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Campazzo siempre se levanta

Pese a estar involucrado en rumores de intercambio, Campazzo volvió a buen nivel en los Nuggets. Getty Images

Facu Campazzo maneja hacia el aeropuerto sin saber qué será de su futuro. En cada semáforo, en cada pausa de su trayecto obligado hacia un destino desconocido, refresca el timeline de Twitter para ver qué se dice de él. En ESPN dicen que podría jugar en los Lakers, pero no hay nada demasiado sólido detrás de ese rumor. Adrian Wojnarowski, celebridad del minuto a minuto, anuncia traspasos uno tras otro pero Facu no aparece por ningún lado.

Son días difíciles. Horas complicadas en las que parece que su tiempo en Denver está terminado. La NBA puede ser maravillosa, pero también puede ser cruel y despiadada. Básquetbol reciclaje en el que todos los jugadores son descartables, sin importar lo que pasó hasta ayer. Campazzo sufre y no es para menos: juegan todos menos él. Atrás quedaron las noches eufóricas de asistencias imposibles, los gritos extasiantes del histriónico Chris Marlowe, la risa de Facu para contagiar al mundo.

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Triunfo de Denver con Campazzo y doble-doble de Jokic

Los Nuggets vencieron a Orlando por 121 a 111 con 26 puntos y 15 rebotes del serbio más una buena actuación de Facu. El argentino aportó 5 tantos, 5 asistencias y 2 rebotes en 19 minutos.

Son las 17.00 en Argentina y ya no hay más tiempo para cambios de última hora: Campazzo se queda. Las redes sociales, siempre fanáticas de Facu, ya no se quejan de los dirigentes, los compañeros o el entrenador. Reaccionan con un ostracismo extremo. Nadie escribe nada, no hay videos ni abogados de oficio que lo secunden. Las pocas publicaciones son tan tímidas que parecen palmadas en la espalda de algún familiar en un velorio. Condescendencia pura. Y se entiende: que Campazzo se quede es un bajón inesperado. La frase que dice "más vale malo conocido que bueno por conocer" acá no camina: ¿Quién puede pensar que algo se modificará para un tipo que estuvo en el mercado ofrecido al mejor postor? Será el limbo hasta poder convertirse en agente libre. El escenario es desolador.

Campazzo ahora mira desde el banco y se muerde las uñas. Sabe que nadie espera demasiado, que las cartas están echadas, que ilusionarse puede ser un error. Recuerda que esta vez costó un poco más atarse las zapatillas, ponerse el pantalón, calzar la camiseta. Sin embargo, esta noche el espejo le devolvió una mirada que él ya conoce. Hay algo que no todos tienen y él sí: le importa muy poco lo que piensen los demás. Una pena por los fanáticos de la estadística, pero esto es algo que no se mide en números. Un fuego interno que sobrevive a las tormentas más complicadas.

Hay que estar preparado. Siempre listo. No es una cuestión de suerte, es un tema de enfoque. Y entonces Malone, celador conocido, le regala unos centímetros de esperanza para que vaya a jugar. ¿Resultado? Tres triples en cinco intentos y 11 puntos en 11 minutos de corrido. ¿De dónde salió este Campazzo? Un acto de resiliencia que llama la atención de todos pero que sin embargo es uno de sus atributos más poderosos.

Campazzo tiene una particularidad: siempre se levanta. Recibe un golpe, otro, y otro más. Lo tiran al piso, lo zamarrean, lo castigan, pero no se rinde. Es un cabeza dura insoportable para este deporte. No hay muchos tipos así. Mantiene esta locura en curso desde que subió al colectivo en Río Tercero para sumarse a la pensión de Peñarol de Mar del Plata. Quien se atreva a acorralarlo recibirá un mordiscón. Es el campeón mundial en destruir preconceptos. Primero fue la altura, después el físico, luego el manejo de los tiempos y ahora es el tiro a distancia. ¡En la NBA algunos dijeron que iba a tener problemas en defensa! Resultado: ahora lo apodan 'El Bandido'. Decirle a Campazzo que no puede hacer algo es invitarlo a que demuestre lo contrario. Hasta ahora, fue siempre una cuestión de tiempo.

La recta final de la temporada lo tiene bajo la lupa. ¿Se queda o se va? ¿Fue una buena o una mala idea haber dejado Real Madrid para jugar en la NBA? ¿Le sirve ser parte de un equipo como Denver Nuggets que no lo tiene -ni parece que lo vaya a tener- entre los actores principales? Son todas preguntas válidas. Sin embargo, vale la pena defender a quien arriesga cosas importantes por una meta. Vale la pena poner las manos en el fuego por quien sea capaz de dejar dinero sobre la mesa, aún a riesgo de quemarse. Cambiar el lujo de Madrid por las espinas de Denver. La verdadera valentía está en el riesgo: zambullirse al destino y abrazar la incertidumbre. Bienvenidos aquellos que así lo entienden. Pasen y vean los que sueñan despiertos con una pasión tan grande que desgarra. Así es Campazzo: no se trata de ser el mejor de todos sino de luchar todos los días en busca de la mejor versión de uno mismo. Desde abajo en un deporte de gigantes. Con el pecho erguido y el corazón que arde. Y entonces sí el esfuerzo, la ilusión y el camino habrán valido la pena.

Será, de aquí en más, una pelea contra las circunstancias. Pero mucho más que eso será contra él mismo. Como antes, como ahora, como siempre. Caer, levantarse y volver a competir.

En definitiva, nunca digan nunca con Facundo Campazzo.

La campana aún no sonó. Y Campazzo, queridos amigos, siempre se levanta.