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Nueva estrella en el boxeo

LAS VEGAS -- Floyd Mayweather Jr. llevó a su hija a los bolos el sábado por la noche tras anunciar su regreso al cuadrilátero. Una buena idea porque si hubiera visto la pelea de Manny Pacquiao se hubiera dado cuenta de lo que los fanáticos de boxeo ahora saben: que el futuro del boxeo reside en los furiosos puños de la más inesperada nueva súper estrella.

Si hubiera visto la pelea, Mayweather habría quedado tan sorprendido como quedó su padre en la esquina de Ricky Hatton. Los boxeadores no suelen hacer el tipo de cosas que Pacquiao le hizo a Hatton; cinco minutos y 59 segundos de puro dominio ante una extasiada multitud en el hotel MGM Grand.

Todo lo que Mayweather puede hacer ahora es colocarse en la fila. El camino a la grandeza ahora pasa por el camino de un boxeador que deja que sus puños hablen por él.

"Si Mayweather quiere medirse con el pequeño filipino, bienvenido será", dijo el promotor Bob Arum cuando todo había terminado.

Es improbable que eso suceda de inmediato, pero hay buenas chances de que ocurra evetualmente. Hay demasiado dinero involucrado como para no hacerlo.

Pero denle a Pacquiao el primer asalto. En el día en el que Mayweather intentó robarse las cámaras anunciando su regreso, Pacquiao subió al ring y demostró que es lo más excitante que le ha pasado al boxeo en mucho, mucho tiempo.
No sólo venció a Hatton. No sólo lo noqueó.

Pacquiao demolió a un boxeador de clase mundial que nunca había perdido en su peso natural de 140 libras, y lo hizo con tal precisión y tranquilidad que las conversaciones post-pelea no preguntaban si Pacquiao era el mejor libra por libra del mundo, sino si era uno de los mejores de la historia.

Un gancho diestro --un golpe que la mayoría de los zurdos no tiene-- empezó todo, tirando a Hatton a mitad del primer round. Un cross de izquierda que pudo haber sido uno de los mejores golpes de la historia terminó el combate en un tono dramático.
Cuando todo había acabado, Hatton seguía tirado de espaldas en el centro del cuadrilátero. Pacquiao y su esquina celebraban mientras la multitud trataba de digerir lo que acababa de ver.

Y Mayweather estaba en algún lugar jugando bolos, tratando de lograr un strike.

Unas horas antes, Mayweather había declarado que "El rey estaba de regreso" y dijo que estaba listo para recuperar su título como el mejor boxeador libra por libra. Pero el boxeo tiene un nuevo rey, tan bueno que ganó sus últimas cuatro peleas en cuatro categorías distintas.

Es una historia notable en un deporte en el que las historias de mendigos a millonarios son habituales. Hubo una época en la que Pacquiao vivía en una choza de cartón en su Filipinas natal y no parecía ser nada especial cuando peleó por primera vez con 106 libras en 1995.

Pero empezó a crecer y a noquear gente. Se conectó con el entrenador Freddie Roach y aprendió a utilizar su derecha también como su zurda.

Mandó a Oscar De la Hoya al retiro y pudo haber hecho lo mismo con Hatton.

Y es tan grande en su país natal que hasta se habla de postularlo para presidente.

Los fanáticos del boxeo han respondido adoptando a Pacquiao, llenando todos los asientos del MGM Grand y gastando $49.95 dólares en el PPV para verlo pelear desde casa. Y buena razón hay, porque le da a los fanáticos lo que quieren ver.
Mientras Mayweather juega el papel de villano con gran éxito, Pacquiao aparece como un boxeador humilde que no le importa nada más que hacer su trabajo, para luego volver a juntarse con su banda a tocar algo de musica. Habla fluido el inglés y se encarga de hablarlo en lugar de utilizar un intérprete, y actúa como profesional en todo lo que hace en el boxeo.
Lo más importante, sin embargo, es que siempre está listo para pelear. Y cuán listo.

"Tiene la oportunidad de convertirse en el mejor boxeador que he representado", dijo Arum, quien fue el promotor de Muhammad Ali y Marvelous Marvin Hagler entre otros. "Otros boxeadores llegan a cierto nivel y creen que saben todo y nunca mejoran. Pero Manny no es así. Siempre está aprendiendo".

Pacquiao trajo a su madre desde las Filipinas en su primer viaje a Estados Unidos, pero ella no aguantó ver a su hjijo peleando. En cambio, prefirió quedarse en el hotel rezando por la salud y el éxito de su hijo.

El resto de nosotros, sin embargo, nos quedamos viéndolo de cerca.
Y fue mucho lo que nos gustó del nuevo rey del boxeo.