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El cuento del periodismo, el fútbol lindo, y entrenar sin golero: anécdotas y enseñanzas del Profe De León

De León fue un adelantado a su época. Twitter Toluca

El genio suele ser tildado de loco. El jugador que es distinto, de rebelde. Y el entrenador que aplica cosas diferentes, es un bicho raro. El profesor José Ricardo De León reunía todas esas características. A decir de sus dirigidos era un genio, un rebelde, y un bicho raro para la época.

Para explicar cómo era el profe De León y que hizo para ser considerado un adelantado a su época, basta con una frase: “Como este era un hecho raro, un hecho distinto, porque yo lo había soñado cuando era muy jovencito y cuando jugaba al básquetbol en mi pueblo (en la selección de Florida), yo dije: si esto se hace en el fútbol, Nacional y Peñarol dejan de ser la parodia que son”, adelantó para poner en práctica su idea.

¿Qué hizo el entrenador uruguayo que cortó con la hegemonía de Nacional y Peñarol a nivel local?

“Lo que hice fue sintetizar el fútbol. El fútbol es una competencia, no se le puede llamar arte. El fútbol no es un deporte, no es un juego, es trabajo, porque se gana dinero y se compite”, explicó en una nota en el programa Los Bueyes perdidos de TV Ciudad.

Y pasó a detallar: “Al haber una pelota y dos arcos el fútbol lo reducía yo y les hacía entender a los muchachos que el periodismo en general vive del cuento. No se han puesto a analizar que hay una sola pelota, que si esa pelota es absorbida, como lo hacíamos en el básquetbol en la cancha de ellos, no pasan para este lado. Nadie se ha ocupado del reglamento, de la ley del offside, la ley de la inteligencia que hace jugar al contrario donde uno quiere, donde lo hice jugar yo a Nacional y Peñarol, en el lugar del terreno que yo quería. Si la cancha medía 105 metros por 64 yo hacía jugar a mi cuadro en apenas 50 o 60 metros. Corría menos, entrenaba distinto”.

Para ello implementó un sistema que se llamó zona pressing con defensa lineal. ¿En qué consistía? “Hay dos maneras de recuperar la pelota en el sistema zonal haciendo pressing. De León inventó una: pressing a la pelota. Se trataba de que muchos jugadores redujeran espacios y obligaran al rival a jugar con rapidez para que perdieran precisión”, reveló Hugo Gallego, entrenador colombiano asistente de Francisco Maturana.

El propio Maturana no dudó en afirmar que el profe -al que tildó como uno de sus maestros- tenía el chip de la famosa Naranja Mecánica de Holanda 1974, un equipo que revolucionó el ambiente del fútbol.

ENTRENAR SIN GOLERO
Para implementar su sistema, De León sorprendió a los jugadores de Defensor en un entrenamiento, como lo reveló Hamlet Tabárez, hermano del maestro, en su libro “El último gol” donde dedicó un capítulo al profe De León.

Por ese entonces, Hamlet jugaba en Defensor y narró: “Los que jugamos en el medio fuimos los más favorecidos con la llegada del profe. Recuerdo que en una de las primeras charlas nos dijo: “Los defensores y los delanteros les tendrían que dar una parte de su sueldo a los del medio porque son los únicos que corren todo el partido, mientras ustedes, atrás y adelante, esperan parados. No va más. Cuando la tenga el otro cuadro, vamos a marcar todos (pressing a la pelota y recuperación dicen ahora). Para demostrarlo, en una práctica, sacó al Flaco Walter Gassire del arco, llevó una silla, se sentó, y nos mandó marcar. “No dejen patear porque si lo hacen es gol”. Lo hicimos y nos convencimos de que era como él decía”.

UN TÉCNICO SOLIDARIO
En ese mismo capítulo, Hamlet Tabárez reveló otros aspectos de la personalidad del profesor De León que hicieron que sus dirigidos lo adoraran.

Cuando José Ricardo De León vino a Defensor en 1971, veníamos de jugar un repechaje para permanecer en Primera y quedamos listos para recibir a un nuevo técnico porque el viejo Alejandro Morales se retiraba, al igual que el Pepe Sasía y el Cholo (Demarco). Entre los entrenadores sonaba el profe, yo no lo conocía personalmente, pero algunos de los compañeros lo habían tenido en las inferiores de Nacional y decían que era tremendo tipo. Algunos dirigentes dudaban entre traerlo a él o al Colorado Etchegoyen que me había dirigido, por lo que uno de ellos me preguntó cómo trabajaba. El dirigente también me dijo que estaban pensando en Ricardo De León, pero tenía dos contras: era borracho y comunista. Como se podrá imaginar, eso me decidió a apoyarlo sin conocerlo. Trajeron al profe”.

