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Barcelona: ¿Qué debe hacer Xavi para no irse por la puerta de atrás?

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Crisis defensiva en el Barcelona: dan un paso adelante y 3 para atrás (3:29)

Carolina Guillén y Gemma Soler reaccionan al empate del equipo culé ante el Granada y a los problemas defensivos que mostró. (3:29)

Luego de que Xavi anunció su salida del Barça, su legado quedará marcado por la Liga y Supercopa de 2023, pero solo una mejoría en el desempeño del equipo evitará que se marche increpado sino gana títulos esta Temporada.


BARCELONA -- El Barcelona comenzó la pretemporada con el pie izquierdo. En el campo, batido por el Arsenal en Los Ángeles, y en los despachos, donde el discurso institucional, liderado por el presidente Laporta y apoyado por el entrenador Xavi Hernández, llamaba a mejorar el curso anterior (cerrado con un doblete) y pelear "por todos los títulos". No se habló apenas nada de consolidar un proyecto deportivo y menos aún de recuperar una brillantez futbolística muy poco vista y ocultada por los trofeos...

Y a tres meses de acabar la temporada, sospechándose que se cerrará sin títulos, el futbol, el juego, es lo único que puede evitar que Xavi se marche por la puerta de atrás. Su legado quedará marcado por la Liga y Supercopa de 2023 y, justo es reconocerlo, por haber mantenido, y aumentado, la apuesta de Ronald Koeman con la cantera. Lamine Yamal, Fermín López, Marc Guiu, Hèctor Fort o Pau Cubarsí han ido apareciendo y consolidándose en el primer equipo junto a Gavi y Balde (hoy lesionados) y el próximo entrenador tendrá a sus órdenes un buen puñado de futbolistas, muy válidos, salidos del fútbol base gracias a la determinación del técnico catalán.

Sin embargo, el reto final de Xavi es mejorar, y de forma ostensible, la imagen futbolística de un equipo cuyos números son casi tan desoladores como su juego. Lo que debería haber sido el agosto de 2023 el principal reto y objetivo, recuperar las esencias y buen juego, es en febrero de 2024 casi lo único que puede salvar la temporada.

El Barça enfrentará este sábado al Celta en el último partido previo a su regreso a la Champions League, único trofeo al que, por lógica, aspira el equipo azulgrana y donde se encontrará al Napoli en una eliminatoria de octavos en el que, atendiendo también al momento del cuadro italiano, debería tener el papel de favorito.

Pero no rebosa optimismo y confianza precisamente un Barcelona alrededor del cual existen más dudas que certezas y que han recolocado a Xavi Hernández, contra lo que él mismo planteó, en el escenario. El entrenador anunció por sorpresa tras la cruel derrota encajada frente al Villarreal su decisión de abandonar el banquillo a la conclusión de la temporada. Pretendía con ello "liberar" al equipo y dar un empuje al juego. Pero nada de ello se ha conseguido.

A Xavi le quedan entre 16 y 21 partidos al frente de una plantilla que no ha respondido a la exigencia, se ha dejado por el camino Copa y Supercopa, no sabe si mirar hacia arriba o hacia abajo en LaLiga y se mantiene viva en una Champions de la cual nadie, o casi nadie, se atreve a nombrarle entre los aspirantes. Menos aún entre los candidatos y absolutamente descartado como favorito.

Es más que factible que tras conquistar un doblete el pasado curso el Barça vuelva a cerrar el actual sin un título que celebrar, que sería el tercero en cinco temporadas y a partir de esa posibilidad la pregunta que acude al plano es evidente: ¿Puede el entrenador evitar la sensación de fracaso de aquí a su marcha?

Luis Enrique proclamó semanas antes de abandonar el club en 2017 su indiferencia en cuanto a ser recordado de forma especial. "No me preocupa el legado que vaya a dejar", sentenció. Se marchó con nueve títulos en tres temporadas y una indisimulada sensación de hastío con el entorno que Xavi intenta evitar, con mejor talante que resultados.

En los poco más de tres meses que faltan para acabar el curso el mayo reto que se le presenta al técnico catalán es catapultar, de forma evidente e indiscutible, el rendimiento futbolístico de su equipo. Trasladar sus ideas al césped y hacerse entender por unos jugadores que globalmente mezclan una sensación de despiste con otra de desidia.

Todo ello en el bien entendido caso, claro, que Xavi acabe el curso en el banquillo porque no son pocos los que empiezan a especular alrededor del Barça que una eliminación en Europa pudiera acelerar el cambio en la dirección del equipo y ver a Rafa Márquez en su puesto.