En "Episodio 2: El Retorno de Price" la alianza rebelde se prepara para destruir la estrella de la muerte a base de rectas y cambios. David Price llegó a la ciudad de Toronto con la tarea de liderar esa misión pero su récord en postemporada y una actuación mediocre como relevista ante Texas generó preocupación en mucha gente. ¿Podrá el zurdo rescatar su forma? ¿Se quitará ese malefició que se activa solo cuando finaliza la temporada regular? ¿Logrará el objetivo?

David Price
Rob Carr/Getty ImagesDavid Price no pudo completar las siete entradas de labor y siguió su racha sin victorias en su carrera en postemporada.
El segundo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana era de suma importancia para ambos equipos. Los Reales de Kansas City buscaban preservar la ventaja de ser sede poniendo en la lomita a Yordano Ventura, un lanzador con todo el talento del mundo pero algo inconsistente en su corta carrera. Los Azulejos de Toronto trataban de robar un encuentro como visitante y para ello usaron a David Price, adquirido precisamente para tardes como esta.

El dominicano comenzó la faena lanzando rectas de 98 millas en la esquina externa con un absoluto control, parecida a la fórmula utilizada por Edinson Vólquez en el día anterior. Por su parte, Price se vio menos espectacular pero igual de efectivo a las primeras de cambio. A ambos los ayudaba una hora del juego en donde las sombras del estadio saboteaban la trayectoria de cada lanzamiento.

Los canadienses amenazaron en el segundo inning con dos en bases sin outs, tras sencillos consecutivos de Edwin Encarnación y Chris Colabello, pero Tulowitzki se ponchó con tres lanzamiento. Russell Martin conectó una línea salvaje atrapada por Alcides Escobar en gran forma, quien luego aprovechó que Encarnación había dado varios pasos hacia la tercera base para completar la doble matanza.

La primera carrera de los Azulejos llegó temprano y de la parte del lineup que cuando produce le complica la vida a cualquier equipo. En el inicio del tercero, Pillar conectó doble por el jardín derecho y Goins lo imitó pero por el otro lado del campo. Ben Revere, Josh Donaldson y José Bautista fallaron sucesivamente en aumentar la ventaja. Hasta ese momento los bateadores de Toronto solo habían conectado para .190 (de 58-11) con corredores en posición anotadora en la postemporada.

En el sexto inning Edwin Encarnacion, a pesar de resentirse de una vieja lesión en uno de sus dedos de la mano izquierda que incluso requirió de una inyección de cortisona, trajo la segunda carrera con su segundo inatrapable de la jornada. Tulowitzki conectó doble al jardín derecho para poner el marcador 3-0 y exorcizar un poco esos espíritus malignos que lo han venido acompañando al plato en la postemporada.

Yordano Ventura duró hasta la sexta entrada luego de perder un poco el control y meterse en problemas. Su línea de trabajo no reflejó adecuadamente como lanzó, pero en este caso el mérito se lo llevan los bateadores de Toronto que supieron esperar. Ese es uno de los brazos más eléctricos de las mayores.

En el cierre del séptimo los Reales emboscaron a Price luego que la falta de comunicación entre Goins y Bautista permitiera que cayera un fly inofensivo de Zobrist entre los dos. Lo que vimos a continuación fue simplemente el estilo característico de Kansas City: buenos turnos, hits por todos lados, agresividad en las bases y presión sobre el lanzador, que les dio como resultado 4 carreras.

Mucho se criticó en las redes sociales al manager John Gibbons por dejar demasiado al abridor y no recurrir a su bullpen pero venía un grupo de zurdos y la alternativa era traer a Aaron Loup o Aaron Sánchez (que ha sido inefectivo contra los bateadores del lado prohibido). Ante esa realidad el dejar a Price, quien venía dominando y tenía muy pocos lanzamientos, no era descabellado en lo absoluto. Los bateadores de los Reales hicieron un trabajo extraordinario al conectar pitcheos difíciles y realizar ajustes.

