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Los Centroamericanos y del Caribe: La gran obra de un gran salvadoreño

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A inicios del siglo pasado, el Club Saint Hubert de París era un reconocido punto de reunión para el deporte francés. En la calle de Clichy No.21 se tomaron muchas decisiones de ámbito local y por la relación del presidente del club con el deporte olímpico, también fue un importante punto de encuentro para dirigentes del deporte mundial. Justinien Clary era presidente del Comité Olímpico de Francia y medallista olímpico en los Juegos de 1900 en el deporte del tiro. En 1924 los Juegos Olímpicos llegaron a París y fue en el Club Saint Hubert en el que, tras una reunión entre diplomáticos y delegados deportivos de Centroamérica, nacieron los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Detrás de la organización de esta reunión estuvo la figura del más influyente dirigente deportivo salvadoreño de la historia, Don Pedro Jaime de Matheu. El diplomático se había convertido en miembro del Comité Olímpico Internacional en 1918 después de forjar una cercana relación con el fundador del olimpismo moderno el Barón Pierre de Coubertin. De Matheu fue miembro de la comisión formada por de Coubertin para difundir la filosofía olímpica en América Latina. De Matheu era el cónsul general de El Salvador en París desde principios del Siglo XX y como reconoció de Coubertin en sus memorias, “un gran animador” de este esfuerzo olímpico.

El motor de la propaganda del mensaje olímpico fue la distribución del folleto “¿Qué es el Olimpismo?” Este documento fue traducido del francés al castellano por P.J. de Matheu. Es el único texto del fundador del olimpismo moderno en lengua española que se conserva. Lo registra Norbert Müller, uno de los más reconocidos historiadores de la figura de Pierre de Coubertin. El diplomático salvadoreño también escribió el prólogo del folleto. Ahí decía que “el porvenir de un país depende de la virilidad de su raza. Nosotros no podemos quedar indiferentes a la llamada generosa que se nos hace, por todo el bien que aportará a nuestro bello continente”.

Este folleto fue la piedra institucional de varios esfuerzos por difundir la filosofía olímpica en Latinoamérica. De Matheu incluso llegó a invitar de Coubertin a visitar El Salvador durante una gira que llevaría al francés por varios países del continente con el objetivo de proponer la regionalización de los Juegos Olímpicos. Crear competencias que ayuden a preparar a los atletas latinoamericanos para sus futuras participaciones en Juegos Olímpicos. De Coubertin enfermó y su lugar esa gira fue ocupado por Henri de Baillet-Latour, entonces vicepresidente del COI. En 1923, Baillet-Latour encomendó a De Matheu fortalecer el olimpismo en América Central y el Caribe. Desde París informaría constantemente a sus pares diplomáticos sobre el movimiento olímpico y se convertiría en corresponsal para las secciones deportivas de medios de comunicación.

Con la cita olímpica de 1924 a punto de celebrarse en París, Pierre de Coubertin reunió a los delegados o representantes de los países de Centroamérica y “del Mar Caribe” en una conferencia con el propósito de “desarrollar el Reglamento de los Juegos de América Central”. En una carta dirigida a P.J. de Matheu en enero de 1924, de Coubertin le dice que “esta conferencia completará la obra realizada por usted”. Con la presencia de delegados de México, de la YMCA de Estados Unidos, del representante del COI para Suramérica y de Pedro Jaime de Matheu en representación de Costa Rica, Panamá, Guatemala y El Salvador, se creó la carta fundamental para la realización de unos Juegos Centro-Americanos. Cuenta Francisco Javier Caspistegui en “Los Inicios del Olimpismo centroamericano”, el artículo I de esta carta fundamental dice: “El Salvador, y demás países de Centro América y del Caribe, organizarán cada cuatro años, empezando en el año 1926, los Juegos denominados de la América Central… estarán patrocinados por el Comité Internacional Olímpico”. La conferencia se realizó entre el 3 y 4 de julio en el Club Saint Hubert de París.

De Matheu, como representante del Comité Olímpico Internacional, estuvo presente en El Salvador para la inauguración de los Juegos de 1935 y fue el encargado de izar la bandera olímpica en el estadio Nacional. Ese estadio, el actual “Mágico González” es el único escenario en ser sede de la inauguración de tres Juegos Centroamericanos y del Caribe. Pedro Jaime de Matheu jugó un papel esencial para la creación de la justa regional de mayor vigencia en el movimiento olímpico. Ojalá que en la ceremonia inaugural de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, alguien lo haya mencionado y le haya dado el reconocimiento que merece.