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Kevin Garnett se adapta

Kevin Garnett está en el último año de su contrato con los Celtics. Elsa/Getty Images

NUEVA YORK -- Kevin Garnett juega en el último año de su contrato, un acuerdo que le paga $21.2 millones esta temporada y lo convierte en el cuarto jugador mejor pagado en la NBA. Cumplirá 36 años de edad a mediados del mes de mayo, pero al no jugar baloncesto universitario, sus rodillas y cuerpo tiene un kilometraje mayor.

Los Boston Celtics comenzaron la temporada con la esperanza que todavía le restaba a su senescente tridente una temporada más de logros. Si para el mes de marzo los Celtics eran contendientes genuinos al título, quizás la gerencia efectuaba un par de traspasos para reforzar su núcleo y rotación. El acuerdo por $10 millones también expira a fines de 2011-12. Si ambos quieren retornar a los Celtics, lo tendrán que hacer con un contrato drásticamente reducido y un papel definitivamente más limitado.

La expectativa y los planes del equipo no se cumplieron. Su capitán, Paul Pierce, comenzó la temporada lesionado y el arranque de los Celtics los condena ahora a aspirar solo a terminar en primer lugar en su división para así asegurar la localía en una primera vuelta de los playoffs. Pierce se encamina a producir su peor porcentaje de campo en las ocho temporadas en que ha jugado bajo la tutela del director técnico Glenn 'Doc' Rivers.

Lo que no anticipaba nadie en Boston, es que la posición de pívot estuviese tan desprovista. Jermaine O'Neal no sólo ha estado lesionado, también se le ha visto por momentos desinteresado al jugar en un equipo que él piensa no puede aspirar al campeonato. Se escuchan susurros que O'Neal podría transar su contrato en Boston para fichar y retornar con el Miami Heat. Boston ya no cuenta con él.

Por necesidad entonces, Rivers colocó a Garnett como pívot a partir del partido del 22 de febrero ante el Oklahoma City Thunder. Entre esos 12 partidos hasta el que jugaron ante Denver Nuggets, Garnett promedió 17 puntos, 9.3 rebotes, 1.3 tapas y un 56% de campo, casi siempre jugando como pívot.

Ese promedio de 17 puntos por encuentro lo ubica entre los cuatro mejores pivots en la NBA. Dwight Howard promedia 21, Al Jefferson 19 y Andrew Bynum 17.7 tantos por cotejo.

Como ala-pívot, ya se le notaba el paso de los años a Garnett, incapaz de desplazarse con la velocidad lateral de inclusive otros ala-pivots. Jugando como pívot, KG es uno de los más veloces, ventaja que no desaprovecha. Hemos visto cómo un pívot móvil o un ala-pívot es aprovechado una y otra vez por los rivales de Kendrick Perkins en Oklahoma City, así que Rivers halló su fórmula en un partido ante un rival que fue su jugador y conocía bien.

"Pienso que juega muy bien", opina el presidente de operaciones deportivas Danny Ainge de los Celtics. "No me sorprende. Kevin puede jugar cualquier posición y jugarla bien. Es un jugador inteligente, entusiasta y juega a un alto nivel en estos momentos, lo que es divertido presenciar".

El riesgo que presenta esta táctica es el castigo que recibiría Garnett con rivales veloces y corpulentos, como Howard, por ejemplo. Desde que Garnett se operó la rodilla hace casi tres temporadas, sólo se ha ausentado de un partido por lesión, al no jugar contra Detroit el 15 de febrero con una molestia en la cadera izquierda. Se ausentó de dos partidos más por un tema de índole personal.

"El cuerpo de Kevin es de tal tipo que no lo quiero ver estrellándose mucho. En ciertas noches, Brandon Bass marca a los pivots de mayor peso y corpulencia, así que jugarán ambos como pívot por turnos", observa Ainge.

El viernes Garnett apenas pudo contra Demarcus Cousins, precisamente el tipo de pívot veloz y corpulento que teme Ainge. Cousins anotó 20 puntos contra los 10 que aportó Garnett. El sábado Bass titularizó como pívot, para encarar la dupla Timofey Mozgov y Kosta Koufos de los pepitos.

El que la muñeca de O'Neal y la condición cardiaca de Chris Wilcox margine a los dos pívots naturales en el elenco de Boston le pone mucha presión a Garnett de que juegue en esa posición. Hasta ahora Garnett, Bass y Greg Stiemsma han suplido la posición. Pero si aparece un pívot que salde el resto de su contrato con otro equipo (por ejemplo, Chris Kaman con los New Orleans Hornets o Ronny Turiaf, recién transado por los Denver Nuggets), los Celtics estarán llamándolo antes que se seque la tinta en ese acuerdo por transar. Si no, la próxima contratación de los Celtics será un agente libre o el mejor pívot de la liga de desarrollo.

En una NBA que favorece a sus jugadores perimetrales, el pívot dominante a ambos costados de la cancha es una especie en peligro de extinción. Boston toma nota y le pide a un veterano con muchísimo kilometraje, que se adapte.

El experimento favorece al jugador y al equipo por el momento. Sin embargo, la falta de un pívot más legítimo podría costarle la supervivencia a los Celtics más adelante en los playoffs.