La decisión del manager hay que evaluarla con las alternativas que tenía y no había ninguna otra que dejar a Price en esa situación. Evidentemente que no funcionó pero si Gibbons saca a Price para traer a Loup o Sanchez y el resultado es el mismo lo más seguro que la crítica sería aun peor. En el mundo de las probabilidades en el que se manejan los dirigentes la opción de morir con Price era lo indicado.

David Price lanzó 5 veces en la temporada regular luego de una derrota de los Azulejos y su récord fue 5-0. Es lo que llaman en el argot de la pelota un 'stopper': ese brazo que evita caer en rachas negativas y mantiene la intensidad del equipo. En el segundo juego de la Serie de Campeonato el zurdo parecía destinado a otra victoria pero un inning le cortó la oportunidad. El maleficio continúa y la estrella de la muerte sigue viva.

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El 16 de octubre de 1985, los Reales de Kansas City ganaron el séptimo juego de la serie de campeonato en el Estadio Exhibition (el templo antes del SkyDome o Rogers Centre) para así enterrar las esperanzas de unos Azulejos de Toronto que por primera vez en su historia participaban en una postemporada. Una derrota cementada en la memoria de muchas personas en Toronto.

La última vez que se enfrentaron estos equipos hubo pelotazos, expulsados, conatos de peleas y descargas por Twitter más dignas de la telenovela "El Patrón del Mal". Peloteros y managers insistieron que eso no debería extenderse a esta serie pero es difícil creerles.

En el papel ambos equipos se parecen bastante más allá de los números. Los dos buscan ganar una Serie Mundial luego de bastante tiempo sin hacerlo, se reforzaron agresivamente en la fecha límite de cambios directos, cuentan con managers ex receptores de vieja escuela, tienen fanaticadas intensas que visten de azul oscuro, han roto récords de sintonía en sus estaciones de TV locales, eliminaron equipos de Texas en las series divisionales y reflejan tanta confianza que se puede confundir con arrogancia.

En la serie del emblemático 'bat flip' de Bautista, Marco Estrada lanzó en gran forma uno de los partidos más importante en la historia de la franquicia. Sin esa actuación del mexicano todo el resto no hubiera ocurrido. Abrir el primero de la Serie de Campeonato era un reto igual de difícil aun cuando las dimensiones del Estadio Kauffman favorecían su tendencia de recibir elevados.

Kansas City también venía de una serie emocional contra un equipo joven e irreverente como los Astros de Houston que estuvo a punto de dar una gran sorpresa de no ser por un tuit del Gobernador del Estado de Texas (exagero, pero al menos esa fue la impresión que dejó). Edinson Vólquez le correspondió la tarea de subir a la lomita con una fórmula sencilla: atacar la esquina externa del plato con un repertorio que, en esta noche en particular, se movía más que Olga Tañón en concierto.

Los Reales abrieron el marcador en el tercer inning luego de dobletes de Alex Gordon y Alcides Escobar. Lorenzo Cain se encargó de traer a Escobar para la segunda anotación con un hit al jardín derecho. A diferencia de los Vigilantes, este lineup se mostraba algo más paciente y dispuesto a utilizar la banda contraria ante el cambio élite de Estrada.

Salvador Pérez con cuadrangular en el cuarto inning, ante un lanzamiento que se quedó en el medio del plato, aumentó la ventaja a 3 carreras.

Azulejos atacaron en el principio del sexto al poner dos en bases pero Vólquez cerró su actuación ponchando a Tulowitzki con un par de rectas en el medio, luego de haberlo colocado en 3-1, que el campocorto prefirió no hacerle swing. El cierre de ese mismo inning también marcó la despedida de Estrada tras una actuación decente pero sin recibir apoyo ofensivo alguno.

Nota especial para Kelvin Herrera quien sacó el séptimo inning lanzando 9 llamaradas seguidas incluyendo una que llegó a 100 millas por hora.

Kansas City anotó dos en el cierre del octavo para el marcador final 5-0.

Vólquez, Herrera, Madson y Hochevar se combinaron para blanquear a una de las ofensiva más temidas en el beisbol. Méritos para los lanzadores, sobre todo el par de dominicanos que se presentaron intraficables.

