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Esa tercera semana

Nairo Quintana ganó su segunda etapa y casi amarra el título 

MONTE GRAPPA -- Es el momento en que las fuerzas comienzan a minarse y el espíritu es el armazón del que se sostiene el cuerpo. La tercera semana de una grande es el momento crítico donde el que no fue regresa y el que esta se tiene que sostener. Nairo Quintana llega a esta recta final del Giro con un turbo, un punto extra de motivación que le da a cualquiera vestir de rosa y recibir un consenso sobre sus superlativas cualidades en la montaña.

Aunque con algunas nubes y amenaza de lluvia la cronoescalada en Monte Grappa tuvo condiciones parejas para los últimos 10 de la general. Las primeras buenas noticias nos las dio Rodolfo Torres del Colombia Coldeportes en la subida cuando entre los primeros que cruzaron la meta fue el segundo mejor tiempo. Más tarde terminaría 20º al cierre de la jornada. Después fue Sebastián Henao (SKY) quien soñó por un momento poder ganar la etapa a un ritmo de 23.1 km/hr. Se sentó en la “silla caliente” a esperar hasta que el resto de los favoritos hicieran su descuento. El joven de 20 años fue desplazado pero terminó 8º como para cerrar el círculo a su presentación en el Giro y está a punto de ingresar a los mejores 20 en un recorrido donde la última semana es el más exigente. “Lo importante es que todos los días me levanto con ganas y muy positivo para hacer algo bueno”, nos afirmó el antioqueño quien esta realmente gozando de este momento. Además el hombre se dedicó a rebasar gente en la subida y eso a cualquier chico de su edad lo motiva. Y no hemos visto lo último de Sebas porque aún queda una llegada en alto.

Atrás venían los duelos casados por el descuento de tiempo y la disputa del podio. El mar de aficionados en la subida a Monte Grappa hizo la valla espectacular metiendo más energía a los protagonistas. Fabio Aru (AST) dejó mal herido a Rafal Majka (TCS) cuando le hizo el rebase en la subida habiendo salido tres minutos después y por un momento el italiano también tuvo la ilusión de ser ganador de etapa. Pero atrás venía un huracán vestido de rosa.

Durante la primera parte llana y el inicio del ascenso Rigoberto Urán llego a ponerle una diferencia sobre los 30 segundos a Nairo Quintana. Luego de haber hecho el recorrido en auto nos dimos cuenta que la primera parte de la subida podría ser dominada por un estilo como el del líder del Omega Pharma Quick Step, pero los últimos 6.5 kms estaban hechos a la medida de Don Nairo. El cambio de bicicleta de un terreno a otro quizás puso de nervios a algunos por no perder tiempo ni romper el ritmo pero parece que ninguno de los dos colombianos tuvo sobresaltos en esa transición, incluso hasta de casco. Le preguntamos a Eusebio Unzué, a quien Nairo fue a darle la mano al cierre de la etapa cuando aún estaba en el auto, sobre si Quintana le venía haciendo más caso a su voz o a sus piernas. Con el esbozo de una sonrisa el director del Movistar Team dijo que había sido una combinación de ambas cosas y cuando llegó el terreno propicio para hacer la diferencia en las rampas más duras hicieron la carga que necesitaban para tratar de igualar y después rebasar el tiempo de Fabio Aru conseguido apenas unos minutos antes.

Nairo entonces se metió al túnel donde solo se escucha la propia respiración y el latido de su corazón. Ya con las nubes rozando la cima del Monte Grapa una diminuta figura casi siempre parada en los pedales se comía el terreno como una podadora y a una ritmo de 24.5 km/hr. Quintana sudaba copiosamente apoyado en el manillar dejando la vista clavada en el horizonte para solo bajarla al cruzar la meta. El boyacense había hecho el mejor tiempo de la jornada por 17 segundos sobre Aru y 1.26 sobre Rigo. Nairo firmó su segunda victoria de etapa en la tercera semana de su primer Giro. “Estoy muy contento de que a la gente le gusta me forma de escalar y de cómo me muevo en la bici en las montañas”, dijo el líder de la carrera tras bajarse de un interminable podio donde fue celebrado por ganar etapa, maglia rosa y maglia blanca. “Sé que esto hace felices a muchos colombianos, a muchos italianos y a muchos aficionados al ciclismo. Pero yo le dedico este triunfo a mi familia que ha llegado a acompañarme en esta etapa”. Como a cualquiera tener cerca a los suyos impulsa a las mejores actuaciones profesionales, pero luego de haber pasado por las infecciones a Quintana se le iluminó el panorama cuando se enteró que ya había arribado su familia y pronto se reuniría con ella. Esa fue la llama que prendió la dinamita.

“Reponerse ante las adversidades también te habla de un gran campeón”, nos dijo Unzué al cierre. “¿Qué si es el mejor escalador que yo haya tenido en mis equipos desde el Reynolds? Probablemente sí…” afirmó. Y es que Nairo sigue evolucionando, aprendiendo a ser líder, a ser lo suficientemente confiado en su equipo para dejarse guiar ante circunstancias extremas.

Seguramente un poco nostálgico por no haber podido igualar lo hecho en la primera contrarreloj Rigo habló al final de la etapa. “Al final se me ha hecho un poco larga la etapa, pero bueno eso es normal a estas alturas de la carrera. Yo creo que traía buen ritmo y rendimos con las fuerzas que nos acompañaban”. Rigo sabe que la última etapa de montaña es dura y su compromiso es defender su 2º lugar podio con Aru a 41”.

Sobre la última etapa también salió la voz aguerrida de aquellos que no cejarán en el intento. Julián Arredondo realizo un día tranquilo pensando en los 3 premios de montaña de este sábado, lo mismo que Fabio Duarte a quien la llama no se le ha apagado después de dos segundos lugares y nos confirmó que lo volverá a probar. El Colombia Coldeportes es al equipo le hace cristalizar una alegría porque por combatividad se han parado.

Antes de llegar al coloso de Udine el pelotón tendrá el Passo del Pura de 1ª Cat de casi 10 kilómetros de longitud. Luego se subirá al Sella Razzo de segunda categoría y luego de 30 kilómetros de bajada se vuelve a la carga en el Zoncolan. Son 10 kilómetros de sufrimiento que inician con una media de 9.1% en los primeros 1500 metros, se toma un respiro para volver a la penitencia por 4 kilómetros a una media del 15.4% con dos rampas incluidas de 20 y 22%, los siguientes dos kilómetros la media es de 13.9% y finalmente se baja a 7.1% cerca del último kilómetro. Son tres túneles y rampas de entre 10.8 y 16% en ese kilómetro final que más que tocar al cielo se sentirá como la puerta del infierno. Ese es el símbolo de exclamación final del Giro. Ahí se elige a la corte y al rey.