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A Lakers le ganó la prepotencia

LOS ÁNGELES -- Es hora de que en Los Angeles Lakers se empiecen a tomar en serio la rivalidad con Los Angeles Clippers; o a broma la no rivalidad, que viene a ser lo mismo. A día de hoy, la realidad es que la franquicia históricamente segundona es infinitamente superior a la históricamente campeona.

Lo dicen los resultados: cinco victorias al hilo de los Chris Paul, Blake Griffin y compañía en los últimos cinco juegos disputados, y nueve en los últimos 10 partidos, además de dos derrotas laguneras tan recientes como dolorosas (36 abajo en enero del año pasado y 48 abajo en marzo -hasta el comienzo de 2014, los Lakers nunca habían perdido por más de 32 ante sus vecinos). Lo que dicen los resultados es lo que proyectan los jugadores sobre la duela, y eso es un dominio absoluto de los Clippers.

De esta manera, lo que reflejó la derrota de los Lakers (114-89) como visitantes en el Staples Center fue el reflejo de una realidad que muchos les cuesta asumir, pero que no por ello deja de ser realidad. Los aires de prepotencia que en los últimos dos días han envuelto el áurea de Byron Scott deberían haber obligado a que sus pupilos salieran con todo este miércoles. Sonreír ante la pregunta de si existe una rivalidad real entre ambos equipos y decir:

"No existe tal rivalidad. Hace falta que los Clippers tengan campeonatos para hablar de rivalidad. Sí existe con Boston Celtics, con Clippers aún no".

Estas palabras invitan a pensar que hubiera una superioridad abrumadora de Lakers contra Clippers. La hay, en cuanto a campeonatos (16-0), pero ¿acaso se ganan los partidos tirando del pasado?

Cuando los Clippers se enfrentan a los Lakers lo dan todo. Y no estamos hablando que salga a tope un equipo mediocre, ni mucho menos, lo hace una escuadra que cuenta con varios de los mejores jugadores que hay en la NBA en la actualidad. La excesiva motivación de los unos se contrarrestó con excesiva asunción de los otros, y así, no.

Que los Clippers alcanzaran 70 puntos al descanso por 48 de los Lakers dice mucho de la intensidad que mostraron ambos equipos. Ir perdiendo por una diferencia de 43 puntos como le pasó a los Lakers hasta los últimos instantes del juego, son una losa demasiado pesada. Les salvó el descanso que Doc Rivers le dio a sus estrellas, Griffin (27 puntos, 9 rebotes y ocho asistencias), CP3 (24 puntos, 11 asistencias y tres robos de balón) y DeAndre Jordan (10 puntos, 13 rebotes y tres bloqueos). La ofensiva de estos tres jugadores está pintada con brocha fina, y es que juegan de memoria, como si se dejaran llevar por el instinto más que por los sentidos.

"Fue muy decepcionante la manera en la que jugamos", afirmó Scott. "Creo que salimos flojos. Estoy sorprendido y decepcionado. No diría que es el partido más decepcionante, pero sí fue muy decepcionante", esgrimió aparcando el tono anterior al encuentro. "Tengo todo el respeto por los Clippers. Son un gran equipo, los considero un equipo físico, pero llegaron ahí, nos golpearon y nosotros fuimos blandos".

KOBE NO ESTUVO AFINADO

Kobe Bryant (cuatro puntos, siete asistencias y seis pérdidas de balón) reapareció después de tomarse un descanso hace dos noches ante Portland Trail Blazers y no estuvo a la altura de las circunstancia. Incapaz de anotar su primera canasta hasta el tercer cuarto, la Mamba Negra erró 10 de sus 12 intentos a canasta y estuvo impreciso en los pases en varios lances de la cita.

"No es algo de lo que me tenga que dar cuenta. Si tengo buenas oportunidades, las aprovecharé. Simplemente, esta noche intenté atacar y forzar las cosas un poco más", aseguró un Kobe que no tuvo más remedio que asumir la mayor.

"Ellos son mejores que nosotros. Tienen mejores jugadores que van a por ti por rachas. Son más profundos. Tienen muchos tiradores en la duela y nosotros estamos escasos. Echamos de menos a Ryan (Kelly), echamos de menos a Wes (Wesley Johnson). Echamos de menos esa altura, esa velocidad y extrañamos la versatilidad defensiva", argumentó Kobe.

Los Clippers se mantienen como uno de los mejores equipos de la Conferencia Oeste gracias a su balance de 24-12, mientras que los Lakers son el segundo peor de la conferencia con 11-25. Eso debería haber sido suficiente para que Scott y sus pupilos pusieran una marcha más para impedir eso que no quieren asumir: que esa rivalidad que niegan sea una rivalidad verdadera.