Posteriormente agregó: “Cuando comenzamos los entrenamientos nos debían plata del campeonato anterior, premios y primas, varios teníamos que renovar contrato y no se hablaba nada de la guita. Consideramos no entrenar más hasta que nos pagaran. Se lo planteamos al profe y él nos dijo: “No entrenen más en el club, peleen por lo suyo”, sin pensar en él ni en su laburo”.

Tabárez contó otra anécdota en su libro que pinta en cuerpo y alma a De León.

“En otro capítulo les conté un gol que nos hizo Nilo Acuña de Peñarol estando el línea con la bandera levantada. En el vestuario, Jorge Franzini, el presidente del club, único dirigente que el profe dejaba entrar al vestuario después de los partidos, caliente porque con ese gol nos ganaron, reclamaba: “Parecen giles, ¡ninguno reclamó!”. El Bola Arispe le contestó: “Gil sos vos”. Se relajaron a los gritos. El profe, tranquilo, observaba todo. Franzini le dijo al Bola: “Vos no te ponés más la camiseta de Defensor”. Se calmó la cosa y nos fuimos preocupados por lo sucedido. El martes antes del entrenamiento conversamos que, si sancionaban al Bolita, nosotros íbamos a ser solidarios llegando incluso a no jugar. Cuando llegó el profe, nos reunió para dar la alineación y dijo: “El equipo del domingo no lo tengo (empezamos a mirarnos de reojo, desconfiados) pero ¡el qué sí va a jugar es Arispe! Y puede que sea el capitán”.

CANGREJO ROJO Y ANTI FÚTBOL
El profe De León fue futbolista y su carrera como entrenador la inició en las formativas de Defensor. En 1961 dirigió al primer equipo de Fénix y posteriormente volvió a su tarea en formativas de Nacional. En 1965, siendo entrenador de la Quinta división de los tricolores, dirigió en forma interina al primer equipo tras la salida de José Barreiro y la llegada de Ricardo Diez. Cuatro años después asumió en Rentistas, y en 1971 llegó por primera vez a Defensor.

Luego emigró a México para dirigir a Toluca. Su hermano Ruben De León reveló que: “Según decía él, Toluca fue el que le brindó todo, porque Toluca fue el que le dio el puntapié para ser conocido y poder sentirse un ganador”.

Aquel equipo de Toluca fue denominado “Cangrejo rojo” porque consideraban que jugaba para atrás. El periodista Ángel Fernández emitió una de sus frases célebres sobre el profe: “Convierte la cancha del Estadio Azteca en una caja de fósforos”.

En su regreso al país marcó la historia del fútbol uruguayo ganando el Campeonato Uruguayo de 1976 con Defensor. En la viola hay innumerables anécdotas y una muy especial con Luis Alberto Cubilla, un díscolo que era la estrella del equipo.

Resulta que en el entretiempo de un partido con Wanderers, Cubilla se sacó la ropa dispuesto a ducharse y no jugar más. De León le dejó en claro a sus futbolistas que, si ello ocurría, saldrían a jugar con uno menos. Cuando el equipo se aprestaba a salir al campo de juego, el profe se apersonó a Cubilla y le dijo: “Usted puede entrar en la historia como el primer jugador en ganar la Copa Uruguaya con tres clubes distintos (Peñarol, Nacional y Defensor). Pero también pueden decir que, por usted, Defensor no salió campeón. No voy a hacer ningún cambio y al final, cuando me pregunten, voy a decir la verdad”. Cubilla entró a las apuradas a la cancha.

Aquel equipo de Defensor que se coronó campeón, fue tildado de anti fútbol, un karma con que el que cargó el profe. Pero poco le importaba la polémica que siempre lo rodeó. Para que tengan una idea, cuando se le preguntó si no le gustaba el fútbol bonito, respondió: “Me gusta sí, cuando vamos ganando 4 a 0”.

El legado del profe queda reflejado en la cantidad de entrenadores que surgieron a partir de su escuela. A la hora de definirlo, todos coinciden en una misma palabra: Maestro.