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El mito del Matador en la NBA

NUEVA YORK -- En una nota que apareció en la edición del 19 de marzo de ESPNtheMagazine, Henry Abbott fustiga la mentalidad del 'hero ball', esa vertiente muy potente de la cultura baloncestística estadounidense de ver el deporte a través de sus estrellas. Le llamo a esa manera de pensar y ver el deporte la mentalidad del Matador.

No pueden imaginarse cuántas veces me preguntan a través de los medios sociales ¿quién es el mejor jugador en la NBA? ¿Quién es el mejor armador de la liga? ¿Quién es el mejor definidor de partidos?

Los que me hacen esas preguntas me tratan como el espejo de la Reina Grimhilde en el cuento de hadas de Blanca Nieves: 'Espejito, espejito mágico, ¿quién es la más hermosa?' En un deporte colectivo, son preguntas por lo general irrelevantes.

Dice Abbott que 'hero ball' es a la NBA como el poliéster es a la ropa. Pocos admiten que son adeptos, pero nunca desaparece del todo. La nota presenta el análisis de la empresa fundada por Garrick Barr, otrora entrenador asistente de Mike D'Antoni en Phoenix y fundador en 2004 de Synergy Sports Technology, cuyo propósito es catalogar y codificar cada movimiento en cada partido de NBA.

Desde ese año, Barr halló que la jugada más productiva es habilitar al jugador que corta al aro sin el balón (1.18 puntos por posesión de ese tipo). La lista de eficiencia de cada tipo de jugada es interesante:

EFICIENCIA POR JUGADA

Puntos por posesión 2004-12

Corte sin balón, 1.18

Contragolpe, 1.12

Remate, 1.04

PickAndRoll al desmarcador, 0.97

Tiro a pie firme, 0.93

Saliendo de pantalla, 0.88

Entrega en manos, 0.85

Poste, 0.83

PickAndRoll al portabalón, 0.79

Uno contra uno, 0.78

Fuente: Synergy Sports Technology

Es notable ver que el uno contra uno constituye el 12% de las jugadas en un partido, pero asciende a 19% de las jugadas en momentos definitorios (cinco minutos por jugar en reglamentario y prórrogas, con diferencia de cinco puntos o menos en el marcador). Synergy halló que cuando un jugador que busca una jugada uno contra uno que produce 0.78 puntos por posesión, pasa el balón, los puntos por posesión de su equipo aumentan a un 0.93. Sin embargo, los jugadores con el balón en un uno contra uno, lo pasan a un compañero apenas en el 20% de las ocasiones y solo 16% en la chiquita. Baloncesto de Matador en su máxima expresión.

Kobe Bryant promedia 0.5 puntos por posesión en momentos definitorio, muy por debajo del promedio de 0.72 en la NBA en ese tipo de situación. No obstante esa enorme ineficacia, Bryant continúa tercamente intentando tiros en el cierre de partidos reñidos. "No sé por qué", opina su compañero Andrew Bynum. Cuando se le pide que se anime a especular por qué, dice: "Porque a algunos jugadores se les paga mucho dinero para encestar tiros bajo presión y eso es lo que tienen que hacer".

El baloncesto del Matador tiene precedentes probablemente desde el comienzo del deporte mismo, pero se enraizó y popularizó cuando la liga comenzó a mercadear a sus estrellas individuales: Wilt, Dr. J, Bird, Magic y MJ. Hasta un tirador empedernido quien jugó previo a esa época, Rick Barry, siente desdén por ese tipo de juego: "¡Es una locura! No es buen baloncesto. No es baloncesto de alto porcentaje. ¿Por qué demonios quieres colocar a tu mejor jugador a luchar contra el mejor defensa del rival?"

Barry apunta a la razón por la cual los Matadores prefieren esa dinámica poco eficiente y eficaz: "Por más sobresalientes que sean estos jugadores, dificultan su propia labor en el deporte en estas situaciones. Si LeBron James en vez de irse en un uno contra uno o uno contra todos, saliese de dos o tres pantallas, no hay defensiva en el mundo que lo pueda frenar". Para el Matador, no sólo hay que anotar la canasta decisiva, hay que hacerlo con un alto grado de dificultad, contra la oposición más encarnecida, aún si, estadísticamente, intentar ese tipo de tiro es una absoluta tontería.

El Día de Año Nuevo, Bryant intentó 22 tiros en una derrota ante los Denver Nuggets. Retornó a la cancha con el marcador empatado a 76 en el último cuarto y falló siete de 10 intentos al aro. En efecto, guió a su equipo a la derrota con su insistencia en tiros muy exigidos, con sólo una asistencia.

Tras el partido, la prensa le preguntó a Bryant si quizás debió compartir más los intentos al aro en el cierre. La respuesta de Bryant es la clásica de un Matador: "Si me preguntas si debo intentar menos tiros, la respuesta es no. Todo comienza conmigo. Hago lo que hago. El equipo se nutre de eso y ese estilo no cambiará".

Esa confianza ciega se asemeja al la de el avestruz, que entierra su cabeza en la arena si percibe una amenaza. Carmelo Anthony de los New York Knicks anota 0.72 puntos por posesión en momentos definitorios, lo que lo convierte en un jugador promedio en ese menester, pero no en su mente: "Por supuesto que intentaré el último tiro. Seamos honestos: llevo nueve años intentándolos y he encestado un montón de ellos". El Matador nunca recuerda los que erró, ni lleva el conteo.

Aprendamos a valorar el habilitar a un compañero y completar la jugada apropiada. A LeBron James, otro de los Matadores de la NBA, lo acribillaron varios colegas y miles de aficionados cuando en el cierre de un intento de resurgimiento en Salt Lake City ante el Utah Jazz cuando, frente una doble marca en el cierre del partido, James decidió pasar el balón a Udonis Haslem, quien estaba absolutamente desmarcado en su punto favorito de la cancha para tirar. Haslem falló, el Heat perdió y a James lo criticaron. Imagino que el cuerpo técnico le dijo en privado a James lo que dijeron a los cuatro vientos en público tras el partido: James tomo la decisión correcta, sencillamente no se anotó la canasta.

Pero los Matadores tomaron nota: si cuando paso y tomo la decisión correcta me matan, de ahora en adelante las tiro todas. El difícil matar la mentalidad del Matador.