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Deseando un "hasta luego"

BARCELONA -- A pocas horas de que Pep Guardiola dirija su último partido desde el banquillo del Camp Nou, la hinchada del Barcelona prepara su despedida con la sensación de que la marcha de Pep no es un adiós, sino sólo un hasta luego. La mayoría de culés con los que hablo, se pronuncian, como mínimo, en este sentido.

Creer en un hipotético regreso del entrenador al club resulta para muchos un consuelo. Algunos, ven incluso en Guardiola al futuro presidente de la entidad. Los más devotos, al futuro presidente del gobierno de Cataluña.

Pep, en cambio, preferiría concluir esta etapa sin hacer demasiado ruido. Imposible. Pocas veces en la historia del Barcelona la afición azulgrana pudo despedir a uno de sus referentes con gratitud y sin acritud. De hecho, la mayoría de ídolos del barcelonismo, como el propio Guardiola, Luis Suárez, Maradona, Schuster, Neeskens, Sotil, Zubizarreta, Laudrup, Romario, Cruyff, Ronaldo o Rivaldo dejaron el club de forma traumática.

Quizá el de Santpedor logre virar también esa dinámica autodestructiva tan propia de la afición azulgrana de la misma forma que ha hecho con el recurrente pesimismo culé, ahora hincha orgulloso, a pesar de los últimos tropiezos del equipo en Liga y Champions.

Desde el club, se prepara un homenaje que agrade al entrenador, todavía exigente con sus jugadores porque aguarda la final de la Copa del Rey, pero cada día más condescendiente en otras cuestiones que antes observaba con extremo rigor.