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FIFA no quiere debatir

Getty Images

BRISTOL-- El objetivo principal era escuchar las propuestas de los candidatos a la presidencia de FIFA. La motivación detrás de organizar un foro entre los candidatos a dirigir el máximo organismo del fútbol era sencilla: el fútbol urge de una entidad transparente. Este miércoles, el Parlamento Europeo abriría sus puertas a quienes creen ser capaces de reconducir el rumbo de FIFA y quizás, llevar a FIFA a la reinvención de su cultura organizativa. Llegarían quienes creen que pueden sacar a FIFA de los peores tiempos de su historia. Sólo asistirá uno de los cinco candidatos, un ex asesor de la oficina del presidente de FIFA.

El recuento de la actual situación de FIFA se puede hacer desde un nombre: Joseph Blatter. El suizo, como secretario y presidente, llegó a 40 años en Zürich. Se convirtió en el principal espectador de la corrupción que bajo su silla se fue construyendo. Blatter fue reelecto en mayo y apenas una semana después, dio un paso al costado. Jerome Champagne será el único que presente su propuesta ante los parlamentarios europeos. Los demás, el Jeque Salman, el Príncipe Alí y el secretario general de la UEFA, un parche para el gobierno de Platini, Gianni Infantino, decidieron seguir en campaña para convencer a los dueños de votos.

El fútbol está en manos de un congreso compuesto por 209 federaciones y en un mes tendrán la tarea de encontrar a un reformista entre estos personajes. Los cinco nombres están o han estado en el fútbol. O lo que es lo mismo a ser, o haber sido cómplices del estado del fútbol actual. Blatter fue electo por 133 votos y al próximo congreso regresará la mayoría de quienes en mayo consideraron que su continuidad era el camino a seguir. 133 de ellos creyeron que la mejor manera de arreglar FIFA era dejar en FIFA al líder de la cultura que ha provocado el problema. Sólo causas naturales o en el más común de los casos, procesos legales, limitan la posibilidad del regreso a Zürich de los mismos 209 delegados del congreso.

Nada garantiza que en nueve meses desde entonces, estos delegados hayan parido un nuevo cerebro, o se hayan convertido en íntegros y decentes dirigentes deportivos. Así es que, es muy probable que el resultado de la elección del nuevo presidente sea una apuesta por las formas vigentes, adornadas con algún decorado reformador. Podrían posponer elecciones hasta que se lleve a cabo una investigación ética independiente a cada uno de los delegados con derecho a voto en el congreso. Esta era una de las preguntas que como moderador tenía preparadas en mi cuestionario.

Les preguntaría por la capacidad de los delegados de elegir a un reformista cuando, en el caso de CONCACAF, no han sabido elegir un líder decente, ¡en más de tres décadas!. Warner, Webb y Hawitt están procesados por actos de corrupción. Otra pregunta tenía que ver con las fuentes de financiamiento para su campaña. El director del comité electoral de FIFA, Domenico Scala, ha dicho que los candidatos deben evitar conflictos de interés en este tema, pero la UEFA ha financiado con medio millón de euros la campaña de Infantino. ¿Qué llevó a FIFA a esta situación? Podemos conocer la respuesta, pero no la que tienen que dar cinco personajes que estuvieron en el fútbol mientras FIFA se consumía desde adentro.

¿Piensan promover una distribución de votos acorde al mapa futbolístico y no al mapa geopolítico?, ¿Impulsarán auditorías permanentes, e independientes de cada federación que recibe fondos de FIFA? ¿Abrirán la elección para sede del 2022 ya que cambiaron las expectativas convencionales modificando arbitrariamente la fecha de ese Mundial? ¿Creen que jugar un Mundial en un país con cuestionables prácticas laborales, que atentan contra los derechos humanos, es coincidente con la necesidad de FIFA de reconstruir su imagen? ¿Cuánto importan las prácticas en derechos humanos de un país que pretende ser sede de un Mundial? La negativa a debatir de los candidatos confirma que no quieren enfrentar cuestionamientos objetivos y directos. Que son más de lo mismo.

Ninguno de los candidatos necesita convencerme que es capaz de modificar la cultura de corrupción, instalada en FIFA desde que en 1974 llegó Joao Havelange con sus transas políticas. Pero habría pensado que les interesaba convencer al mundo del fútbol de su capacidad y sobre todo, sus intenciones una vez lleguen a la presidencia. El foro era una buena posibilidad para explicar, por qué debemos creer que cambiarán FIFA. Eran noventa minutos de un ejercicio necesario para establecer que el camino más lejano al continuismo de las formas, es el camino correcto. Pero su interés no pasa por convencernos a quienes queremos el juego. Por eso Infantino y el Príncipe Alí creyeron oportuno quedarse en Asunción, Paraguay con los íntegros de CONMEBOL. A los candidatos les importan los votos, las componendas, los acuerdos. No les importa debatir. Olvidan que el fútbol es un deporte de millones y no de 209 delegados.