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Bynum coquetea

Bynum está exhibiendo todo su poder en la línea frontal de los Lakers Garrett W. Ellwood/Getty Images

NUEVA YORK -- ¡Qué semanita acaba de concluir Andrew Bynum! Los Lakers no lo envían a Orlando Magic por Dwight Howard, su producción en la cancha merece la designación de Jugador de la semana de la Conferencia del Oeste y ahora su equipo anuncia que ejercerá su opción de añadir una temporada más al acuerdo existente de Bynum por $16.1 millones.

"Es el pívot titular del equipo de estrellas del Oeste. ¿Por qué no haríamos lo imposible por retenerle?," declaró el gerente general Mitch Kupchak de los Lakers. "Estamos muy contentos de contar con él en nuestro equipo". Los Lakers pueden negociar una extensión adicional entre ahora y el verano septentrional de 2013.

En el mes de marzo, promedia 24 puntos y más de 13 rebotes, encestando el 66% de sus intentos. Pero las estadísticas que más impresionan de Bynum (más allá que sus 24 años de edad) es que promedia 41 minutos de juego en marzo y que ha jugado los 41 partidos en que ha estado disponible esta temporada. Bynum jugó en 82 partidos en sólo una de sus seis temporadas previas.

Como si esto fuera poco, la emergencia de Bynum comienza a avivar los susurros acerca de cómo los Lakers deben ejecutar en el cierre de partidos. No se le puede llamar un debate, porque hasta el director técnico Mike Brown se compromete medularmente con Kobe Bryant.

En su derrota en casa ante Utah Jazz, un equipo que jugó sin Al Jefferson, Earl Watson ni Raja Bell, Bryant erró 17 de sus 20 tiros, muchos de ellos abiertos y cerca del aro. ¿Cómo reaccionó Brown? "En mi opinión, los intentos que tuvo [Bryant], es nuestro definidor. Jugaría ese partido una y otra vez y le pediría que intentase esos mismos intentos y si encestara tres de 20, entonces encesta tres de 20. Restarle protagonismo cuando consigue esa calidad de tiros es algo que no haré".

El problema de los Lakers es que, esta temporada, viven del cuento. El desempeño de Kobe Bryant en momentos definitorios afloja en 2011-12. Según Synergy Sports Technology, el promedio de puntos por posesión en momentos definitorios (definido por los últimos cinco minutos del reglamentario o en prórrogas cuando la diferencia entre los equipos en el marcador es de cinco puntos o menos) en toda la NBA es de 0.70 puntos por posesión. Kobe Bryant produce 0.52 puntos por posesión; por debajo del promedio de la liga, lejos.

En otras palabras, si le dieras a Bryant todos los tiros en un partido, bajo condiciones de partido reñido, los Lakers anotarían un poco más de 50 puntos en un partido de NBA.

Bynum no es, y seguramente nunca será el heredero de ese papel de liquidador de partidos, pero por momentos da destellos de altísimo rendimiento. Ante Utah, Bynum anotó 12 de 14 intentos al aro. Bynum no merece, en esta coyuntura de su carrera, intentar 20 tiros o más por partido.

Brown describe la coyuntura en la que Bynum se halla en su carrera: "Sólo intentará ciertos tiros por partido porque cada vez que toca el balón, lo doble marcan. Tendrá que pasar el balón al jugador desmarcado y otro tendrá que anotar. Cuando eres un pívot, es fácil que te desarticulen. El que haya anotado 33 puntos (ante Utah) cuando lo doble y triple marcaron en casi cada posesión es un testamento de su capacidad".

Bynum tiene asignaciones pendientes. La primera es durabilidad y confiabilidad, lo que intenta contestar con su marca personal de 36.2 minutos de juego. La segunda es su porcentaje de tiros libres, que este año apenas supera el 66%. Alcanzó el 74% desde la línea de los suspiros en 2009-10, nivel que sigue siendo su marca personal.

El tercer renglón de mejoría es el del control del balón. Ha acumulado cuatro pérdidas o más en 14 de los 41 partidos en los que ha jugado, incluyendo siete en la derrota ante los Washington Wizards. Bynum no anticipa las doble marcas, no reconoce a tiempo la zona que se evacúa para que el equipo contrario lo doble marca y no halla al compañero desmarcado. En la temporada 2007-08, sumó más asistencias que pérdidas por primera y última vez en su carrera. Acumular más asistencias que pérdidas como pívot es un logro Dwight Howard nunca ha alcanzado en una temporada en la NBA; Shaquille O'Neal lo consiguió en siete de sus temporadas en la liga.

En el Partido de estrellas en Orlando, Bynum fue el peor jugador de los 10 titulares en cancha. Desentonaba; estaba un poco lento. Quizás su siempre dolorosa rodilla derecha le molestaba más de la cuenta. Una vez fue a la banca tras jugar seis minutos y fallar sus tres intentos al aro (uno tapado por Howard), no jugó más.

En el pasado, hemos visto destellos de grandeza de Bynum por una o dos semanas, seguidos usualmente por una interrupción causada por lesión o desgaste. Todavía le queda un tramo muy largo, antes de convertirse en el pívot más completo en la NBA. En una liga que desfavorece a sus internos, impresiona presenciar a un elefante danzante que por momentos desequilibra. Le corresponde a Bynum alargar esos momentos.