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Llegando por filtración

SAN ANTONIO, Texas -- Muchos fueron los invitados, pero pocos los que asistieron temprano.

La función de boxeo del Alamodome, encabezada este sábado por Julio César Chávez Jr. y Brian Vera, tuvo poca respuesta de la gente para las primeras ocho peleas teloneras.

De hecho, cuando la campanada inicial sonó, cerca de las 5:30 p.m. hora local, parecía que habían más personas trabajando en los preparativos y prensa que aficionados en las tribunas.

El Alamodome fue acondicioado a media capacidad para la velada; primera en esta arena desde que en abril pasado Saúl "Canelo" Álvarez congregó a 39,247 personas en su victoria sobre Austin Trout.

"No estamos seguros de que se llene todo", dijo Luis Gómez, uno de los pocos aficionados que llegó temprano. "Hubo menos promoción que en otras. La gente casi no habló de la pelea en la ciudad".

Afuera, la gente comenzaba a llegar de a poco; en su mayoría con la esperanza de ver la pelea principal, por el apellido Chávez y por la localía de Vera.

"Claro que sí… el nombre de Julio César Chávez…", dijo Armando González, un mexicano residente de San Antonio. "Su papá siempre ha sido muy famoso aquí. Aquí peleó en San Antonio. Una vez metió asi 60 mil (60,625 personas). Contra Pernell Whitaker; fue una gran pelea".

"Su hijo, Julio, también ha peleado aquí, es querido", agregó. "Y sí, el nombre de los Chavez siempre atrae personas".

Poca verbena popular en los alrededores del Alamodome. Las calles del centro de la ciudad por la tarde y noche prestaban más atención al desfile del Commodity Festival por las aguas del Riverwalk, que la celebración boxística.

Miles de personas hicieron guardia desde temprano para ver pasar los botes adornados y lanzar collares a los desfilantes; muy al estilo del carnaval de Nueva Orléans.

"Sí sabemos de la pelea", dijo Fernando Coronado, un mexicano de Monterrey que visita San Antonio. "Pero la verdad no vamos a asistir. Venimos de compras".

En el restaurante de comida mexicano Jalisco, localizado a unas calles del estadio, los empleados tampoco sabían de la velada, pero cuando se enteraron, unas tres horas antes de comenzar la función, prefirieron prevenirse.

"Hay que estar listo, seguro vamos a tener lleno", dijo una mesera. "Cada vez que hay box, aquí se llena desde temprano hasta que cerramos".

Poco a poco la arena se fue poblando, conforme transcurrían las peleas en orden de prioridad, como suele suceder.

La venta de souvenir, de comida y hasta de "alegría líquida" comenzaba a entonar el ambiente latino, sin dudar.

Los aficionados de aspecto anglosajón eran contados con los dedos de las manos. Y como siempre las personas de origen mexicano hicieron sentir su presencia.

"Viva México bola de ca…", gritó un aficionado, quien parecía que ya había llegado con la fiesta encima desde que abrieron la puerta. "Aquí está su padre".

Sin embargo, el inmueble nunca se llenó, a pesar de que la especulación sobre una rebaja en el precio de los boletos se movía más rápido que los boxeadores en el ring.

Y de que la inmensa mayoría de los que pagaron boleto, llegaron motivados por el hijo del "César del Boxeo".

"Simplemente por su nombre, es un boxeador que siempre atrae", dijo una optimista Carolina Cervantez, aficionada al boxeo residente de Austin. "Se ha notado desde las conferencias de prensa que aunque Brian Vera es de aquí, la gente sigue mucho más a Julio César".