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Federer, Edberg, el récord y una particular postura sobre el calor

Federer: "Hay que aprender a vivir con el calor" Getty

MELBOURNE -- Luego de su debut victorioso en Melbourne Park, donde también se presentó oficialmente en su banco el sueco Stefan Edberg, Roger Federer se mostró conforme con lo hecho ante el local James Duckworth, relativizó su récord de 57 Grand Slams consecutivos y se metió de lleno en la polémica por las altas temperaturas de Australia, que este martes llegaron a casi 43 grados: "Es algo muy personal. Quiero decir, las condiciones son las mismas para los dos, entonces se vuelve más un aspecto mental, donde uno sencillamente no se puede resignar. Hay que aprender a vivir con ello".

"También depende de a quién te enfrentes. Si es un gran sacador, el juego se hace más rápido. Si prevalecen los rallies, seguramente se sentirá más el calor. Pero si has entrenado lo suficiente para llegar hasta aquí y crees que puedes hacerlo, no hay razón para fallar. Si no puedes aguantarlo, tira la toalla", completó el N°7 del mundo.

Sobre su duelo con Duckworth, a quien venció por 6-4, 6-4 y 6-2, analizó: "Fue un partido sólido, de principio a fin. Podría haber aprovechado algún otro break point, pero a esta altura qué importa. James jugó bien, no lo conocía mucho. Opuso buena resistencia hasta que perdió el servicio en el segundo set. Sacó de gran forma cuando lo necesitaba".

La primera vez de Federer en Australia fue allá por el año 2000. 14 años después, vuelve con un récord bajo el brazo. Pero no lo pontifica: "Es un récord válido recién de unos 20 años a esta parte porque en otras épocas los jugadores no viajaban a todos los Grand Slams. Agassi se perdió Australia unas 10 veces. Borg prácticamente ni jugó aquí. De todas formas, obviamente me da orgullo haber permanecido sano y competitivo por tantos años".

Siguiendo de cerca su duelo de primera ronda estuvo Edberg, flamante incorporación de su cuerpo de trabajo para 2014. A Roger le consultaron si había buscado interactuar con él desde la cancha, pero él contrarrestó: "No me gusta mirar demiasiado a mi equipo durante el partido. Paré de hacer eso hace unos cuantos años porque no podía depender de otros todo el tiempo, ser dirigido desde afuera. No es cómo quería crecer. Pero tenerlo a Edberg en mi rincón es un honor. Alzar la vista y encontrarlo sentado allí es una gran sensación".