Los Azulejos resucitaron al tercer día para evangelizar a los Texas Ranges. Los Reales parecían fuera de combate para propinar un knock-out fulminante a los Astros en el último round. Ganar el primero es importante pero con estos dos equipos nada está escrito luego de una noche.

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El séptimo comisionado de MLB, Bart Giamatti, escribió un ensayo sobre beisbol que realmente es un lujo leerlo y, sobre todo, escucharlo de su propia voz en unos videos que se encuentran en Youtube.

The Green Field of the Mind se inicia de la siguiente manera: "Rompe tu corazón. Está diseñado para romper tu corazón. El juego comienza con la primavera cuando todo renace, florece en el verano llenando las tardes y noches, para luego, con la llegada de las lluvias, detenerse y dejarte solo para que enfrentes el otoño".

En el Juego 5 de la Serie Divisional de la Liga Americana el juego se detendría para uno de los dos equipos, dejando a sus fanáticos deambulando en búsqueda de una explicación que nunca encontrarán ya que no entienden que esa es su misma naturaleza. El beisbol puede ser cruel, injusto e incomprensible, algo que también lo hace interesante y apasionante.

En la lomita se enfrentaron los mismos protagonistas del segundo encuentro. Por Toronto: Marcus Stroman, un dínamo de energía que parece alimentarse de situaciones que asustan a más de uno. Por Texas: Cole Hamels, una combinación de talento, calma y control difícil de encontrar.

Texas se fue arriba abriendo el juego gracias a un doble de uno de sus bateadores más productivos en la Serie, Delino DeShields, y un par de machucones. Por la mente de más de un fanático canadiense regresó, al menos por un rato, la pesadilla de los dos primeros juegos en casa. Hamels liquidó el primer inning por la vía rápida con pleno dominio y rectas que superaron las 95 millas.

En el segundo inning con dos outs y el peligroso Delino DeShields de nuevo al bate, Andrus trató de robar la tercera y es retirado con potente disparo de Russell Martin. No parecía el mejor momento para correr especialmente con un Stroman un poco regado y algo inefectivo.

Shin-Soo Choo conectó cuadrangular en el tercero para aumentar la ventaja a dos carreras y además del silencio de las 49.742 personas que vinieron al Rogers Centre se desprendió algo de preocupación en el ambiente.

En el cierre del tercero José Bautista remolcó a Ben Revere con doble al jardín izquierdo para la primera carrera de los Azulejos. Allí vimos uno de los pocos parpadeos de Hamels en el juego.

Edwin Encarnación empató las acciones con enorme cuadrangular por el jardín izquierdo. Nunca había visto al dominicano gozarse un batazo como ese, pero era buen momento para hacerlo.

En la apertura del séptimo ocurrió la gran polémica de la tarde. Con Rougned Odor en tercera, Russell Martin se equivocó al tratar de devolver la pelota a Aaron Sánchez, pegándole al bate de Choo mientras estaba en el cajón de bateo, haciendo que rebotara hacia la tercera base. El venezolano se percató rápidamente y anotó. El oficial principal devolvió inicialmente a Odor a la antesala por supuestamente haber pedido tiempo, pero luego de una conferencia con Jeff Banister aceptó la anotación. Allí comenzó la lluvia de cervezas y objetos al terreno. Luego de infinidad de consultas y hasta revisión en video se mantuvo la carrera debido al error de Martin. Toronto puso el juego bajo protesta.

En el cierre del séptimo, luego de una feria de errores del campocorto Elvis Andrus, Donaldson trajo la del empate con un 'texas Leaguer" para que luego Bautista descosiera la pelota, enviándola a las gradas del jardín izquierdo para poner el juego 6-3. Ese cuadrangular fue una especie de inyección de calma a unos fanáticos a punto de saltar al terreno por la frustración acumulada luego de varias decisiones que consideraron injustas.

Roberto Osuna se encargó de cerrar el show a sus 20 años. El mexicano tuvo que recoger tomates a los 12 años para darle de comer a sus hermanos, trabajando 12 horas diarias. Esto no es presión para él y así lo ha demostrado todo el año con su inmenso talento.

