Como era de esperarse, la elección del nuevo entrenador de la Selección Mexicana de Futbol está convertida en un auténtico carnaval.
Nombres van y vienen, desde los más rimbombantes hasta algunos impresentables, y lo único que queda claro es que, una vez más, no se tiene la menor idea del perfil de técnico que se busca por la sencilla razón de que no hay un proyecto de cara al Mundial de 2026.
Mientras algunas selecciones de jerarquía en el mundo, entiéndase España o Portugal por citar solo dos casos, prácticamente de inmediato tras terminar su participación en el Mundial de Qatar decidieron cambiar de estratega e hicieron el anuncio de su nuevo timonel, en México Yon de Luisa, presidente de la FMF, pidió 60 días para presentar un análisis de qué sucedió en la justa y luego, tal vez habrá humo blanco en cuanto al nombre del estratega.
En las últimas semanas se ha visto de todo:
1.- La ‘gira’ de Miguel Herrera en distintos medios de comunicación para promover su campaña de regreso al Tricolor bajo la promesa de que, ahora sí de veras, ya aprendió de los errores del pasado y hasta tiene un coach de vida que le ayuda a regular sus emociones, por lo que promete que no volverá a golpear a nadie más, al tiempo de que “seguro” nos lleva al quinto partido.
2.- El sueño guajiro de que Marcelo Bielsa es el gran candidato y cuenta con el respaldo absoluto de los dueños de clubes de la Liga MX para que venga, cambie la mentalidad, monte una verdadera estructura y ¡pum!, al primer mundo y más allá…
Se les pasó un pequeño detalle: filtrar si el apodado ‘Loco’ está interesado en venir a un futbol subdesarrollado repleto de compromisos comerciales que tienen prioridad sobre los deportivos.
3.- El más reciente: resulta que a Ricardo Ferretti ahora sí le interesa el cargo de seleccionador nacional. Sí, el mismo que se cansó de rechazar al Tri y que declaró en algún momento que prefería ser “barrendero” (sic), como por arte de magia y luego de su salida de los Tigres bajo señalamientos de “hacer negocio” con la compra de jugadores, y su paso (muy) fallido con FC Juárez, ya también levantó la mano.
4.- A Nacho Ambriz lo mencionan sin convicción y él ayuda a ese descarte al no mostrarse firme y con argumentos para aspirar a la silla.
Jaime Lozano gusta, pero parece muy grande el paquete para tan incipiente carrera.
Y a algunos otros como Antonio Mohamed no los han ‘sondeado’; en tanto Nicolás Larcamón ya se descartó.
5.- Finalmente Guillermo Almada que tiene como prioridad la selección uruguaya en caso de salir de los Tuzos, parece contar con bonos bajos no porque no se trate de un buen perfil, si no por su condición de extranjero y porque está con Grupo Pachuca, enemigo acérrimo de Orlegi. Así se decide y maneja el bendito futbol mexicano.
Así las cosas, de nueva cuenta como sucedió previo a la elección de Gerardo Martino en 2018, la pasarela de entrenadores está a todo lo que da, bajo la misma errónea creencia de que un hombre por sí solo será capaz de cambiar una estructura diseñada para el éxito económico y el fracaso deportivo.
Nomás es cosa de asomarse a los números: Arcas llenas y resultados cada vez más pobres. Esta vez ni cuarto partido hubo, de ese tamaño fue el fracaso.