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Lakers derribaron el muro del fracaso

LOS ÁNGELES -- Como si se tratara de un guión acorde con la historia, Los Angeles Lakers derribaron el muro de la derrota ante Charlotte Hornets (107-92). El día parecía elegido a la medida de las circunstancias, como si el equipo quisiera conmemorar este 9 de noviembre la caída de otro muro infinitamente más significativo que dividió el mundo en dos durante 28 años y que dejó de hacerlo hace cinco lustros.

Ladrillo a ladrillo, los laguneros construyeron nuevas esperanzas ante el clamor popular y fueron ahuecando la barrera del despropósito. Primero, tras lograr durante el partido una máxima ventaja de 17 puntos (la máxima anterior fue de 10 en el juego ante Golden State Warriors), luego con un cambio de 'look' sustancial de una mitad a otra. Los Lakers llegaron al tercer cuarto reflejando las carencias que les impidieron sumar una victoria en las cinco citas anteriores y jugaron una segunda parte en la que mostraron mejoras en ambos lados de la cancha.

"Hicimos un mejor trabajo en defensa. Hemos estado hablando de eso desde el 30 de septiembre. En la primera mitad ellos obtuvieron nueve rebotes ofensivos y nos ganaron en cada balón dividido. En la segunda parte estuvimos más agresivos. Hicimos muchas cosas bien defensivamente. Ofensivamente, movimos el balón y atacamos de verdad. Espaciamos mejor la cancha y tomamos mejores decisiones", afirmó Scott.

Y llegó el baño de confeti, los gritos de júbilo y los tacos gratis al Staples Center por haber superado la barrera de los 100 puntos. Y la primera victoria de la temporada, de Byron Scott en el banquillo, de Kobe Bryant desde su regreso, de un grupo que jugó precisamente como eso, como un equipo. Entonces Kobe se convirtió en uno más, se mimetizó con el resto de sus compañeros dejando atrás la supremacía mostrada en las citas anteriores, donde de tanto brillo llegó deslucir a los demás.

"Debíamos empezar en algún punto", destacó Bryant. "Abrimos espacios y jugamos más rápido. En defensa nos colocamos mejor. Hicimos un gran trabajo, estuvimos muy activos y logramos dificultarles los lanzamientos a canasta. Necesitamos continuar siendo mejores. Hay cosas que aún debemos mejorar. Los tests son cada vez más complicados. No vamos a tener ventajas de marca ante Memphis con Zach Randolph y Marc Gasol", apuntó sobre el próximo encuentro.

MEJORARON LIN, BOOZER Y DAVIS
Jeremy Lin mostró su versión más agresiva (21 puntos, gracias a 8-12 en tiros de campo y 3-6 en triples, y siete asistencias). Fue cerebro y ejecutor cuando hizo falta, y aguantó el peso de un liderazgo compartido. Carlos Boozer (16 puntos y cinco rebotes) también mostró síntomas de mejora, de mayor conexión y concentración, a pesar de haber tenido algunas carencias defensivas en su marca a Marvin Williams (11 puntos y cinco rebotes) y en las ayudas de marca a Lance Stephenson (seis puntos y 10 rebotes), ambos jugadores se impusieron en la pintura durante la primera mitad para contribuir en los nueve rebotes ofensivos que lograron los Hornets.

Jordan Hill volvió a jugar un buen partido. Alcanzó otro récord en su carrera con siete asistencias y anotó 12 puntos, mientras que Ed Davis (10 puntos y cinco rebotes) fue el mejor jugador de una banca mucho más energética que en los juegos anteriores. Estuvo perfecto en lanzamientos de campo (5-5) y volvió a ser el jugador más destacado de la segunda unidad por quinto encuentro (en todos ellos alcanzó dobles dígitos).

A pesar de la victoria, el vestuario no tuvo nada que celebrar. Ni el 51.2 por ciento de efectividad global (42-82), ni la mejor movilidad de balón (28 asistencias de equipo por 13 de Charlotte), ni el protagonismo de jugadores necesarios y cuasi desaparecidos en los cinco encuentros anteriores. Nada hizo que el júbilo de la grada se extendiera a los jugadores y cuerpo técnico. Quizás porque el de los Hornets era el partido más ganable en 13 encuentros, o porque para las risas hay que dar la cara en los próximos enfrentamientos, de visitante ante Memphis Grizzlies (6-1) y Nueva Orleans Pelicans (3-2); de local ante los vigentes campeones, San Antonio Spurs (2-3) y los Warriors (5-1).

"Estaban todos muy callados en el vestuario. Les dije que ésta era una victoria y que a ver si podíamos ir a Memphis y Nueva Orleans a llevarnos un par más. Nadie se mostró demasiado contento en el vestidor. Es una victoria, debemos seguir hacia adelante, estar listos para el siguiente y seguir mejorando como equipo", esgrimió Scott.

El muro de las derrotas ya está derribado y las sensaciones son positivas tras esta primera victoria, no obstante, aún queda mucho por construir en unos Lakers que ansían regularidad.