De los colegios de Toronto enviaron cartas a los padres y representantes pidiendo que los estudiantes fueran el miércoles vestidos con algo de los Azulejos. Era la segunda carta que recibía con la misma solicitud en los últimos 7 días. No había calle, rincón, bar, restaurante, bodega o casa que no estuvieran pendiente del juego decisivo. La ciudad más que identificada con el equipo estaba comprometida emocionalmente a más no poder.

Al final, adaptando otro párrafo de The Green Field of the Mind: "Un pitcheo, tercer strike y todo se detuvo. El verano murió en Texas y, como la lluvia rueda en los techos, los fanáticos abandonaron los bares rápidamente solo con una pequeña preocupación sobre el tráfico para regresar a casa. Las circunstancias se llevaron las estaciones y convirtieron la esperanza en recuerdos, una vez más. Y de nuevo, para eso usó al beisbol, nuestro mejor invento para evitar cambios con el fin realizar esos mismo cambios."

Usted tenía razón señor Giamatti, pero aquí en Toronto todavía es verano y seguirán enviando cartas para que los niños vistan de nuevo los colores de los Azulejos.

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En una serie en donde el equipo visitante ha ganado todos los juegos, Toronto amparado de una sólida ofensiva y buena actuación de R. A. Dickey y, hasta cierto punto, David Price logró lo que muchos ya consideraban imposible y obligaron a un quinto y decisivo juego el día miércoles.

La ofensiva de los Azulejos de Toronto ahora si se pareció a lo que vimos casi toda la temporada. Un lineup paciente en el home, que puede irse por la banda contraria y con una fuerza descomunal. Además, con la facultad de anotar varias carreras temprano en el juego para así facilitar la labor del abridor. Esa ha sido la receta exitosa del equipo en el 2015.

La historia de R.A. Dickey es digna de una película de Hollywood pero aquí no la resumiremos, aun cuando si recomiendo ampliamente su documental "Knuckleball". Lo que si me gustaría resaltar es que las ruedas de prensa luego de sus aperturas son como una clase de filosofía. Primero es la paciencia con que habla y luego la profundidad de sus comentarios y lo completo de la autopsia de lo sucedido.

El derecho siempre se refiere a sus dos hijos: la nudillo rápida y la nudillo lenta. Hay ciertos días en donde la rápida logra el objetivo pero en otros es la lenta la encargada de la mayor carga de trabajo. Es como si no fuera responsable de su actuación en la lomita, su función es ser un intermediario entre esos dos lanzamientos y el resto del mundo.

En el día de hoy se vio un Dickey dominante, agresivo y aprovechando la ventaja que le dieron temprano. Lo bateadores de los Vigilantes de Texas se vieron ansiosos tratando de descifrar las mariposas y eso aumentó su efectividad. Su labor era dar unos cinco o seis innings y la cumplió a pesar que Gibbons optó por sacarlo un poco antes de tiempo.

Luego básicamente la única polémica del juego, Gibbons sustituyó a Dickey con David Price a pesar que el juego estaba 7-1. Yo no soy relacionista público del manager de los Azulejos pero el movimiento tenía cierta lógica.

Primero, el zurdo estaba disponible como relevista en el tercer juego y, de hecho, estuvo a punto de entrar en acción pero el bullpen hizo el trabajo. Antes del inicio del cuarto encuentro, Gibbons anunció que Price relevaría, eso era un hecho. Es verdad que el encuentro se abrió, pero como lo demostró la otra serie de la Liga Americana eso no es garantía de nada.

El punto era traer a David Price para garantizar la victoria y así fue. De todas maneras, el plan del miércoles ya estaba dibujado desde el mismo lunes: Marcus Stroman abrirá y luego todos los brazos estarán disponibles menos Price (aun cuando David Price dijo que sí estaría listo en la rueda de prensa luego del juego).

Algo peor hubiera sido que el encuentro se hubiera cerrado o volteado sin Price. Allí si rodarían cabezas inmediatamente. El objetivo era ganar el cuarto desafío y regresar a Toronto para definir la serie. El resto se resolverá el miércoles.

