le ayudaría a Spinks para reforzar su estatus si yo le entregaba el cinturón de la revista "The Ring" en la conferencia de prensa final. Ese fue el único momento de gloria para Michael.

Luego de una cartelera preliminar maratónica y un retraso prolongado porque le vendaron de nuevo las manos a Tyson -- ante la insistencia de Butch Lewis, promotor de Spinks, ambos peleadores finalmente entraron al ring. En ese momento, los aficionados estaban extrañamente callados, arrullados a un estado de estupor tras horas de espera por el gran momento.

Sin embargo, cuando Tyson atacó desde su esquina y lanzó un ataque feroz, un rugido salvaje envolvió a la arena y no cedió sino hasta que la pelea terminó -- justo 91 segundos después.

Spinks eludió el ataque inicial de Tyson, pero momentos después recibió un gancho de izquierda a la cabeza, seguido por una derecha al cuerpo que lo hizo arrodillarse.

Tras ponerse de pie, Spinks intentó recibir el siguiente ataque de Tyson con un derechazo. Pero el golpe pasó de forma inofensiva por encima de la cabeza de un Tyson que se agachó para esquivarlo, y que dejó a Spinks sin protección. Tyson conectó otro derechazo, y Spinks se dobló hacia atrás, golpeándose la cabeza contra el piso a la hora de caer. Batalló para ponerse de costado, apoyándose con manos y rodillas, y el réferi Frank Cappuccino le completó el conteo.

Pocos en la historia del deporte han pagado tanto por muy poco a cambio.
De muchas maneras, fue la cima en la carrera de Tyson, pero las semillas de su desplome ya estaban sembradas. Él había presentado una demanda para romper el contrato con su mánager Bill Cayton, y Don King lo esperaba con ansias. Tampoco era difícil localizar a la esposa de Tyson, la actriz Robin Givens, y su madre, Ruth Roper, sentadas en la primera fila como un par de buitres bien vestidos.

Las relaciones profesionales y personales eventualmente terminaron en la corte, y para cuando su batalla legal contra King terminó, Tyson estaba acabado y en bancarrota.

Al igual que Tyson, Trump (aunque en menor grado) también experimentó algunos altibajos en los años posteriores, y eventualmente recurrió al mundo de la farándula para revigorizar su cuenta de banco y su coeficiente intelectual.
Considerando sus historias, sorprende que Tyson nunca haya aparecido en "The Apprentice".