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Triunfos y derrotas

SANTUARIO DE OROPA, Italia -- La mayoría sabíamos que una fuga podría llevarse la etapa 14 y desde temprano nos pusimos a analizar quién podría montarse en ella. De inmediato pensamos en Jarlinson Pantano del Colombia Coldeportes porque ya nos había dicho Fabio Duarte que él se iba a enfocar en la jornada del domingo con llegada a Montecampione, un territorio que conoce muy bien el equipo porque lo entrenan muy seguido cerca de su campamento en Brescia.

Con esa idea encontramos a Jarlinson en la zona de firmas y charlamos al respecto, con ese brillo travieso que tiene siempre en la mirada el Vallecaucano nos dijo que sí era una jornada donde traía buena piernas para intentar subirse en la escapada. Muy sonriente nos dijo que ésta podía ser la suya aunque todo dependería de quienes conformaran la fuga. Robinson Chalapud también nos dijo que si se daban las circunstancias apropiadas el equipo intentaría dar la campanada, pero que guardaría reservas para la etapa 15. Ahí mismo nos saludamos con el venezolano Yonathan Monsalve y él también nos aseguró que en la escapada se subía él. Así que guardamos su apunte para más tarde.

En petite comité los colombianos se volvieron a reunir en la zona de descanso dedicada para los corredores, no solo los Coldeportes sino Julián Arredondo, Winner Anacona y el venezolano Jackson Rodríguez. Ahí les robamos una foto. Y sus caras sonrientes auguraban una buena jornada.

En la primera gran batalla de los escaladores Rigoberto Urán llegó al control de firmas tratando de realizar el protocolo lo más rápido posible y siempre acompañado por el jefe de prensa del equipo y un seigneur. Hizo una pequeña escala para una emisión en vivo de televisión y 5 minutos más tarde ya estaba colocado en primera fila como toca a los líderes de las 4 categorías de la carrera. Una calle adoquinada y estrecha al frente del patio principal del Castillo de Aglié enmarcaba una salida controlada en forma de embudo que saldría serpenteando por las calles del pueblo. Hubo un dialogo bastante largo entre Rigo y Arredondo antes del banderazo y mientras éramos testigos Rigo nos descubrió entre los colegas y nos dijo Hola con la mano. Sobreentendimos que tanto él como Nairo no necesitaban hablar en este preámbulo porque la concentración era total y exclusiva en el reto de los 170km por cumplir. Nairo llegó casi al último de la firma y de igual manera se refugió en el corazón del pelotón con los ojos fijos al frente detrás de sus espejuelos polarizados.

Tal y como se esperaba una numerosa fuga peleó por buscar vida y mantenerla sobre el grupo de la maglia rosa. ¿Y saben quiénes se estaban ahí? Pantano y Monsalve, tal y como se lo habían propuesto. El grupo llegó a tener cerca de los 10 minutos y cuando se bajó el penúltimo premio del día, la ventaja era suficientemente buena para soñar con la victoria de etapa. En la violenta bajada del Bielmote algunos pagaron cuota con caídas comoå Miguel Ángel Rubiano (COL) y Sebastián Henao (SKY). Daños al parecer superficiales pero igualmente dejaron huella en la humanidad el campeón colombiano de ruta y el más joven del Giro.

Como suele suceder dos batallas diferentes transcurrieron en la subida al majestuoso Santuario de Oropa: la victoria de etapa y la diferencia entre los favoritos. Aunque salieron Rolland (EUC) y Hesjedal (GRS) del grupo de Urán poco caso se les hizo a ambos con más de 6 minutos de retraso en la general, pero fue Domenico Pozzovivo (AG2) quien encendió la mecha para provocar la reacción de Nairo Quintana (MOV). Mas entusiasmado en la cadencia de su pedaleo en los últimos 3 kilómetros Quintana se dio cuenta que podría descontar tiempo y se mantuvo a rueda de Pozzovivo. El italiano al final de la etapa se quejó amargamente de que Nairo no le dio un solo relevo a pesar de que le insistió que les convenía a los dos y que además el colombiano le sacó la ventaja en la línea por unos segundos. Así son las cosas de la batalla, pero Nairo sale con una carga emotiva muy importante tras esta jornada confiado en que recupera su estado natural en la montaña.

Atrás se quedaba Rigo con Cadel Evans regulando ritmo. El enemigo más cercano es el australiano y esa es la rueda que hay que vigilar por ahora, cada cosa a su tiempo. El líder no puede dispersarse por ahora. Un objetivo a la vez y el primario es el corredor del BMC y confiar que su equipo lo arrope hasta que llegue un solicitado día de descanso.

Adelante otro drama atañía a la afición de Latinoamérica con Jarlinson Pantano en punta al lado con Dario Cataldo (SKY) en el último kilómetro. Pantano con sus últimas reservas trataba de mantenerse al aviso de un ataque de Cataldo y trató de meter presión en los metros finales, pero el italiano se mostró fuerte ya en la recta final tras la última curva. Tan enfrascados venían ambos que no se dieron cuenta que Enrico Battaglin (BAR) venía acelerando y casi sin respirar se metió en el camino de ambos para robarle cámara a quienes pensábamos disputarían la etapa.

Jarlinson perdió el ritmo del pedaleo a un palmo de la línea de llegada con una estaca clavada en el pecho y ya con nada en el cuerpo para dar una rotación más. Fue asistido de inmediato por el equipo y por uno momento puso pie a tierra apenas rebasada la meta buscando aliento y un poco consuelo. Nosotros lo esperamos mas adelante para no estorbar a los que seguían llegando. A Jarlinson le pusieron las fundas largas y una toalla en el cuello. Con una carita que no le habíamos visto antes y en sus ojos emociones encontradas no dijo con el corazón en la mano que lo había intentado bien, que pensó que ganaba, que había desgastado detrás de Cataldo y que se sentía muy desilusionado por el resultado. En esos momentos uno se convierte en confidente de estos titanes. Uno sabe que son frágiles también ante la derrota. Porque él intentó lo que creyó conveniente, pero es que Battaglin los venció con un arrancón desde atrás. Si de algún consuelo sirvió un abrazo fue lo único que pudimos ofrecerle a este muchachos de 25 años nacido en Palmira, hombre de familia y un puño de alegría cuando va en la bicicleta.

Cada día de este Giro nos toca fibras muy distintas, pero es que de eso está hecho el Giro de Italia: de triunfos y derrotas. Y de ambos se aprende.