Texas desaprovechó una oportunidad con dos victorias arriba y el regreso a su casa en búsqueda de una más. Es como ese boxeador que luego de dar una golpiza deja que el oponente agarre un segundo aire para enredar la pelea. Los Azulejos absorbieron el castigo y salieron al tercero y cuarto round para igualar las acciones.

Ya vimos cómo Toronto ha reaccionado con la espalda contra la pared, será interesante ver como lo hará Texas en esa misma situación. Todo será revelado el miércoles.

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El tercer juego de la Serie Divisional Toronto-Texas se pareció más a lo que muchos esperaban en el primer juego. Algo de ofensiva y gran actuación de una estrella en la lomita por parte de Toronto, solo que en esta oportunidad no era David Price.

Marco Estrada es uno de esos casos interesantes. Las estadísticas dicen que fue uno de los lanzadores más dominantes en la Liga Americana en esta temporada pero, a pesar de ello, mucha gente desconfía de su talento. Quizás sea por el hecho de depender del control y de un cambio de velocidad que el jardinero central de los Orioles de Baltimore bautizó un día como "money". Si estuviéramos hablando de alguien con una recta de 99 millas posiblemente la reacción sería distinta pero, ese no es su caso.

Uno de los factores fundamentales en la gran temporada del diestro ha sido Dioner Navarro. La inteligencia e instintos detrás del plato alimentan la confianza del lanzador, quien solamente se limita a seguir las instrucciones y colocar los pitcheos en la mascota del venezolano. "El me conoce mejor que yo" me dijo Estrada en alguna oportunidad al referirse a Navarro. Muchas veces es esa relación tan cercana lo que hace falta para mover a un lanzador de bueno al grupo de los mejores.

El mexicano realizó un cambio para esta apertura buscando evitar el inicio lento que lo caracterizó durante todo el año. "Hice bullpen con intensidad, como si fuera un juego...nunca lo había hecho de esa manera, veremos que pasa" confesó en Toronto antes de viajar a Texas. Y resultó.

Por espacio de 6 innings y un tercio, Estrada le dio a Toronto el espacio que necesitaba para abrir el encuentro. Luego el bullpen se encargó del resto tal como lo ha venido haciendo con relativa frecuencia desde el juego de las estrellas.

La estrella ofensiva del día fue Troy Tulowitzki y eso es crucial en las aspiraciones de los Azulejos de Toronto por varias razones. La combinación Donaldson, Bautista y Encarnación sigue sin producir y eso hasta sorprende. Tulo ha tenido problemas a la ofensiva desde que se incorporó al equipo y Vigilantes de Texas piensa que no está recuperado al 100% luego de la lesión y por eso se arriesgan con él cuando pueden. Ganar un juego básicamente con la ofensiva de un solo pelotero tiene que inyectar optimismo a un grupo que ha repartido palos a mansalva durante toda la temporada.

Pero por el lado de Texas tampoco vimos al mismo equipo y eso en parte fue por la gran actuación de Estrada y una apuesta que no funcionó tan bien como se esperaba.

Martín Pérez es otra historia curiosa. El zurdo ha sido pelotero 'profesional' casi toda su vida, desde los 12 años para ser más exactos. Luego de llegar a las mayores de manera vertiginosa sufrió un lesión en el brazo que requirió de una operación Tommy John. Esta temporada regresó de la cirugía y le costó algo alcanzar el mismo nivel que lo caracterizó. Sin embargo, Jeff Bannister indicó a la prensa en Toronto que el venezolano merece la oportunidad de abrir aun cuando tenía otras opciones más experimentadas. "Como todo al que le hacen esa operación es necesario esperar un tiempo para que retome el control de los lanzamientos y la confianza, yo creo que ya Martín está en ese punto y por ello lanzará el tercer juego de la Serie Divisional" recalcó el manager de Texas.

