<
>

A ritmo de merengue

ISLA MARGARITA, Venezuela -- Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": al final, las aguas retornaron a su nivel. La República Dominicana se ratificó como la potencia en la segunda etapa de las Series del Caribe y los Leones del Escogido terminaron de la mejor forma un año mágico para ellos.

El tercer título caribeño para los felinos y décimo octavo para un representante de Quisqueya coronó merecidamente al mejor equipo del torneo, regresó el orgullo a una de las organizaciones que llegó a escribir páginas históricas, pero que se había ausentado de ese protagonismo por muchos años, pero a la vez, dejó a un campeón sin corona en los Indios de Mayagüez.

El representante de Puerto Rico cumplió con su parte apaleando a México a primera hora, pero no le alcanzó cuando Venezuela tampoco pudo con los dominicanos. Sin quitar méritos al trabajo de Ken Oberkfell y su gente, muchos recordarán la Serie del Caribe 2010 por el gran regreso de los boricuas, que comenzaron perdiendo sus dos primeros encuentros, pero luego se convirtieron en el mejor equipo del torneo… y el más espectacular también.

Los campeones dominicanos basaron su éxito en el pitcheo y dejaron para la posteridad la espectacular actuación de juego completo de Nelson Figueroa contra México y las dos buenas salidas del cubano Raúl Valdez, pero Puerto Rico fue más espectacular, con un Jesús Feliciano que terminó bateando para .481 como el mejor del certamen, además de cuatro carreras anotadas y cinco producidas, un Randy Ruíz que puso la cuota de poder con uno de los más largos cuadrangulares bateados en la serie, un Armando Ríos que coronó una carrera espectacular con una actuación redonda de mucho pundonor y unos jóvenes prospectos como Angel Sánchez, Danny Valencia y Miguel Abreu que dieron a sus organizaciones de Grandes Ligas, Red Sox, Twins y Orioles, motivos suficientes para pensar en forma positiva sobre lo que de ellos pueden esperar.

Al final, quedó demostrado que en un torneo corto, el inicio es sumamente importante. Por más que corrigieron la dirección, los puertorriqueños perdieron el título por aquellas fallas en los dos encuentros iniciales. ¿Quién podría pensar que el primer bateador al que enfrentaron en todo el torneo, Freddy Guzmán, que se embasó en error de Luis Figueroa y luego anotó, hubiese sido la diferencia para no conquistar el campeonato?

Una realidad cruda, triste e inverosímil, pero una realidad al fin. Si Figueroa retira a Guzmán en un rodado de rutina por la intermedia, el duelo ante la Dominicana hubiera seguido igualado a una carrera y no se puede dar por hecho la victoria del Escogido. Sin ese triunfo, Leones e Indios probablemente seguirían empatados en el standing.

Pero al final, aunque no se llevaron el trofeo, los boricuas consiguieron el objetivo de recuperar el respeto que se había perdido hacia ellos en las Series del Caribe. El manager Mako Oliveras llegó a Isla Margarita con esa consigna y para cumplirla, tuvo que hacer valer la disciplina en su equipo, ya que tras la segunda derrota, reunió a sus peloteros para hacerles saber que el "toque de queda" era a las dos de la mañana, que nadie podría estar fuera del hotel más allá de esa hora y que había llegado el momento de tomar las cosas con seriedad y responsabilidad.

Las medidas funcionaron y Puerto Rico se llevó no sólo el segundo lugar, sino el corazón de los aficionados que admiraron el increíble regreso boricua.

La República Dominicana está acostumbrada a los títulos en Serie del Caribe. Parte como favorito y, cada vez que gana, no hace más que confirmar los pronósticos iniciales. Pero en ésta ocasión, el campeonato tiene un sabor muy especial: no se trató de las Aguilas Cibaeñas ni de los Tigres del Licey. Fueron los Leones del Escogido, y el regreso de una franquicia de tanta historia y de tanta tradición al trono de las Series del Caribe luego de 20 años de ausencia, nos debe siempre llenar de gusto.