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Bienvenido a la elite

El domingo a la tarde, Nacho Barbero no aparecía por el salón del City Center. Era el único Pro que nos faltaba entrevistar y la mesa final del LAPT Rosario estaba llegando a su fin.

Nos dijeron que estaba en su habitación "jugando online" y hacia allí fuimos con Marcelo Fitte y Luciano Mendoza, productor y camarógrafo de ESPN respectivamente.

Cuando llegamos, la imagen hablaba por sí sola. Un cuarto desordenado, ropa tirada por doquier, restos de algún platillo degustado durante la tarde, y dos players atrapados por sus computadoras. Realmente no sabemos quién era el jugador que estaba sentado en el escritorio con sus audífonos y casi no emitió palabra durante nuestra estadía; de esos extras que no aportan nada, pero son necesarios para la toma final de la película.

El otro, obviamente, era Nacho Barbero, que no sólo jugaba cuatro mesas en su laptop, sino que había adherido un monitor más, y tenía otras cuatro mesas en la segunda pantalla.

"Menos mal que traje el monitor en el auto", dijo apenas entramos. "Si no me moría".

La cita había sido coordinada para las 5 de la tarde, momento exacto en el que tenía un break de cinco (5) minutos en los torneos online para ofrecernos su visión sobre la temporada que lo catapultó al estrellato.

Mientras acomodábamos la cámara y preparábamos el micrófono, Nacho seguía con su mirada clavada en las pantallas, girando su cabeza de un lado a otro para realizar jugadas simultáneas en las ocho mesas.

Cuando llegó el momento de parar, se dio cuenta que uno de los torneos no iba a tener break. Se prestó de todas formas después de calzarse un gorrito que disimulaba el pelo despeinado, pero aviso que iba a estar medio desconcentrado.

Entre mano y mano contó sus sensaciones tras finalizar la tercera temporada del LAPT, en la que ganó dos etapas consecutivas y se consagró como el jugador del año. Habló de sus expectativas y de su experiencia en Argentina antes de cerrar la nota con un saludo y anunciar que retomaba su tarea porque el Evento Principal de Campeonato Mundial de Poker Online estaba por comenzar en PokerStars.

Nunca supimos cuáles eran los otros torneos que estaba jugando. Sólo nos contó que había perdido "algo" de dinero, aunque para nuestros estándares era mucho más que "algo".

Nos fuimos de la habitación preguntándonos cómo alguien podía pasar tantas horas jugando online, mientras un gran evento en vivo se desarrollaba apenas unos metros más allá.

La respuesta la obtuvimos casi 20 horas después, cuando ya estábamos en el bus de regreso a Buenos Aires. Un mensaje de texto me advirtió que Nacho había alcanzado la mesa final del Evento N°61 del WCOOP. No era el Evento Principal, sino un torneo de estilo 8-game para High Rollers, del que habían participado 133 de los mejores jugadores del mundo tras pagar una inscripción de US$10.000.

En la tarde del lunes sólo quedaban seis participantes con vida y Nacho era el short stack, pero los más suculentos premios de la bolsa total de 1.330.000 de dólares todavía estaban al alcance de su mano.

Finalmente, luego de batallar duramente por unas cuantas horas, Nacho salió en el tercer lugar, eliminado por otro Team Pro, el ruso Alex Kravchenko, quien a la postre se llevó el torneo.

¿El consuelo para Nacho? 172.900 dólares.

Le envié un mensaje para felicitarlo y me agradeció. Luego me contó que el destino le deparaba una parada en Londres, para la Gran Final del EPT, donde esperaba meter otro gran resultado.

Le pedí que así lo hiciera para que finalmente lo tomen en cuenta en el Power Ranking de ESPN. Hace meses que vengo insistiendo con su candidatura, pero todavía no he obtenido el quórum para que entre al top 10.

Poco después del final del torneo, recibí un mensaje de Andrew Feldman, el editor de poker de ESPN.com, quien desde Londres me saludaba por el tercer lugar de "mi hombre".

Habitualmente, soy yo el que le comunica a los editores de Estados Unidos las hazañas de Nacho via e-mail. Pero esta vez, no hizo falta.

Entonces me di cuenta que Nacho Barbero había entrado en el mapa del poker mundial.

Felicitaciones Nacho.