El plan de trabajo del siniestro era sencillo y lo compartió en el programa Beisbol Semanal de ESPN Radio el mismo domingo. Mantener la pelota baja y afuera la mayor parte del tiempo ante un lineup muy agresivo. Ocasionalmente rectas adentro para hacer pensar a los bateadores. Esa fue la misma receta de Yovani Gallardo y parecida a la de Cole Hamels, aun cuando este prefirió lanzar adentro en la primera parte del segundo juego hasta que decidió concentrarse en la esquina externa. El problema de ese tipo de planes siempre es llevarlo a la práctica, ejecutar los pitcheos y allí falló.

A Pérez le costó dominar las esquinas, ponerse arriba en las cuentas, engañar a los bateadores y, en fin, activar el plan. Toronto también se presentó mucho más paciente que en los dos primeros juegos y logró que agotará su arsenal rápidamente.

En fin, el guión del tercer juego era el que muchos ya habían escrito con algunas variantes pero esta película continuará mañana con incertidumbres debido a la decisión de John Gibbons de poner a calentar a David Price en el séptimo inning ganando 5-1. Parece que el abridor será R.A. Dickey y que Price ya no estará disponible en caso de emergencia pero si posiblemente lo esté Marcus Stroman. Price quedaría para un eventual quinto juego en Toronto pero si no ganan el cuarto de nada vale tenerlo, ahora pensar que estará en el bullpen dos días seguidos también es poco probable. Mañana se despejará esa duda.

Texas sigue teniendo control de la Serie, le basta ganar uno de los dos juegos que quedan. Solo que los Azulejos al menos hoy, pusieron una pequeña duda en muchas mentes y eso puede germinar en otras cosas.

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Si había un lanzador que reflejaba la realidad de los Azulejos de Toronto en el segundo juego de la Serie Divisional contra los Vigilantes de Texas era Marcus Stroman. Al derecho lo daban por descartado este año debido a una lesión en la rodilla sufrida en los campos de entrenamiento. Sin embargo, luego de un trabajo arduo resucitó con el equipo en el mes de septiembre y dominó. El encuentro del viernes tenía esa sensación a la distancia, Toronto podía colocarse a un paso de fallecer o volver a la vida.

Vaughn Ridley/Getty ImagesStroman lanzó para ganar luego de un inicio tembloroso, pero salió sin decisión.
Stroman se monta en la lomita con resentimiento y odio en su corazón, tal como el mismo lo declaró el día jueves, debido a que toda su vida ha sido menospreciado por distintos factores incluyendo su tamaño. Eso le da fuerza y motivación para lanzar, además de hacerlo ante un estadio que básicamente lo aplaudió constantemente desde que se paró a calentar.

Uno puede decir que Cole Hamels es lo opuesto a Stroman en términos emocionales. El zurdo es frio, calculado y premeditado. Eso le dio un detalle adicional a un encuentro que ya tenía varios. Algo así como ver luchar a Hulk contra Batman (pero no la versión de Matt Harvey debido al límite de pitcheos).

El juego estaba pautado para las 12:45 pm pero los Azulejos saltaron antes y hubo que esperar unos 3 minutos con todos los peloteros listos incluyendo Stroman. Una señal del desespero interno producto de esa primera derrota.

El primer inning fue algo extraño. En el inicio vimos jugadas que normalmente se hacen pero que esta vez no, malas decisiones a la hora de correr las bases y a Chris Colabello como la estrella defensiva (por cierto, Colabello y defensa nunca se utilizan en la misma oración). Texas anotó dos carreras pero desperdició algunas más. En el cierre de la entrada, Josh Donaldson recortó la ventaja con un cuadrangular de línea por el jardín central que levantó a los fanáticos tal como si le hubieran dado una descarga eléctrica de cien millones de voltios.

En el segundo Rougned Odor (que en canadiense significa pesadilla) anotó una carrera con maña caribeña. Boleto, una base adicional tras un roletazo y un deslizamiento en el plato estilo hombre elástico a pesar que la pelota ya le había ganado. Toronto empató el partido en el cierre de esa misma entrada de una manera más fácil, a fuerza de palos.

Luego hubo paz en la Ciudad Gótica del norte por unas entradas, quitando los 49.716 mil fanáticos que no paraban de gritar.

