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Selección Mexicana: Un producto podrido

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¿Debió Diego Cocca ser candidato desde el inicio de las entrevistas? (2:56)

La mesa de Futbol Picante analiza si el técnico de Tigres sería una buena opción para llegar a la Selección Mexicana. (2:56)

Pasaron 116 días desde que la Selección Mexicana de Futbol firmó su peor fracaso en 40 años tras quedar fuera de la Copa del Mundo de Qatar 2022, y se dio el primer ‘acercamiento’ entre el equipo y su fiel y golpeada afición.

Un fiasco absoluto. Con una alineación prácticamente idéntica a la que jugó el tercer partido del Mundial (10 de los 11 que estuvieron ante Arabia Saudita), el Tricolor recibió en el Estadio Azteca a Jamaica en uno de esos torneos (la Nations League) que se inventó la Concacaf para ganar dinero.

Ahí estaban los Ochoa, Moreno, Sánchez, Gallardo, ‘Chucky’, Martín y compañía, ahora bajo el mando de otro argentino —Martino desde hace meses disfruta de la abundancia que le dejó ser el sexto técnico mejor pagado en el Mundial—, Diego Cocca.

Y esa “noble afición” a la que suele referirse el escritor mexicano Juan Villoro, la cual hace un mayor esfuerzo que los futbolistas, una vez más dio fe de su fidelidad y registró una entrada superior a los 65 mil aficionados.

No importó que le prometieron una renovación del Tricolor y del futbol mexicano y no le cumplieron. No importó que Cocca haya llegado por ‘dedazo’ cuando a todas luces había más y mejores opciones (Almada y Mohamed, por mencionar solo dos. Ya lo de Bielsa era mucho pedir). No importó que el rival fuera la ‘débil’ Jamaica un domingo a las 6 de la tarde. No importó.

“El amor que tiene el aficionado mexicano por el futbol es directamente proporcional al desconocimiento que tiene del juego”, ha dicho el cronista Christian Martinoli, en una perfecta radiografía que explica lo que sucedió en el Estadio Azteca.

Ante el pobre desempeño del mismo equipo que hizo un papelón en Qatar, la gente comenzó con los reproches, y los antes ‘intocables’ Memo Ochoa y Raúl Jiménez fueron abucheados, lo mismo que Diego Lainez y el “peor fichaje de la Eredivisie” —así lo han catalogado en Holanda—, Jorge Sánchez.

Ya ni hablar de Cocca, que desde que fue anunciado en el sonido local debió entender que su designación no es vista con buenos ojos por la gente, lo cual se ratificó durante el partido al convertirse en tendencia en redes sociales el #FueraCocca en apenas su segundo partido al frente del equipo nacional.

PRENSA AMIGA

En las 24 horas posteriores al partido ante Jamaica han surgido una enorme cantidad de análisis, comentarios, críticas, defensas y hasta porras de algunos periodistas y fans con micrófono.

Desde que “no merecen ser mexicanos” los que abuchearon a Ochoa; o el que “no entiende” al público porque paga un boleto para ir a protestar; y qué decir de los que proponen que la Selección ya no juegue en el Estadio Azteca para que jugadores y cuerpo técnico no se “incomoden” con los reproches de la afición.

Es un tema que requiere un análisis profundo, pero el nivel de la crítica que predomina en el periodismo deportivo es francamente pobre. De un lado están los ‘amigos’ de los seleccionados que tienen las manos atadas y no pueden cuestionar el desempeño de los futbolistas.

Del otro, los estridentes que por medio de gritos, escándalo y discusiones estériles pelean por el rating. Y en una minoría se ubican los que ejercen la crítica con sustento, con argumentos y sin temor a que una de las ‘figuras de papel’ que viste la playera nacional les retire el habla o en un caso extremo les reclame.

La prensa también es parte del problema de un futbol mexicano que lejos de tener estrella, vive estrellado.

AFICIÓN

¿Qué pasaría si en lugar de volver a confiar y apoyar ciegamente a la Selección Mexicana, la afición deja de asistir al estadio, deja de consumir un producto a todas luces echado a perder?

¿Y si en lugar de 65 mil hubieran asistido 10 mil al partido contra Jamaica, no sería un buen mensaje?

Por supuesto que cada quien es dueño de su tiempo y decisiones, pero así como los medios de comunicación son parte de la mediocridad que impera alrededor del balompié nacional, también lo es la afición.

En la medida que existiera un público más y mejor informado, fiel pero exigente, y sobre todo crítico, los directivos dejarían de decidir en función de sus intereses y luchas de poder que atienden al aspecto económico por encima del deportivo.

SIN CAMBIOS, SIN FUTURO

El ciclo de Diego Cocca al frente de la Selección apenas inicia, por lo que resulta imposible hacer una análisis profundo tras solo dos partidos y prácticamente sin tiempo de trabajo con el grupo completo. Sin embargo, sí que puede subrayarse que arrancó con el pie izquierdo al no apostar desde su primera convocatoria por una renovación del Tricolor.

20 de los 26 que fueron a Qatar estuvieron en su lista, con los veteranos y ‘vacas sagradas’ Guillermo Ochoa, Raúl Jiménez y Héctor Moreno. Y por si fuera poco ante Surinam utilizó a un ‘cuadro’ B, mientras que frente a Jamaica recurrió a los ‘estelares’, con la salvedad de que esos ‘estelares’ son exactamente los mismos que fracasaron en el Mundial pasado hace casi cuatro meses.

De nueva o ilusionante no tiene nada esta selección que estuvo a punto de sufrir otro ‘aztecazo’, ahora a manos de Jamaica. Es pan con lo mismo, con futbolistas que no son capaces de asumir sus tropiezos y responsabilizan a “los medios” por los abucheos, ¿verdad, Hirving Lozano?

El presente del balompié nacional es consecuencia de un deterioro administrativo que prevalece desde hace décadas, y ya está visto que ni un fracaso mayúsculo como el de Qatar 2022 es suficiente para llevar a cabo un cambio verdadero.

La Selección Nacional que durante tanto tiempo ha sido la “gallina de los huevos de oro”, pues con todo y sus tropiezos deportivos ha garantizado siempre éxito económico, hoy no es más que un producto podrido que huele mal.

Y lo que es peor, su descomposición puede ser mayor. Al tiempo.