<
>

Sufre Rudy Gay por su estilo

Rudy Gay pasó a los Kings como parte de un cambio de siete jugadores Rocky Widner/NBAE/Getty Images

Que un jugador del talento natural de Rudy Gay haya sido traspasado dos veces en el mismo año calendario no es ninguna casualidad.

En enero pasado, los Memphis Grizzlies ya se lo habían sacado de encima al mismo tiempo que estaban en la pelea por las mejores posiciones en la Conferencia Oeste, y el domingo los Toronto Raptors hicieron lo mismo, empeorando su equipo a corto plazo.

Sin embargo, la realidad es que los canadienses se dieron cuenta que un jugador como Gay perjudica mucho más de lo que ayuda.

Hace semanas ya traté el tema del ocaso de los anotadores de volumen, y parece que la noción se expande cada vez más a lo largo de la liga.

Que los Sacramento Kings lo hayan fichado es otro cantar, pero al mismo tiempo una situación que ilustra el por qué de los fracasos continuos de ciertas franquicias.

Los números superficiales de Gay no son malos, sino todo lo contrario. Sus 19.4 puntos y 7.4 rebotes, sobre todo viniendo desde un alero, son un aporte positivo, en los papeles.

Sin embargo, cuando uno empieza a revisar cómo los consigue, es ahí donde se llega a una conclusión que no entiende de dos lecturas: un jugador que tira casi 19 veces al aro pero que solo promedia 38.8 por ciento desde el campo y 37.3 en triples atenta antes la chances de victoria de su equipo.

Sus números actuales son por lejos los más bajos de su carrera, y además suma 3.3 pérdidas por noche, comparado con solo 2.2 asistencias.

Su sociedad con DeMar DeRozan se estaba volviendo tóxica, ya que el escolta también aumentó su frecuencia ofensiva al mismo tiempo de bajar su efectividad.

Esto, junto a la llegada de jugadores de equipo como Patrick Patterson, Chuck Hayes y sobre todo Greivis Vásquez, permitirá al equipo encontrar un equilibrio más saludable.

Además, el pivot lituano Jonas Valanciunas podrá tener finalmente el protagonismo que su talento bruto amerita, y esto ayudará al proceso de evaluación de los Raptors, quien seguramente querrán saber con quién cuentan.

La dura verdad es que Toronto prácticamente regaló a una 'figura', y que difícilmente vayan a sentir remordimiento a futuro.

En el caso de Gay, su carrera lo ve nuevamente pasar a un equipo de peor presente, pero a la vez le presenta una nueva chance de alterar su juego.

La decisión es simple: adaptarse a la nueva realidad de la liga, o continuar por el mismo camino y repetir el círculo vicioso en el que se encuentra de un tiempo para acá.