En el quinto Toronto se fue arriba con la combinación Pillar, Goins y Revere. Luis Rivera, boricua y coach de tercera de Toronto, me comentó antes del juego sobre la importancia de esa parte del lineup, especialmente considerando que deberían ver buenos pitcheos.

Texas empató en el octavo con hit del emergente Mike Napoli aprovechando un "shift' de Toronto que no funcionó esta vez. Adicionalmente teniendo a Mark Lowe listo en el bullpen, John Gibbons prefirió dejarle a Brett Cecil quien, en su defensa, ha sido uno de los relevistas más efectivos en las mayores desde el juego de las estrellas y también domina a los derechos. Pero Napoli le batea mucho mejor a los zurdos. "Decisiones", diría Rubén Blades.

Nota especial para el bullpen de ambos equipos pero en especial a Roberto Osuna (Toronto) y Jake Diekman (Texas) por su actuación en el día de hoy. Básicamente apagaron las ofensivas sin consideración de nadie. Impresionante.

Adelantemos la historia hasta el inning 14...

La pesadilla se embasa con un infield hit para luego anotar con un hit del dominicano Hanser Alberto a un LaTroy Hawkins un poco franco. Antes de la carrera Toronto apeló una decisión de quieto en segunda que parecía out debido a que el zapato de Odor dejó la base por milésimas de segundos pero en Nueva York no vieron lo mismo. Luego Texas anotó de nuevo con otro infield hit ahora de Delino DeShields. En fin, un inning productivo de eso que llaman beisbol pequeño que le dio números definitivos al juego.

Nota aparte para el umpire principal Vic Carapazza al verse involucrado en una gran cantidad de protestas de bolas y strikes, sobre todo de Russell Martin, a quien particularmente nunca había visto con esa actitud. Realmente Toronto no perdió por eso pero fue algo notable en el juego.

Al final, los Azulejos se acercan peligrosamente a la eliminación al perder sus dos juegos en casa de una manera dramática. Pero ese mismo equipo tuvo dos rachas de 11 juegos ganados seguidos en la temporada así que todavía falta pelota.

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Marcus Stroman
Dan Hamilton/USA TODAY SportsMarcus Stroman se perderá toda la temporada del 2015
Marcus Stroman no solo le dio estabilidad a la rotación abridora de los Azulejos de Toronto en 2014, sino además fue una inyección de energía positiva que pronto se regó al resto de sus compañeros. Cuando ya todo estaba servido para disfrutar de una temporada completa del derecho, nos llega la noticia de su lesión en la rodilla que lo mantendrá alejado del terreno de juego hasta el 2016.

El reto de Alex Anthopoulos, gerente general de Toronto, es ver cómo reemplaza esa pieza tan importante del rompecabezas. Una opción es darle el puesto a Aarón Sánchez, pero eso también implica que se pierde ese brazo en el bullpen, algo nada fácil de digerir, ya que se tenía pensado que incluso ocuparía el puesto de cerrador.

Si la respuesta no es Sánchez pareciera que la alternativa más lógica sería Daniel Norris, un zurdo con gran potencial pero poca experiencia. Tampoco podríamos sacar de la carrera al mexicano Roberto Osuna, quien viene de una operación Tommy John pero siempre ha sido catalogado como uno de los mejores prospectos de la organización. Una tercera posibilidad es el venezolano Johan Santana, pero eso dependerá de que tan saludable se encuentre ya que no iniciará la temporada en el roster de 25 por no estar en plena condición física.

La otra vía que tiene Toronto es salir al mercado a buscar un abridor, pero eso no se consigue tan fácilmente y cuando hay alguien de calidad disponible generalmente el costo es muy alto. Conociendo un poco las limitaciones presupuestarias internas, me atrevería asegurar que el reemplazo de Stroman ya está en la organización.

Mas allá de encontrar el sustituto, lo más difícil será superar el hueco emocional que deja la segunda selección de los Azulejos en el draft del 2012. Pero esto es beisbol profesional, una lesión solo abre un espacio para que otro pelotero marque su propio camino. Mi ficha está en Daniel Norris, si Santana no puede recuperar su forma, para así no desmantelar un bullpen que ya tiene muchas interrogantes. El tiempo dirá.

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