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Los Broncos necesitan prestarle más ayuda a Peyton Manning en el 2014

Los Broncos deben evitar caer en la Manning-dependencia cuando están en zona de gol. AP

ENGLEWOOD -- Realmente, se trataba de una mera formalidad. No hubo drama. No hubo suspenso.

Luego de que Peyton Manning aprobara sin despeinarse un examen físico de postemporada y tres días más tarde se le viera empuñando un palo de golf en Pebble Beach, no hubo dudas de que recibiría permiso médico para jugar para los Denver Broncos en el 2014.

El cuello de Manning está estable. La fusión de vértebras ha aguantado. Un examen final realizado este lunes lo confirmó.

Así que Manning estará de vuelta bajo centro para los Broncos la siguiente campaña. No se retirará. Tratará de ganar un tercer título consecutivo de la AFC Oeste. Tratará de llegar a otro Super Bowl.

Son grandes noticias para los Broncos, quienes tienen marca de 26-6 en temporada regular desde que firmaran a Manning a un contrato de cinco temporadas y 96 millones de dólares hace dos que incluye la cantidad garantizada de 20 millones para el 2014.

Pero para Denver, la única medida de éxito para el 2014 será si ganan el Super Bowl. Nada más importa. Todos los 32 podrán decir que su meta para la temporada entrante es el Super Bowl, pero no todos los equipos tienen una oportunidad realista. No todos los equipos están construidos para llegar tan lejos.

No todos los equipos cuentan con un mariscal de campo de élite, la mejor medida para cuantificar el éxito en una liga de mariscales de campo.

Para que Denver alcance su meta, necesita pedir a su mariscal de campo franquicia que haga menos, no más. Manning fue exquisito en el 2013 al tiempo que se adjudicaba su quinto premio como Jugador Más Valioso de la NFL --una marca histórica en la liga--. La ofensiva de los Broncos fue virtualmente imparable, imponiendo récords de la liga en yardas aéreas, touchdowns aéreos y puntos anotados. La temporada regular entera fue una gran celebración del dominio que tiene Manning sobre su oficio.

La siguiente temporada será diferente, y lo diferente puede ser mejor.

Los Broncos no están en peligro de adoptar una ofensiva "wishbone" o "zone read option", pero deben recargarse más en su ataque terrestre en el 2014. Probablemente se despidan del corredor agente libre Knowshon Moreno, quien se ganó la confianza de Manning con su protección de pase segura, al tiempo que calladamente firmaba la primera temporada de 1,000 yardas por tierra en una carrera de cinco años.

Denver sigue guardando optimismo respecto a sus dos corredores jóvenes restantes, al menos públicamente. En su temporada de novato, Montee Ball promedió 4.7 yardas por acarreo y anotó cuatro touchdowns, aunque perdió tres balones. Ronnie Hillman promedió 4.0 yardas por acarreo en un rol limitado pero no jugó en la postemporada. Tiene potencial, pero sus oportunidades y tiempo de juego fueron reducidas.

Es probable que Denver sume a otro corredor de mayor tamaño ya sea de la variedad de opciones que se presentarán en el siguiente draft o a través de la agencia libre.

La idea será limitar la necesidad de Manning de depender del juego aéreo, particularmente en situaciones de línea de gol.

La temporada pasada, Denver anotó 37 touchdowns en situaciones de línea de gol. Manning tiró 25 de sus 55 envíos de touchdown en estas instancias. Los Broncos anotaron siete touchdowns enfrentando tercera y gol, cuatro de ellos a través de los pases de Manning. Su única anotación en cuarta y gol llegó en un envío de Manning, también.

Manning tiene el control final sobre la jugada que ejecuta Denver en esas situaciones, y es imposible ignorar el hecho de que Ball y Hillman perdieron, cada uno, un balón suelto cerca de la línea de gol durante la primera mitad de la campaña. Ball perdió la manija del ovoide en la yarda 6 durante un duelo de la Semana 2 contra los New York Giants. Hillman sufrió la misma suerte en un intento de primera y gol en una derrota ante los Indianapolis Colts de la Semana 7.

En los cinco partidos finales de la campaña, Manning entregó el ovoide para touchdown en situaciones de gol en apenas dos ocasiones, con Moreno y Ball anotando cada uno un touchdown terrestre tardío frente a los Tennessee Titans en la Semana 14. Denver anotó 10 touchdown aéreos en esos cinco partidos, a partir de situaciones de gol.

Como todos los equipos, los Broncos invertirán los siguientes meses rearmando su plantilla. Necesitan añadir fuerza a la defensiva. Probablemente sumarán al menos a un esquinero. Chris Harris sufrió ruptura en el ligamento anterior cruzado durante un partido de la Ronda Divisional ante los San Diego Chargers. Dominique Rodgers-Cromartie será agente libre.

El mejor cazamariscales de Denver, Von Miller, también viene de una ruptura de ligamento anterior cruzado.

Los Broncos necesitan ocuparse de su línea ofensiva. Probablemente necesitarán ocuparse de encontrar un reemplazo para el receptor abierto Eric Decker, quien será agente libre y quien debe comandar mucho dinero en el mercado abierto luego de acumular su segunda temporada consecutiva superando las 1,000 yardas por aire.

Pero lo más importante que puede hacer Denver es aliviar parte de la presión que carga Manning a cuestas construyendo un equipo que dependa de su juego terrestre en zona roja.

En el 2014, Denver se tratará de convertir en apenas el tercer equipo que sigue una derrota de Super Bowl con una victoria de Super Bowl. Los Dallas perdieron el Super Bowl V ante los Baltimore Colts, y luego superaron a los Miami Dolphins en el Super Bowl VI. El siguiente año, los mismos Dolphins derrotaron a los Washington Redskins para coronarse en el Super Bowl VII.

Manning convierte a los Broncos en un contendiente legítimo. Será ingresado al Salón de la Fama en su primer año de elegibilidad. Eleva el nivel de todos sus compañeros.

Son noticias fantásticas para el equipo de Denver que, a la edad de 38 (su cumpleaños es el 24 de marzo) Manning regresará para un intento Nº 17 al título de la NFL. Para maximizar a Manning, los Broncos requieren de un juego terrestre confiable para que Manning no se vea obligado a hacer demasiado.