Su imagen de persona humilde, tranquila me dio a conocer el verdadero jugador de fútbol. Aquel que no exige nada a cambio para dar a conocer su historia y anécdotas. No es como aquellos que han sido parte de la gran cadena de "cracks", que a lo único que se dedican (con un peso en la mano) es a hablar de "yo, yo, y sólo yo". Don Alfredo sorprendió. En su carrera jugó, según él, con los más grandes, y es un agradecido a cada uno de ellos.

"El éxito y lo que aprendí se lo debo a todos los que fueron mis compañeros", me dijo, con palabras que me llenaron de emoción. Por fin estuve enfrente de alguien que valoró el significado de equipo y compañerismo.

Su memoria está intacta, se acuerda como si fuera ayer de su niñez. De su padre, del barrio la Boca, de River, de Millonarios, del Barça y del gran Real Madrid creado por Santiago Bernabéu.

No está de acuerdo con el cartel de "Galáctico", ni tampoco con el famoso jugador del siglo. Para él, cada época ha marcado una historia en el fútbol y en cada una de ellas, grandes estrellas brillaron como ninguno hoy en día, como compañeros que tuvo en River, en el fantástico equipo que armaron en Millonarios y en especial en la Máquina Blanca del Madrid.

Don Alfredo es un gran personaje. Tiene carisma, personalidad y no se esconde nada. Dice lo que siente, no lo que le conviene. Soy un agradecido. Primero con mi compañero Mario Alberto Kempes, sin su ayuda no se si hubiese podido lograr la entrevista con Di Stefano, y a toda la gente que trabajó en este proyecto, como el "Pelao" Mattei.